“In nómine Iesu omne genuflectátur…”(Filipenses 2,10)
Al nombre de Jesús todos doblen la rodilla.
Debemos someternos a Jesucristo, con nuestra inteligencia y con nuestra voluntad, con nuestros sentidos internos (la memoria y la imaginación) y con nuestros sentidos externos (la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato).
Todo nuestro ser, con nuestras decisiones debe estar sometido a Cristo, de manera libre y perseverante.
¡Que distinta es la situación que hoy vivimos! Tanto el hombre de manera personal, como familiar y socialmente se ha revelado contra Jesucristo.
“¿Por qué se amotinan las gentes,
Y las naciones traman vanos proyectos?
Se han levantado los reyes de la tierra,
Y a una confabulan los príncipes,
Contra el Señor y contra su Cristo.”(Salmo 2,1-2)
Hoy se niega que existe la ley natural, la ley de Dios. De lo mismo afirman la verdad o la mentira, obrar el bien o el mal, solo se busca la comodidad, el placer, hacer mis caprichos y a esto se lo denomina “libertad” ; ¿Puede haber libertad sin someterse el hombre a su Creador?; ¿Puede haber libertad, sin reconocer la necesidad de ser salvos por Jesucristo, Dios hecho hombre?; ¿Puede haber libertad, cuando se ignora, se desprecia el Santo Sacrificio de la Misa, el Bautismo, la Confesión, en una palabra la gracia y los sacramentos como instrumentos de Cristo para aplicarnos la Redención?
Comenzamos un nuevo año civil, y nos recuerda que el tiempo nos es dado como algo precioso para usarlo correctamente y así entrar en la Eternidad.
Si Dios hoy nos llama a su juicio ¿A qué eternidad pasarías? ¿A una eternidad bienaventurada, el cielo o a una eternidad de fuegos, el Infierno?
¿Qué es el tiempo? Sino un minuto entre dos eternidades.
El dueño del tiempo, el Dios eterno, se ha hecho hombre y humildemente se somete al Rito de la Circuncisión, dado por el Señor a Moisés en la antigua ley.
“...Habiéndose cumplido los ocho días para su circuncisión, le pusieron por nombre Jesús” (San Lucas 1,21)
Su sangre derramada en este rito mosaico, era suficiente para salvarnos y sin embargo. “se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz” (Filipenses 2,8)
Aquel a quien por designio del Altísimo,…”le pondrá por nombre Jesús”(San Lucas 1.31), le dijo al Arcángel San Gabriel a la Santísima Virgen María “...el nombre que es sobre todo nombre…”(Filipenses 2,9). “Pues debajo del cielo no hay otro nombre dado a los hombres, por medio del cual podamos salvarnos (Hechos de los Apóstoles 4,12). Hoy estas verdades fundamentales, se niegan aún por aquellos que a veces se dan el nombre de Católicos, Cristianos….
Decidámonos a ser Católicos cien por cien, que siguen a Jesucristo no sólo en la Iglesia, sino también en las decisiones que tómanos, decidamos con la mentalidad de Cristo, con la mentalidad de su Iglesia.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
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