viernes, junio 24, 2011

24 de Junio Natividad de San Juan Bautista

(Mateo, 11, 11).su alimento es un poco de miel silvestre con langostas; su vestidura, la piel de un camello. Sus ejemplos, más aun que sus palabras, son una exhortación a la penitencia. Viendo a Jesucristo, ex clama: He ahí el Cordero de Dios que quita los peca dos del mundo; y el Salvador quiere ser bautizado por él.
En verdad, os digo, ninguno de entre los hijos de mujer ha sido mayor que Juan Bautista.
Toda la tierra se alegra del nacimiento de San Juan; pero, ¿no debemos nosotros afligirnos al comparar lo que él ha hecho con lo que hacemos nosotros? Él deja el mundo y se retira al desierto para hacer penitencia;
 ¡Cuán instantáneamente pareció dulce a mi corazón privarse de las dulzuras de las vanidades del mundo! Temía perder las, y dejarlas llegó a ser para mí la fuente de la dicha. (San Agustín)..¿De qué sirve mortificar el cuerpo por la paciencia, si el espíritu está hinchado de orgullo? (San Jerónimo).
MEDITACIÓN SOBRE SAN JUAN BAUTISTA

I. He aquí un penitente que no es culpable de pecado alguno, y a quien la presencia de Jesús, oculto en el seno de su Madre, ha purificado antes de su na cimiento hasta de la mancha original. ¿Qué f alta había cometido él cuando se retiró al desierto a hacer
penitencia? Nos enseña con ello que el hombre, aun el más inocente, debe hacer penitencia. ¿Comenzaste tú este ejercicio? Te parece muy penoso, y he aquí un niño que lo hace como juego.
Pon manos a la obra, y pronto experimentarás cuán indecible satisfacción reserva Dios a los que renuncian al placer para darse a Él.
II. Temprano comienza este santo su penitencia y la prolonga hasta el fin de su vida. N o basta que te mortifiques por algún tiempo, hay que hacerla hasta la muerte. Siempre tienes contra ti a tu cuerpo, al demonio y al mundo. El único medio para triunfar de estos tres enemigos es combatirlos sin des canso hasta el fin. Piensa en el infierno que debes
evitar, en el paraíso que debes ganar, y nunca te can sarás de hacer penitencia.
III. Si la humildad no las acompaña, tus austeridades no te servirán sino para atormentarte. San Juan rechaza los honores que le rinden los judíos llamándole Profeta y Mesías; se humilla delante de Jesucristo. Humíllate tú ante Dios y los hombres. Lo que haces, lo que sufres, nada es comparado con los trabajos y sufrimientos de los santos

martes, junio 21, 2011

Agradecimiento de su Excelencia Mons. Andrés Morello

Dudaba la pluma en herir al papel para redactar esta nota de gratitud necesaria y justa para con todos aquellos quienes tuvieron la bondad de escribirnos, de hablarnos o acompañarnos al fallecer mi madre.
      El corazón de mi Madre ya había gastado sus fuerzas de tanto dar por todos, sobre todo por sus hijos. Dios bendito quiso que yo estuviera a su lado al entregar ella su alma en las manos de Dios, acompañados ambos por otro querido sacerdote.
         Nunca hubiera imaginado ese momento sereno y triste como ninguno; sereno porque ella siempre buscó ser buena, triste porque se desdibujaba en mis ojos la imagen pasajera de la única mujer que quise y querré con la Gracia de Dios.
         Un religioso se debe a las almas. Siempre haremos lo nuestro y con más ahinco que antes ofreciendo a Dios todas las horas, con la tristeza natural siempre fresca, con la voluntad recia que aprendimos de ella, con la ayuda de Dios que no deja ningún vacío sin llenar. Gracias a todos y Dios les de en amor premio a sus bondades.

                                                          Junio 18 del 2011

                                                     + Mons. Andrés Morello.

San Luis Gonzaga

Os conjuro, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios.(Romanos, 12,1).
San Luis Gonzaga, desde la edad de siete años recitaba todos los días, de rodillas, los siete salmos penitenciales y el Oficio de la Santísima Virgen; a los ocho años, hizo voto de castidad perpetua; a
los trece, ayunaba tres días a la semana a pan y agua, y tres veces al día desgarraba su delicado
cuerpo con la disciplina. Alrededor de los dieciocho años entró en la Compañía de Jesús y
murió cinco años después, víctima de una enfermedad contraída por cuidar a los atacados de
peste. Tan recogido era en sus oraciones, que todas sus distracciones en seis meses no sumaban la duración de un Ave María.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDADE SAN LUIS GONZAGA
I. El joven santo fue víctima del amor de Dios; le sacrificó su fortuna, abandonando su marquesado
para entrar en la Compañía de Jesús, a pesar de los obstáculos que oponía su padre a su piadoso designio. ¿Estás acaso, retenido en el mundo por lazos tan fuertes como los suyos? Dios bien merece que dejes todo lo que tienes, para seguir su llamado y ganar su paraíso; deja todo, si no materialmente, por lo menos por el espíritu y la voluntad.
II. Sacrificó Luis su cuerpo a Dios por el voto de virginidad, que renovó al entrar en religión. Émulo de la pureza de los Ángeles, llevó la molestia hasta no poner nunca sus ojos en una mujer. Además, mortificó su cuerpo con rigurosa y continua penitencia. ¿Quieres consagrar tu cuerpo a Jesucristo como hostia viva y santa? Custodia tus sentidos, mortifícalos. La vida de un cristiano debe ser continuo martirio.
III. Consagró el santo su libertad a Dios por el voto de obediencia. Los honores que ahora recibe, en el cielo y en la tierra, son el precio de su voluntario abatimiento. El camino más seguro para ir al cielo es el de la obediencia. Obedece a tus superiores fiel mente, prontamente, sin murmurar; a Jesucristo es a quien obedeces, Él es quien te recompensará. En fin, recuerda que no sólo los religiosos, sino también los cristianos deben ser víctimas que se inmolan sin cesar a Dios.
Los cuerpos de los fieles son hostias de Dios, miembros de Cristo, templos del Espíritu Santo. (San Agustín).

domingo, junio 12, 2011

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío

Extractos de la Encíclica del  Papa Pio XII,  sobre el Sagrado Corazón de Jesús llamada “Haurietis Aquas”, del 15 de Mayo de 1956.

Los grandes dones del Corazón de Jesús

“ Más, ¿Quién podrá describir dignamente las palpitaciones del divino Corazón, índice de su infinito amor, que de él brotaron en el momento de dar a los hombres sus máximos dones: esto es a sí mismo en el Sacramento de la Eucaristía, a su Santísima Madre, y el oficio sacerdotal comunicado con nosotros.


La Eucaristía
Además, antes de comer con sus discípulos la última cena, Cristo Señor Nuestro, conociendo que instituiría el Sacramento de su Cuerpo y Sangre, con cuya efusión debía consagrarse la Nueva Alianza, había sentido su Corazón agitado por vehementes latidos, que manifestó s los Apóstoles con estas palabras: “Con deseo deseé comer esta Pascua con vosotros antes de padecer” (Lucas 22,15). Y estos latidos fueron ciertamente más vehemente  cuando tomando “pan, dio gracias, lo partió, y dióselo diciendo: Esté es mi cuerpo, que por vosotros es entregado; haced esto en memoria de mí. Y el cáliz asimismo después de haber cenado diciendo: este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, el que por vosotros será derramado” (San Lucas 22,19-20)

El Sacerdocio
Con razón, pues, puede asegurarse que la divina Eucaristía, como sacramento y sacrificio, uno de los cuales da a los hombres, el otro personalmente él inmola desde el “Oriente hasta el Occidente” (Malaquías 1,11) y asimismo el sacerdocio, son ciertamente dones del sacratísimo Corazón de Jesús.

Su Madre
Y don por cierto preciosísimo de este sacratísimo Corazón es también, como hemos dicho, María Madre de Dios y Madre amantísima de todos nosotros. Pues la que fue Madre de nuestro Redentor según la carne, y su compañera en resucitar a los hijos de Eva a la vida de la gracia, fue saludada con razón Madre espiritual de todo el linaje humano. Y a este propósito escribe de ella San Agustín: “verdaderamente es Madre de los miembros del Salvador, que somos nosotros, porque cooperó con amor, para que los fieles naciesen en la Iglesia, que son miembros de su cabeza (Jesucristo)”

Domingo de Pentecostés

(Evangelio según San Juan capítulo 14 versículos del 23 al 31)
Homilía de San Gregorio, Papa.

Nos proponemos, hermanos carísimos, ser muy breves en la explicación de las palabras evangélicas, a fin que después podáis deteneros más tiempo en la contemplación de una tan gran solemnidad. Porque hoy el Espíritu Santo, con un inesperado estruendo descendió sobre los discípulos y transformó sus corazones carnales por medio de su amor. Al parecer en su exterior las lenguas de fuego, sus corazones quedaron interiormente inflamados, ya que viendo a Dios bajo el aspecto de fuego, ardieron suavemente en su amor. Porque el Espíritu Santo es amor, por lo cual dice San Juan: “Dios es caridad”. Por tanto, aquel que con toda su alma desea a Dios, ya posee ciertamente al que ama, ya que nadie podría amar a Dios, si no tuviera al que ama.

Si a cualquiera de vosotros se le pregunta, si ama a Dios, con toda confianza y seguridad responderá: Le amo. Pero habéis oído lo que al principio mismo de la lectura evangélica dice la verdad: “si alguno me ama, guardará mi palabra”. De consiguiente, la prueba del amor son las obras. Por esto San Juan, en su Epístola, dice: “El que dice: Amo a Dios, sino guarda sus Mandamientos, este tal es un mentiroso”. Amemos de verdad a Dios, si guardamos sus preceptos; si nos abstenemos de los placeres vedados. Pues aquel que se deja arrastrar por los placeres ilícitos, en verdad no ama a Dios, supuesto que con su voluntad le contradice.

“Y mi Padre le amará, y vendremos a Él, y constituiremos en él nuestra morada” . Pensad, carísimos hermanos, cuán grande sea esta dignidad, de tener en la habitación de nuestra alma la morada del mismo Dios. Ciertamente si en nuestras  casa entrase alguien muy rico o muy poderoso, con toda diligencia la limpiaríamos, a fin de que nada pudiese desagradar al huésped. Purifique, por lo tanto, las manchas de su interior, el que prepara para Dios la habitación de su alma, ya que Dios no puede morar en el alma manchada por el pecado mortal. Mas tened en cuenta lo que dice la Escritura: “Vendremos y haremos nuestra morada en Él”. Es cierto que el Señor viene a los corazones de algunos, y no hace en ellos su morada, ya que si bien mediante la compunción conciben cierto temor de Dios, con todo, al ser tentados se olvidan de que se hayan compungido, y así vuelven a los pecados de tal suerte como si jamás los hubiesen llorado.

domingo, junio 05, 2011

Requiem aetérnam dona eis, Dómine...

Este Domingo 05 de Junio de 2011, falleció la Señora Elva Peralta de Morello, ferviente cristiana y Madre de Su Excelencia Reverendísima Monseñor Andrés Morello.


Elevemos una plegaria por su alma al Altísimo pidiendo su eterno descanso.





Oración privilegiada

(El Papa Clemente VII concedió sacar un alma del Purgatorio cada vez que se rezaré la siguiente oración)

"Señor, Dios, que nos dejastes las señales de tu Pasión,
en la Sábana Santa, con la cual fue envuelto tu cuerpo
santísimo, cuando por José fuiste bajado de la Cruz,
concédenos piadosísimo, Señor, que por tu muerte y sepultura
sea llevada el Alma de tu Sierva Elva a la gloria de su Resurrección,
donde vivís y reinas con Dios Padre, en unidad
del Espíritu Santo Dios, por todos los siglos de los siglos.
Amén.



                                                

05 de Junio Domingo Después de la Ascensión del Señor

(Evangelio según San Juan capítulo 15 versículos del 26 al 27, capítulo 16 versículos del 1 al 4)
Homilía de San Agustín, Obispo.
El Señor Jesús, en el sermón que dirigió a sus discípulos después de la cena, cercano ya a la Pasión, debiendo partir y habiendo de privarles de su presencia corporal, por más que, por su presencia espiritual permaneciera entre todos los suyos hasta la consumación de los siglos; el Señor Jesús, en aquel discurso les exhortó a soportar las persecuciones de los impíos, a quienes designó con el nombre de mundo. Del seno de este mundo, con todo, había elegido a sus discípulos; se lo declaró a fin de que supieran que ellos eran lo que eran por la gracia de Dios; y que por sus vicios fueron lo que habían sido.

Después anunció claramente que los Judíos serían sus perseguidores y los de sus discípulos, a fin de que quedaran bien sentados que los que persiguen a los santos están comprendidos en está denominación de mundo condenable. Y después de decir que ellos desconocían al que le envió, y que, no obstante, odiaban al Hijo y al Padre, es decir, al que había sido enviado, llegó el pasaje en que dice: “Para que se cumpla lo que está escrito: me odiaron sin motivo”.

Después, como consecuencia, añadió aquello que empezamos a tratar: “cuando viniere el Consolador, que yo os enviaré del Padre, Espíritu de verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí, y vosotros también daréis testimonio, puesto que desde el principio estáis en mi compañía”. Ahora bien ¿cómo puede entenderse esto con relación a lo que antes había dicho: “Mas ahora me han visto y me han aborrecido a mí y a mí Padre, por donde se viene a cumplir la sentencia escrita en su ley: Me han aborrecido sin causa alguna”? ¿Acaso porque cuando vino el Paráclito, este Espíritu de Verdad, convenció con testimonio más evidentes a los que, habiendo visto sus obras, le aborrecieron? Hizo más aún: ya manifestándose a aquellos, convirtió a la fe, que obra mediante la caridad, a algunos de aquellos que habían visto, cuyo odio perduraba.

jueves, junio 02, 2011

Ascensión del Señor

La fiesta de la Ascensión es una de las más hermosas del año litúrgico, de una alegría dulce, suave y reposada, con dejos de santa tristeza  que la hacen aún más simpática al corazón cristiano y contemplativo. Es la inauguración oficial del Cielo por Jesucristo. Conquistólo El con su muerte y resurrección y nos lo brinda a todos como premio regalado de una vida santa, ajustada a su divina Ley. Ir, pues al cielo, debe constituir nuestra ambición y nuestro ideal. Con la esperanza de ir a él  y de gozar con él de goces inenarrables y eternos, debemos padecer con paciencia y hasta con amor las miserias de la tierra. ¡Arriba, pues, los corazones! ¡A vivir tan limpiamente, que merezcamos ver y amar a Dios para siempre y gozar con El la eterna bienaventuranza!

 “Varones de Galilea, ¿Por qué os asombráis, mirando el cielo? Aleluya: como habéis visto a Jesucristo subiendo al cielo, así vendrá, aleluya. Todas las naciones, aplaudid con vuestras manos, cantad a Dios con voces de regocijo” (Introito de la Santa Misa de la Ascensión)

miércoles, junio 01, 2011

Mes de Junio dedicado a honrrar al Sagrado Corazón de Jesús

    El miércoles 01 de Junio comienza el Mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, durante todo el mes podremos con esta pequeña Oración reparar su despreciado Corazón. Tratemos de rezarla en familia, preparándole un pequeño y modesto Altar, para alcanzar sus gracias y bendiciones.





31 de Mayo María Reina

En el año 1954, tres años después de la solemne proclamación del dogma de la Gloriosa Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos, el Papa Pío XII instituyó la nueva fiesta de MARIA REINA para hacer aún más refulgente la espléndida corona real que ciñe en el cielo y en todas la imágenes suyas de la tierra la cabeza de la Madre de Dios y nuestra, la criatura más bella y más rica salida de las manos de la Omnipotente, la más poderosa después de Dios, Reina de los Ángeles, Reina de los Apóstoles, Reina de los Mártires, Reina de las Vírgenes, Reina de todos los Santos, y ahora Reina oficial del Universo. ¡Dichosos los ángeles y los bienaventurados del Cielo que la pueden contemplar y honrar en cuerpo y alma, y percibir su voz armoniosa y recibir sus sonrisas y auscultar los latidos de su Inmaculado Corazón! Un día iremos también nosotros al cielo, y la contemplaremos y nos extasiaremos antes sus celestiales encantos. Entre tanto celebramos su realeza en la tierra, proclamemos sus glorias y formemos parte, con nuestra vida pura y digna, de su corte de honor.

Buscar este blog