domingo, julio 17, 2011

Aniversario de la "Quo Primum Tempore", en defensa del sacrificio perpetuo


La Santa Misa es el mismo sacrificio del Monte Calvario, traído a cada altar católico
  El Papa San Pío V no inventó nada nuevo, su confirmación del Canon de la Santa Misa el 14 de julio de 1570 tiene el perpetuo propósito de conservar intacto el Dogma y la validez sacramental del Sacrificio del Calvario, traído a la Santa Misa por el poder de Cristo conferido a sus vicarios legítimos, los sacerdotes católicos.
  El cambio del Canon atenta gravemente contra la Fe y la validez del Sacramento de la Eucaristía; así lo consideró el Sacrosanto, Ecuménico y General Concilio de Trento y sus padres investigaron intensamente para purificar y preservar del error el Canon de la Santa Misa, y confirmar y purificar hasta la forma prístina de la misma, es decir la misa tal y como fue enseñada por los primeros Padres de la Iglesia.
Antecedentes de la Quo Primum Tempore
  Simultáneamente al Concilio de Trento (1545-1563) el Canon de la Santa Misa ya era atacado abiertamente por la Sinagoga de Satanás y destruido con los nuevos ritos anglicanos y protestantes (por Cranmer, Lutero, Calvino, Zwinglio y otros).
  Así, la Iglesia universal decretó el 3 de marzo de 1547, los CÁNONES DE LOS SACRAMENTOS EN COMÚN
CAN. XIII: Si alguno dijere, que se pueden despreciar u omitir por capricho y sin pecado por los ministros, los ritos recibidos y aprobados por la Iglesia católica, que se acostumbran practicar en la administración solemne de los Sacramentos; O QUE CUALQUIER PASTOR DE LAS IGLESIAS PUEDE MUDARLOS EN OTROS NUEVOS; SEA EXCOMULGADO.  
    Y específicamente sobre el Canon precisó en la sesión del  17 de septiembre de 1562:
CAN. VI. Si alguno dijere, que el Canon de la Misa contiene errores, y que por esta causa se debe abrogar; sea excomulgado.
  El concepto abrogación incluye a cualquier autoridad de igual o mayor jerarquía (no como mal expresa JC Ceriani de la FSSPX). Así que ningún Papa o Concilio de igual jerarquía puede abrogar (cambiar) el Canon de la Santa Misa, nunca. Contrariamente a lo que afirman quienes defienden los cambios realizados por Juan 23º como lícitos y los llevan a la práctica, como sucede con la “Fraternidad Sacerdotal San Pío X”, y sus ad láteres como el “Instituto del Buen Pastor”, la Sociedad “San Juan María Vianney”, los abonados de “Una Voce” del israelita Michael Davies y la “Fraternidad San Pedro”, entre otros.

Y así lo explica claramente San Pío V en la Quo Primum Tempore:


San Pío V y San Ignacio de Loyola
EN ADELANTE Y POR LA PERPETUIDAD DE LOS TIEMPOS FUTUROS PROHIBIMOS QUE SE CANTE O SE RECITE OTRAS FÓRMULAS QUE AQUELLAS CONFORMES AL MISAL EDITADO POR NOS
  Igualmente queda excomulgado quien afirme que la Misa se debe celebrar en lengua vulgar:
CAN. IX. Si alguno dijere, que se debe condenar el rito de la Iglesia Romana, según el que se profieren en voz baja una parte del Canon, y las palabras de la consagración; o que LA MISA DEBE CELEBRARSE SÓLO EN LENGUA VULGAR, o que no se debe mezclar el agua con el vino en el cáliz que se ha de ofrecer, porque esto es contra la institución de Cristo; sea excomulgado. 
  Por último, el Sacrosanto Concilio ordenó que se iniciara la revisión del Santo Misal y se entregara dicho estudio a la persona del Sumo Pontífice para que con su autoridad infalible lo confirmara cual auténtico y lo canonizara a perpetuidad:
  “En la Sesión segunda, celebrada en tiempo de nuestro santísimo Padre Pío IV, cometió el santo Concilio a ciertos Padres escogidos, que examinasen lo que se debía hacer sobre varias censuras, y libros o sospechosos o perniciosos, y diesen cuenta al mismo santo Concilio. Y oyendo ahora que los mismos Padres han dado la última mano a esta obra, sin que el santo Concilio pueda interponer su juicio con distinción y oportunidad, por la variedad y muchedumbre de los libros; MANDA QUE SE PRESENTE AL SANTÍSIMO PONTÍFICE ROMANO CUANTO DICHOS PADRES HAN TRABAJADO, PARA QUE SE DETERMINE Y DIVULGUE POR SU DICTAMEN Y AUTORIDAD. Y LO MISMO MANDA HAGAN RESPECTO DEL CATECISMO LOS PADRES A QUIENES ESTABA ENCOMENDADO, ASÍ COMO RESPECTO DEL MISAL Y BREVIARIO.”

Promulgación de la Bula Quo Primum Tempore

  El Canon de la Misa que permanece hasta el día de hoy en la verdadera Iglesia Católica es el mismo que celebraban los santos Padres de la Iglesia, los Mártires, los Doctores, los Cruzados, los Misioneros, por ese motivo se le llama LA MISA DE SIEMPRE.
   Es la Santa Misa que celebraban los Sumos Pontífices de la Iglesia, quienes velaron siempre por su integridad y pureza, especialmente tras las añadiduras que se fueron introduciendo a lo largo de siglos y países, ya fuera con la intención de “enjoyarla” o por mala fe.
   Por lo anterior, fue necesario RESTAURAR LA SANTA MISA A SU RITO PRÍSTINO (ORIGINAL O PRIMERO) DE LOS PRIMEROS PADRES; tarea santamente asumida por los Papas Pablo IV y San Pío V, con la ayuda de eminentísimos sabios católicos del Concilio de Trento, quienes tras una gran labor de investigación histórica, verificación y revisión teológica, LA PRESENTARON PURIFICADA DE TODO ERROR Y ALTERACIÓN SUFRIDA CON EL TIEMPO.
   Este rito, definido por San Pío V como el PRÍSTINO (PRIMERO U ORIGINAL DE LA MISA) fue proclamado solemnemente en la Bula Quo Primum Tempore CODIFICADO A PERETUIDAD, como el RITO DEL MISAL ROMANO que debería ser celebrado en todo el orbe cristiano, sin cambios en su parte esencial o Canon,  hasta la consumación de los siglos.

Representación de la Última Cena en la cinta La Pasión

¿Qué es la Santa Misa?

   Como enseña la Iglesia en el Concilio de Trento:
LA SANTA MISA ESENCIALMENTE ES LA MUERTE DEL CALVARIO”.
   Durante la Misa, el Sacrificio del Calvario es traído milagrosamente a cada altar en forma REAL aunque INCRUENTA (sin derramamiento de Sangre) .
   En cada Misa la muerte es REAL, porque la muerte en el Calvario fue REAL, y se hace presente místicamente, por milagro, en cada Misa.
   Para no confiarnos a nuestro sólo entender, nos remitimos al Curso Superior de Religión del Pbro. J. Rafael Faría, cuya primera edición data de 1942:
LA MISA ES UN VERDADERO SARIFICIO
   Encierra los elementos de todo sacrificio.- encontramos en la Misa los elementos esenciales al sacrificio:
a) Ofrenda de una cosa sensible: a saber el Cuerpo y la Sangre de Cristo hechos sensibles, bajo las especies sacramentales (pan y vino).
b) Ministro legítimo: el principal es Jesucristo; sólo Él puede decir: “éste es Mi Cuerpo, ésta es Mi Sangre”. El sacerdote es el ministro secundario que hace visiblemente sus veces.
c) Inmolación. Cristo se inmola en la Misa MÍSTICAMENTE, en cuanto se presenta con carácter de víctima.
d) En honor de Dios. Porque la Misa es un acto de latría para rendir al Altísimo homenaje de adoración.
LA MISA Y EL SACRIFICIO DE LA CRUZ
   La Misa no es una simple representación sino que es LA RENOVACIÓN DEL SACRIFICIO DE LA CRUZ. El Concilio de Trento enseña que el Sacrificio de la Misa es esencialmente el mismo que el Sacrificio de la Cruz.
   El Pbro. J. Rafael Faría en su Curso Superior de Religión da respuesta al estado del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor de las especies consagradas con las siguientes palabras:
“SE PRESENTA EN ESTADO DE MUERTE”
¿Cómo es posible lo anterior?
   Ese Sacrificio, POR SER MÍSTICO, está fuera del tiempo terrenal y al renovarse, en realidad ES EL MISMO SACRIFICIO DEL CALVARIO PERO PRESENTE, EN LA ACTUALIDAD, TRAÍDO MILAGROSAMENTE, A TODOS LOS ALTARES DEL MUDO SIN NECESIDAD DE QUE JESÚS MUERA CADA VEZ QUE SE REALIZA LA CONSAGRACIÓN. ES LA MUERTE DEL CALVARIO RENOVADA MILAGROSAMENTE, NO REINICIADA.
   Además, las sagrada forma se consume y destruye, razón por la cual sería contradictorio hablar de que consumimos a Cristo en carne viva y que luego se destruye, como de hecho sucede con la sagrada especie.
LA INMOLACIÓN MÍSTICA
   El Padre Rafel Faría abunda:
  La inmolación de Cristo en la Misa es mística, pues Él no puede ya padecer ni (volver a) morir en realidad; y consiste:
   a) En que se presenta como víctima inmolada: Porque se nos muestra en estado de profunda humillación, muy distinto de su gloria en el Cielo.
   b) En que APARECE EN ESTADO DE MUERTE: Aunque no sufra en la Eucaristía (una nueva) muerte real, SÍ EVOCA Y REPRODUCE SU INMOLACIÓN DEL CALVARIO. APARECE EN ESTADO DE MUERTE MÍSTICA PORQUE SU CUERPO APARECE MÍSTICAMENTE SEPARADO DE SU SANGRE, ya que en fuerza de las palabras de la Consagración sólo Su Cuerpo está presente en la Hostia y sólo Su Sangre está en el cáliz consagrado.
   En la Misa hay dos consagraciones diferentes; y hay separación entre las dos especies. Y tiene tanta importancia la representación sacramental de la Muerte de Cristo por esta separación mística entre Su Cuerpo y Su Sangre, que la Iglesia nunca permite la Consagración de una sola especie, ni siquiera para darle la comunión a un moribundo.
   c) En que la Víctima se consume: la víctima se consume porque la Santa Comunión pone fin a la existencia sacramental de Cristo, esto es que desaparece su Cuerpo al consumirse las especies.

CÁNONES DEL SACROSANTO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA PRESCRITOS POR EL SACROSANTO CONCILIO DE TRENTO

CAN. I. Si alguno negare, que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia todo Cristo; sino por el contrario dijere, que solamente está en él como en señal o en figura, o virtualmente; sea excomulgado.
CAN. II. Si alguno dijere, que en el sacrosanto sacramento de la Eucaristía queda substancia de pan y de vino juntamente con el cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo; y negare aquella admirable y singular conversión de toda la substancia del pan en el cuerpo, y de toda la substancia del vino en la sangre, permaneciendo solamente las especies de pan y vino; conversión que la Iglesia católica propísimamente llama Transubstanciación; sea excomulgado.
CAN III. Si alguno negare, que en el venerable sacramento de la Eucaristía se contiene todo Cristo en cada una de las especies, y divididas estas, en cada una de las partículas de cualquiera de las dos especies; sea excomulgado.
CAN. IV. Si alguno dijere, que hecha la consagración no está el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo en el admirable sacramento de la Eucaristía, sino solo en el uso, mientras que se recibe, pero no antes, ni después; y que no permanece el verdadero cuerpo del Señor en las hostias o partículas consagradas que se reservan, o quedan después de la comunión; sea excomulgado.
CAN. V. Si alguno dijere, o que el principal fruto de la sacrosanta Eucaristía es el perdón de los pecados, o que no provienen de ella otros efectos; sea excomulgado.
CAN. VI. Si alguno dijere, que en el santo sacramento de la Eucaristía no se debe adorar a Cristo, hijo unigénito de Dios, con el culto de latría, ni aun con el externo; y que por lo mismo, ni se debe venerar con peculiar y festiva celebridad; ni ser conducido solemnemente en procesiones, según el loable y universal rito y costumbre de la santa Iglesia; o que no se debe exponer públicamente al pueblo para que le adore, y que los que le adoran son idólatras; sea excomulgado.
CAN. VII. Si alguno dijere, que no es lícito reservar la sagrada Eucaristía en el sagrario, sino que inmediatamente después de la consagración se ha de distribuir de necesidad a los que estén presentes; o dijere que no es lícito llevarla honoríficamente a los enfermos; sea excomulgado.
CAN. VIII. Si alguno dijere, que Cristo, dado en la Eucaristía, sólo se recibe espiritualmente, y no también sacramental y realmente; sea excomulgado.
CAN. IX. Si alguno negare, que todos y cada uno de los fieles cristianos de ambos sexos, cuando hayan llegado al completo uso de la razón, están obligados a comulgar todos los años, a lo menos en Pascua florida, según el precepto de nuestra santa madre la Iglesia; sea excomulgado.
CAN. X. Si alguno dijere, que no es lícito al sacerdote que celebra comulgarse a sí mismo; sea excomulgado.
CAN. XI. Si alguno dijere, que sola la fe es preparación suficiente para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía; sea excomulgado. Y para que no se reciba indignamente tan grande Sacramento, y por consecuencia cause muerte y condenación; establece y declara el mismo santo Concilio, que los que se sienten gravados con conciencia de pecado mortal, por contritos que se crean, deben para recibirlo, anticipar necesariamente la confesión sacramental, habiendo confesor. Y si alguno presumiere enseñar, predicar o afirmar con pertinacia lo contrario, o también defenderlo en disputas públicas, quede por el mismo caso excomulgado.

Unidad en la Fe

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