jueves, abril 04, 2013

Saludos desde el Monasterio Nuestra Señora de Guadalupe


 29 de marzo 2013
                                                                       Viernes Santo.

        Queridos fieles y amigos:

                                       Quiera Dios bendecirles.


                                       La soledad de la Cruz y el Calvario se ha acentuado aún más gracias a los últimos acontecimientos de la faz visible de la Iglesia. Los pontífices judíos que asistieron (y causaron) la muerte de CRISTO gritaban: “bájate de la Cruz y creeremos en Ti”. Gritan hoy lo mismo desde Roma en donde el discurso que se dice y el ejemplo que se da buscan agradar a  aquellos que gritaban en el asesinato más grave de la historia y a aquellos que hoy gobiernan a las naciones, ajenos en todo a Jesucristo.

                                       La Roma de hoy ya no mira a Dios, mira a todos menos a Él,  o a aquellos  que todavía le doblan la rodilla. De alguna manera, ¡A Dios gracias! Que no se ocupen de nosotros los que desprecian a Dios, no queremos saber nada con aquellos  que destruyendo la Religión, pierden a las almas.
                                       Les toca a ustedes enfrentar  esta situación. No hay componenda posible; la FE no puede discutirse con los no católicos y la Moral tampoco con los que no respetan la Ley de Dios.

                                       Es imperativo ser buenos para no traicionar a Dios; empujar a otros para que no se pierdan ni se condenen; ser generosos los solteros para dar la vida a Dios en un momento crucial de la historia en que han dejado solo a Cristo, han huído los pastores, y la Iglesia necesitaría un ejército cerrado de hombres valerosos y abnegados y deseosos de salvarse y de arrebatar al diablo las almas creadas para Dios.

                                       En medio de esta situación penosa, ¡Santas Pascuas! cerca de la Cruz de Cristo, de la Virgen Madre y del Apóstol Virgen.

                                                                        + Mons. Andrés Morello.

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