domingo, marzo 11, 2012

III Domingo de Cuaresma

(Evangelio Según San Lucas capítulo 11, versículos del 14 al 28)

Homilía de San Beda, Venerable Presbítero (Sacerdote)

En este endemoniado, según San Mateo, no sólo era mudo sino ciego. De él se refiere que fue curado por el Señor, de tal suerte, que habla y veía. De consiguiente se realizaron tres milagros en mismo hombre: el ciego ve; el mudo habla; y el que estaba poseído es liberado del demonio. Lo cual en aquella ocasión se realizó de una manera visible, mas ahora tiene lugar todos los días en la conversión de los creyentes. Es arrojado de su alma en primer lugar el demonio, ven luego la luz de la fe, y se abre su boca, antes muda, para cantar las alabanzas divinas. “Algunos dijeron que echaba los demonios por poder virtud de Belzebú”. Esto no lo dijeron los del pueblo, sino que salió de la boca de los fariseos y escribas, como lo atestiguaron los otros Evangelistas.

El pueblo que parecía menos instruido, siempre admiraba las obras del Señor. Por lo contrario, los escribas y los fariseos trabajaban o para negar estas obras, o cuando no les era posible, procuraban echarlo a mala parte, como si fueran realizadas, no por Dios sino por el espíritu inmundo. “Y otros, tentándole, le pedían una señal del cielo”. Que querían que a semejanza de Elías hicieran descender fuego del cielo, o que, como en tiempo de Samuel, se viera de súbito, en un hermoso día de verano, retumbar el trueno, brillar los relámpagos y caer la lluvia a torrentes, como si estas cosas no pudiesen ser mal interpretadas, diciendo que acontecían en virtud de causas ocultas y de diversas perturbaciones atmosféricas. Mas tú  desnaturalizas lo que ves con los ojos, tocas con las manos, y que sucede para tu provecho, ¿Qué dirías de los prodigios venidos del cielo?

Mas él, luego que vio sus pensamientos, les dijo: “Todo reino en sí mismo dividido se arruinará, y una casa caerá sobre otra casa”. No contesta a sus palabras sino a sus pensamientos, a fin de que por lo menos así se vean obligados a creer en su poder, ya que veían lo mas secreto de su corazón. Mas, si todo reino en sí dividido  se arruinará, de consiguiente el reino del Padre, Hijo y Espíritu Santo no está dividido, ya que sin contradicción permanece, ni puede oposición alguna arruinarle, puesto que a de durar para siempre. Mas si Satanás en sí mismo esta dividido, ¿cómo puede permanecer su reino, ya que decís que yo arrojo los demonios por virtud de Belzebú?. Con esto quería que por su propia confesión dieran a entender que no creyendo en él, elegían el reino del diablo, el cual, a la verdad, no podían subsistir estando divididos contra sí mismo.

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