………… "Y tomé por abogado y señor al glorioso San José y
encomendéme mucho a él.
Vi claro que así de esta necesidad como de otras mayores de honra y
pérdida de alma este padre y señor mío me sacó con más bien que yo
le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que
la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes
que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los
peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros
santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a
este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que
quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la
tierra -que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía
mandar-, así en el cielo hace cuanto le pide.
Esto han visto otras algunas personas, a quien yo decía se
encomendasen a él, también por experiencia; y aun hay muchas que
le son devotas de nuevo, experimentando esta verdad.
Procuraba yo hacer su fiesta con toda la solemnidad que podía, más
llena de vanidad que de espíritu, queriendo se hiciese muy
curiosamente y bien, aunque con buen intento. Mas esto tenía malo, si
algún bien el Señor me daba gracia que hiciese, que era lleno de
imperfecciones y con muchas faltas. Para el mal y curiosidad y
vanidad tenía gran maña y diligencia. El Señor me perdone.
Querría yo persuadir a todos fuesen devotos de este glorioso Santo,
por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios.
No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares
servicios, que no la vea más aprovechada en la virtud; porque
aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan.
Paréceme ha algunos años que cada año en su día le pido una cosa, y
siempre la veo cumplida. Si va algo torcida la petición, él la endereza
para más bien mío."
Si fuera persona que tuviera autoridad de escribir, de buena gana
me alargara en decir muy por menudo las mercedes que ha hecho
este glorioso Santo a mí y a otras personas; mas por no hacer más de
lo que me mandaron, en muchas cosas seré corta más de lo que
quisiera, en otras más larga que era menester; en fin, como quien en
todo lo bueno tiene poca discreción. Sólo pido por amor de Dios que
lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien
que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. En
especial, personas de oración siempre le habían de ser aficionadas;
que no sé cómo se puede pensar en la Reina de los ángeles en el
tiempo que tanto pasó con el Niño Jesús, que no den gracias a San José
por lo bien que les ayudó en ellos.
Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso
Santo por maestro y no errará en el camino. Plega al Señor no haya yo
errado en atreverme a hablar en él; porque aunque publico serle
devota, en los servicios y en imitarle siempre he faltado."
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