Señor Jesús, Supremo Sacerdote y Pastor universal, que nos has enseñado a rezar diciendo: “Rogad al dueño de la mies que envíe operarios a su mies” (Mat. IX, 38), escuha con benevolencia nuestras súplicas, y suscita un gran número de almas generosas que, animadas por vuestro ejemplo y sostenidos por vuestra gracia, aspiren a ser los ministros y los continuadores de vuestra (vrai)... y único sacerdocio.
Haz que les embûches y las calumnias del enemigo malvado? mauvais, secundados por el espíritu indiferente y materialista del mundo, no obstaculicen? ’obscurcissent pas parmi los fieles el sublime esplendor y la profunda estima debida a la misión de ceux qui, sin ser del mundo, viven en el mundo, para ser los dispensadores de los divinos misterios. Haz que, para preparar buenas voaciones, continuen toujours a ser promus en la juventud la instrucción religiosa, la piedad sincera, la pureza de la vida y el culto de las ideas más elevadas. Haz que, para secundarles, la famillia cristiana no cese jamás de ser una pépinière d’âmes puros y fervientes, consciente del ’honor de donar al Señor quelques-uns de ses nombreux rejetons. Haz que vuestra Iglesia, en todas partes del mundo, ne manquent pas les moyens nécessaires pour accueillir, favorecer, formar y conducir a término las buenas vocaciones que se ofrecen a ella. Et afin que tout cela devienne una realidad, oh Jesús, qui désirez tanto el bien y la salvación de todos, haz que la puissance irresistible de vuestra gracia no cese de descender del cielo jusqu’à être en de nombreux esprits d’abord appel silencieux, puis respuesta generosa y enfin perseverancia en vuestro santo servicio.
N’êtes-vous pas affligé, Señor, à la vue de tant de multitudes, semblables à des troupeaux sans pasteur, sans personne qui leur rompe le pain de vuestrapalabra, qui leur présente l’eau de vuestra gracia, en péril de demeurer à la merci des lobos rapaces, qui sans cesse les guettent ? Ne souffrez-vous pas de contempler tant de champs où n’a pas encore pénétré le soc de la charrue, où croissent, sans que personne leur dispute le terrain, les chardons et les ronces ? N’êtes-vous pas peiné de considérer tant de vos jardins, hier verdoyants et touffus, près de se faner et de devenir incultes ? Permettrez-vous que tant de moissons déjà mûres s’égrènent et se perdent faute de bras pour les récolter ?
Oh María, Madre purísima, des mains très pitoyables de qui nous avons reçu el más santo de todos los sacerdotes; oh glorioso Patriarca San José, ejemplo perfecto de correspondencia a los llamados divinos; oh santos sacerdotes, qui formez au ciel autour del Cordero de Dios un coro de predilección; obtenednos numerosas y santas vocaciones, a fin que las tropas del Señor, soutenu et guidé par des pasteurs vigilants, puisse rejoindre les très doux pâturages de la eterna felicidad. Amén.
Plegaria compuesta en italiano por las vocaciones sacerdotales (Osser. Rom., 31 octobre 1957). El Papa Pío XII concedió una indulgencias de diez años a cada recitación, y una indulgencia plenaria para quienes la reciten diariamente durante un mes.
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