Cada Día
Acto de Contrición
¡Dulcísimo Corazón de Jesús, que en este Divino Sacramento estás vivo e inflamado de amor por nosotros! Aquí nos tenéis en vuestra presencia, pidiéndonos perdón de nuestra culpa e implorando vuestra misericordia. Nos pesa ¡oh buen Jesús! de haberos ofendido, por ser Vos tan bueno que no merecéis tal ingratitud. Concedednos luz y gracia para meditar vuestras virtudes y formar según ellas nuestros pobre corazón. Amén.
Día 8
EL SAGRADO CORAZÓN
MODELO DE RECOGIMIENTO Y MODESTIA
I
¿Qué ves alma cristiana, en la figura exterior de tu Divino Jesús? Ves el retrato más acabado del recogimiento y de la modestia cristiana. Mírale bien y aprende de El cómo has de ser en tu porte y maneras, si quieres hasta en eso llevar el sello del Sagrado Corazón.
Su voz es quieta y sumisa, sus palabras prudentes y pocas, su andar grave y mesurado, su mirada recogida y bondadosa. El semblante de Jesús era tal, que inspiraba sentimientos de virtud a quien lo contemplaba, y era imposible verlo interiormente mejorado.
Sus enemigos nunca pudieron tacharle de ligereza y desenvoltura. Los que sin cesar buscaban por agarrarle la palabra, jamás pudieron echarle en rostro una que fuese inconveniente. Su alegría eran edificante como su austeridad; nadie le oyó ruidosas carcajadas, ni le vió desacompasadas movimientos. Todo su exterior era el reflejo del orden, paz, igualdad y armonía en su divino interior.
Dadme a conocer ¡oh dulce Jesús! los suaves encantos de esta celestial virtud.
Medítese unos minutos.
II
Rodeadlo, Señor, de esta preciosa virtud como de fortísima muralla, para que sea plaza cerrada e inexpungable, donde slo entréis Vos, y nunca jamás vuestros enemigos.
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