sábado, julio 16, 2011

Virgen del Carmen Bella...

Nuestra Señora de Monte Carmelo, referida comúnmente como Virgen del Carmen, es una de las diversas advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, un nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como 'jardín'. Existen hoy en activo órdenes carmelitas repartidas por todo el mundo, masculinas y femeninas, las cuales giran en torno a esta figura mariana.
Según la tradición, durante la celebración de Pentecostés, algunos fieles que investigaban la vida de los profetas Elías y Eliseo en el Monte Carmelo, actual Israel, fueron convertidos alcatolicismo tras la aparición de una nube en la que iba una imagen de María. En ese monte, fundaron un templo en honor a la Virgen y la congregación de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, la que pasó a Europa en el siglo XIII luego de su persecución en Tierra Santa.
El 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se habría aparecido a San Simón Stock, superior general de la Orden, al que le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según es tradición la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo, creencia que ha sido respaldada por los Pontífices. La iconografía principal de la Virgen la muestra portando dicho escapulario.
La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa y América, destacando entre ellos EspañaCosta RicaGuatemalaPanamáPerúColombia,Chile y Argentina.
En España es patrona del mar y de la Armada Española. También lo es del Ejército de los Andes, que liderado por el general José de San Martín, gestó la independencia de ArgentinaChile y Perú. Es considerada Reina y Patrona de Chile, de sus Fuerzas Armadas y deCarabineros de Chile; es patrona de los transportadores en Colombia; en el Perú es “Patrona del Criollismo”; en Bolivia es la patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas; y en Venezuela es la patrona del Ejército.
Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman CarmenCarmela o Carmelo, celebrando su onomástica el día de la fiesta de esta Virgen, el 16 de julio.

domingo, julio 10, 2011

Ejercicios espirituales

Durante los días 10 de Julio hasta el sábado 16 nos encontraremos en Retiro Espiritual, nos encomendamos a sus oraciones. 

La Providencia nos ha bendecido...

En este Domingo día del Señor se ha hecho público a la feligresía católica que Dios nos a confiado la adquisición de una Custodia para ostentar a Jesucristo en la Sagrada Eucaristía y así tributarle culto de alabanza y adoración, de reparación y acción de gracias; suplicando al Amor de los Amores que sea reconocido no solo en los corazones, si no también, en las familias y en la sociedad toda.

Gracias a los que han hecho realidad este anhelo de que Cristo tuviera un vaso digno de honor y que represente el lugar que queremos que ocupe en nuestras vidas. 

¡¡¡VIVA JESÚS SACRAMENTADO!!!










IV Domingo después de Pentecostés

(Evangelio según San Lucas capítulo 5 versículos del 8 al 11)
Homilía de San Ambrosio, Obispo.

A partir de la hora en que el Señor, con diversos milagros, hubo devuelto la salud a muchos enfermos de los que deseaban ardientemente curar, no se detuvo antes las dificultades del tiempo ni del lugar. La noche se acercaba, más ellos le seguían aún; encaminóse hacia el lago, mas ellos se agolparon entorno suyo; por lo cual se vio obligado a subir a la barca de Pedro. Esta es la barca que nos presenta San Mateo batida aún por las olas, y San Lucas llena de peces, para que veamos en ella las fluctuaciones de la Iglesia en origen y su posterior florecimiento. Los peces figuran los que navegan por el océano de la vida. Allí Jesucristo dormita todavía para sus discípulos; aquí manda como dueño. Jesús duerme, en efecto, en las almas tibias, pero vela en las almas perfectas.

Esta barca en la que navega la sabiduría, de la cual esta ausente la traición, ya que se mueve al soplo de la fe, no corre peligro alguno. Pues ¿ que podría temer teniendo por piloto a aquel en quien se apoya la Iglesia?. Allí, pues, dominaba el temor porque había poca fe; pero aquí se halla la seguridad, porque el amor es perfecto. Mas aunque todos reciben la orden de echar las redes, solamente a Pedro se le dice: “Guía mar adentro”, es decir, penetra en la profundidad de la doctrina. En efecto: ¿puede llegarse a mayor profundidad que a descubrir el abismo de las riquezas celestiales, a conocer el Hijo de Dios y a confesar su generación divina?. El espíritu humano no puede, en verdad, comprender plenamente por las investigaciones de su inteligencia esta generación, pero la barca por plenitud de la fe.

Y a la verdad, si bien no me es dado comprender cómo es engendrado de Dios, no me es lícito tampoco ignorar que realmente lo es. Ignoro el modo de su generación, pero conozco su principio. No estábamos presentes cuando el Hijo de Dios era engendrado del Padre, pero sí lo estábamos cuando el Padre le llamó Hijo de Dios. Sino creemos a Dios ¿a quien creeremos?. Porque todo cuanto creemos, o lo creemos por haberlo visto, o por haberlo oído. La vista puede engañarse en ciertas ocasiones, más el oído está seguro en materia de fe.

sábado, julio 09, 2011

09 de Julio Virgen de Itatí

Historia de la Virgen de Itatí
 La Virgen de Itatí, que se venera en el santuario de la localidad homónima, surgió luego de que el franciscano Luis de Bolaños llevara a esta imagen de la Virgen en 1589 a su lugar actual. La imagen está tallada en timbó y el rostro en nogal; el nombre de la Pura y Limpia Concepción de Itatí viene de la lengua guaraní "ita", roca, y "tí ", blanca, o sea, “piedra blanca”, por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria. 

Luego de que la Virgen de Itatí fuera traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá, los franciscanos la llevaron consigo hacia el sur, a Guayrá, debido a los constantes ataques de los indígenas. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció. 
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedó abandonado, y fray Luis de Bolaños fundó la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. El 16 de julio de 1900, la imagen fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí fue proclamada su patrona y protectora

09 de Julio Nuestra Señora de Chinquiquirá Patrona de Colombia


El 9 de julio de 1919, las autoridades civiles y religiosas (Msr. Herrera, Arzobispo de Bogotá y don Marco Fidel Suárez, Presidente de la República) coronaron solemnemente a nuestra señora de Chiquinquirá como Reina de Colombia.

Historia de Nuestra Señora de Chiquinquirá

Hacía el año 1563 Don Antonio de Santana jefe español del pueblo de Sutamarchán llevá a la Capilla de su pueblo una imagen que por medio del hermano dominico Andrés Jadraque ha mandado pintar en tunja al pintor Alonso de Narváez.
El encargo era pintar la Virgen del Rosario, pero como sobraba tela a los lados, pintaron al lado derecho de la Virgen a San Antonio (Patrono de Dn Antonio de Santana) y al lado izquierdo a San Andrés (Apóstol del Hmno. Andrés) este santo tiene a su lado la cruz en que lo crucificaron (en forma de X) y San Antonio lleva sobre un libro al Niño Jesús (porque se dice que se le aparecía el Divino Niño). El cuadro es colocado en la Capilla de Sutamarchán pero como el techo es de paja, poco a poco empiezan a caer goteras, y unos años después la pintura está casi totalmente borrada.
En 1578 el cuadro está tan borroso y deteriorado que el Párroco, P. Leguizamón, lo hace quitar del altar y lo envía a una finca que el Sr. Santana tiene en Chiquinquirá, finca llamada "Aposentos" palabra que significa "casa grande para dar alojamiento a indios y campesinos). En 1585 llega de España una sencilla mujer, llamada María Ramos, familiar de la esposa de Don Antonio de Santana y se va a trabajar como doméstica a la casa de ellos en Chiquinquirá.
Allí en el ranchejo que hace de Capilla encuentra María Ramos el cuadro que en 1578 había sido quitado de la Capilla de Sutamarchán por estar demasiado viejo y borrado, pero ahora si que es cierto que está deteriorado. Todo es agujero y mugre.
La piadosa mujer lo observa y al ser informada de que en un tiempo fué una imagen de la Sma. Virgen, pero que por estar ya tan en mal estado se ha empleado para poner semillas a secar al sol, se dedica a quitarle el polvo y la mugre y lo cuelga en una especie de marco. María Ramos pasa largos ratos de rodillas allí ante el borroso cuadro pidiendo a la Virgen que la consuele porque extraña su casa y su patria, y rogándole que por favor se digne hacerse un poco más visible porque allí en aquella tela casi no se notaba nada.
Pasan los meses, y María Ramos suplicaba: "Rosa del cielo ¿cuándo te pondremos contemplar bien?".
La Renovación: Dice la crónica de aquel tiempo: así las cosas el día 26 de diciembre de 1586, a eso de las 9 de la mañana pasaba una india cristiana llamada Isabel que llevaba en la mano a su hijo de 4 años llamado Miguel y al pasar por frente a la Capilla le dijo: "Madre mía, mire a la Madre de Dios que está en el suelo" volvió la india hacia el altar y vió como la imagen de la Madre de Dios estaba en el suelo despidiendo de si un resplandor celestial que inundaba toda la Capilla. Quedó asombrada la india y muy despavorida le dijo en altas voces a María Ramos: "mire señora que la Madre de Dios se ha bajado del sitio donde estaba y parece que se está quemando".
Volvió María Ramos el rostro y vió que la imagen de la Sma. Virgen estaba de la manera que decía la india y admirada de ver tan estupendo portento, llena de asombro y pasmo, dando goces y derramando lágrimas fué corriendo hasta el sitio donde estaba la imagen y arrodilándose se quedó mirándola y rezándole con gran fe y devoción.
A los clamores de María Ramos y de la india, acudió Juana de Santana, y juntas, las tres piadosas mujeres, postradas de rodillas estuvieron largo rato contemplando gozosas aquellos resplandores de Gloria que llenaban de luz la Capilla y de alegría los corazones.
Y sigue diciendo la crónica de aquel tiempo: "Estaba la milagrosa imagen en el suelo recostada e inclinada hacia el altar en el mismo sitio en el que acostumbraba hacer oración María Ramos. La pintura se había vuelto tan renovada y de celestiales colores y que era una gloria el verla. Cesaron los resplandores que despedía la milagrosa imagen de la madre de Dios y después de un rato, con respeto y devoción levantaron de aquel sitio el milagroso cuadro y lo colocaron en el puesto que había ocupado antes, sobre el altar.
"Apenas estuvo colocado el cuadro en su sitio, llegaron otro tanto de mujeres del servicio y viendo la bendita imagen en aquella hermosura nunca vista y con el rostro tan encendido, renovada de colores toda la imagen, se quedaron asombradas y postrándose de rodillas todos los presentes hicieron adoración y todo aquel día estuvo llena de gente la humilde Capilla, pues muchos venían a dar gracias a Dios y a contemplar la maravillosa imagen y la celestial hermosura que se ve al presente.
La fama de tan impresionante suceso corrió rápidamente por todo el vecindario. Indios y españoles comenzaron a acudir de todos los alrededores, y en un par de meses todo el territorio del virreinato Nueva Granada, estaba informado el acontecismo, y los milagros empezaron a duplicarse.
A los 15 días llegó el párroco de Sutmarchán a comprobar el hecho. Se quedó admirado de la renovación milagrosa. Habiendo reverenciado a la Virgen con mucha devoción, llamó a los testigos que habían presenciado la Renovación y ante un escribano les hizo hacer declaraciones juramentadas de lo que habían visto, con todos sus detalles. Todos declararon bajo la gravedad del juramento lo que acabamos de narrar, y el 10 de enero de 1587 en sobre cerrado y sellado fueron enviadas estas declaraciones al Arzobispo de Santa Fe de Bogotá.
El Sr. Arzobispo ante la noticia de que de todas partes se dirigen peregrinos a rezar ante el famoso cuadro, envía a unos investigadores especiales a indagar todos los detalles y después de mil averiguaciones, los especialistas concluyen que lo acontecido es algo excepcional, algo divino. Entonces el Sr. Arzobispo en persona se va a visitar el cuadro y no le queda más que repetir las palabras que dijo Jacob en la Biblia: "Verdaderamente Dios está en este sitio, y yo no lo sabía" (Gn. 28, 16).
Las gentes acudían de todas la regiones y la Madre bendita comenzó a obrar curaciones y conversiones en favor de devotos. Pero el milagro más grande y más frecuente que la Virgen de Chiquinquirá hace a sus devotos es la de la Conversión, que dejen su vida de pecado y empiecen una vida como Dios la desea.

viernes, julio 08, 2011

Práctica del abandono confiado de San Claudio de la Colombiére

Nos queda por ver cómo podemos alcanzar esta feliz sumisión. Un camino seguro para conducirnos es el ejercicio frecuente de esta virtud.

Pero como las grandes ocasiones de practicarla son bastante raras, es necesario aprovechar las pequeñas que son diarias y cuyo buen uso nos prepara en seguida para soportar los mayores reveses, sin conmovernos. No hay nadie a quien no sucedan cien cosillas contrarias a sus deseos e inclinaciones, sea por nuestra imprudencia o distracción, sea por la inconsideración o malicia de otro, ya sean el fruto de un puro efecto del azar o del concurso imprevisto de ciertas causas necesarias. Toda nuestra vida está sembrada de esta clase de espinas que sin cesar nacen bajo nuestras pisadas, que producen en nuestro corazón mil frutos amargos, mil movimientos involuntarios de aversión, de envidia, de temor, de impaciencia, mil enfados pasajeros, mil ligeras inquietudes, mil turbaciones que alteran la paz de nuestra alma al menos por un momento. Se nos escapa por ejemplo una palabra que no quisiéremos haber dicho o nos han dicho otra que nos ofende; un criado sirve mal o con demasiada lentitud, un niño os molesta, un importuno os detiene, un atolondrado tropieza con vosotros, un caballo os cubre de lodo, hace un tiempo que os desagrada, vuestro trabajo no va como desearíais, se rompe un mueble, se mancha un traje o se rompe.Sé que en todo esto no hay que ejercitar una virtud heroica, pero os digo que bastaría para adquirirla infaliblemente si quisiéramos; pues si alguien tuviera cuidado para ofrecer a Dios tolas estas contrariedades y aceptarlas como dadas por su Providencia, y si además se dispusiera insensiblemente a una unión muy íntima con Dios, será capaz en poco tiempo de soportar los más tristes y funestos accidentes de la vida. A este ejercicio que es tan fácil, y sin embargo tan útil para nosotros y tan agradable a Dios que ni puedo decíroslo, hemos de añadir también otro: Pensad todos los días, por las mañanas, en todo lo que pueda sucederos de molesto a lo largo del día. Podría suceder que en este día os trajeran la nueva de un naufragio, de una bancarrota, de un incendio; quizá antes de la noche recibiréis alguna gran afrenta, alguna confusión sangrante; tal vez sea la muerte la que os arrebatará la persona más querida de vosotros; tampoco sabéis si vais a morir vosotros mismos de una manera trágica y súbitamente. Aceptad todos estos males en caso de que quiera Dios permitirlos; obligad vuestra voluntad a consentir en este sacrificio y no os deis ningún reposo hasta que no la sintáis dispuesta a querer o a no querer todo lo que Dios quiera o no quiera. En fin, cuando una de estas desgracias se deje en efecto sentir, en lugar de perder el tiempo quejándose de los hombres o de la fortuna, id a arrojaros a los pies de vuestro divino Maestro, para pedirle la gracia de soportar este infortunio con constancia.
Un hombre que ha recibido una llaga mortal, si es prudente no correrá detrás del que le ha herido, sino ante todo irá al médico que puede curarle. Pero si en semejantes encuentros, buscarais la causa de vuestros males, también entonces deberíais ir a Dios pues no puede ser otro el causante de vuestro mal. Id pues a Dios, pero id pronto, inmediatamente, que sea éste el primero de todos vuestros cuidados; id a contarle, por así
decirlo, el trato que os ha dado, el azote de que se ha servido para probaros. Besad mil veces las manos de vuestro Maestro crucificado, esas manos que os han herido, que han hecho todo el mal que os aflige. Repetid a menudo aquellas palabras que también Él decía a su Padre, en lo más agudo de su dolor: Señor, que se haga vuestra voluntad y no la mía; Fiat voluntas tua. Sí mi Dios, en todo lo que queráis de mí hoy y siempre, en el cielo y en la tierra, que se haga esta voluntad, pero que se haga en la tierra como se cumple en el cielo.


miércoles, julio 06, 2011

Domingo III después de Pentecostés

(Evangelio según San Lucas capítulo 15 versículos del 1 al 10)
Homilía de San Gregorio, Papa.

Habéis oído, hermanos míos, en la lectura del Evangelio que los pecadores y los publicanos se acercaban a nuestro Redentor, y que fueron admitidos, no solamente a conversar, sino también a comer con él. Al ver esto, los fariseos lo comentaron despectivamente. De donde podemos deducir que la verdadera justicia es compasiva, y la falsa, desdeñosa. No quiere decir esto que los justos no se muestren a veces, y con razón, indignados  contra los pecadores, sino que no es lo mismo obrar por soberbia que por celo de la disciplina.

Los justos, pues, se muestran a veces indignados, pero sin estarlo realmente; desconfían de los pecadores, pero sin desesperar; los persiguen, pero sin dejar de amarlos, porque si el celo por el bien pone con frecuencia reprimendas en sus labios, conservan interiormente la dulzura de la caridad; anteponen muchas veces a sí mismos que, en su estimación, a los mismos que reprenden, y juzgan mejores que ellos a aquellos cuyos jueces son, de esta suerte, a la vez que mantienen a sus súbditos en la disciplina, se conservan ellos mismos humildes.

Por lo contrario, los que se enorgullecen so pretexto de una falsa justicia, desprecian a los demás, sin compadecerse de sus debilidades, y por lo mismo que no se tienen por pecadores, conviértense en pecadores muchos más odiosos. A este número pertenecían, sin duda, los fariseos, los cuales, al vituperar al Señor porque acogía a los pecadores, recriminaban, ellos, los secos de corazón, a la fuente misma de la misericordia. Mas como estaban enfermos, hasta el punto de ignorar su mal, el Médico celestial los trata con una conmovedora parábola, y oprime dulcemente la entumecida herida de su corazón.

sábado, julio 02, 2011

Fiesta del Sacratísimo Corazón de Jesús

La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."
He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.

2. Pondré paz en sus familias.

9. Les consolaré en sus penas.

4. Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.

5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.

6. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.

7. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia.

8. Las almas tibias se volverán fervorosas.

9. Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección.

10. Daré a los sacerdotes el
talento de mover los corazones más empedernidos.

11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de El.

12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.
 Las condiciones para ganar esta gracia son tres:

1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.



Domingo II después de Pentecostés

(Evangelio según San Lucas capítulo 14 versículos del 16 al 24)
Homilía de San Gregorio, Papa.

Entre las delicias corporales y las espirituales hay, por lo común, amadísimos hermanos, esta diferencia: que las corporales, antes de gozarlas, despiertan un ardiente deseo; mas después de gustarlas ávidamente no tardan, por su misma saciedad, en causar hastío. Las espirituales, por el contrario, causan hastío mientras no se han gustado; mas después de gozarlas se despierta el apetito de las mismas; y son tanto más apetecidas por el que las prueba, cuanto mayor es el apetito con que las gusta. En aquellas, el deseo agrada, más la posesión desagrada; éstas, en cambio, apenas se desean, mas su posesión es sumamente agradable. En aquellas, el apetito engendra la saciedad y la saciedad produce el hastío; pero en éstas, el apetito engendra también la saciedad, mas la saciedad produce apetito.

Las delicias espirituales al saciar el alma fomentan su apetito, porque cuanto más se percibe el sabor de una cosa, tanto mejor se la conoce, por lo cual se la ama con mayor avidez; por esto, cuando no se han experimentado no pueden amarse porque se desconocen su sabor. ¿Quién en efecto, puede amar lo que no conoce?. He ahí por qué dice el Salmista: “Gustad y ved cuán suave es el Señor”. Como si dijera abiertamente: No conoceréis su suavidad si no la gustáis; pero tocad con el paladar de vuestro corazón el alimento de vida, para que, experimentando su suavidad, seáis capaces de amarle. El hombre perdió estas delicias cuando pecó en el Paraíso; salió de él cuando cerró su boca al alimento de eterna suavidad.

De aquí proviene que, habiendo nacido en las penas de este destierro, lleguemos aquí abajo a tal hastío, que ya no sabemos lo que debemos desear. Esta enfermedad del hastío se aumenta tanto más en nosotros cuanto más el alma se aleja de este alimento lleno de suavidad. Llega hasta el punto de perder todo apetito por esas delicias interiores, a causa precisamente de haberse mantenido alejada de ellas, y haber perdido de mucho tiempo atrás el hábito de gustarlas. Es, pues, nuestro hastío el que hace que nos debilitemos; es esa funesta prolongada inanición la que nos agota. Y, por cuanto no queremos gustar interiormente la suavidad que se nos ofrece, preferimos, insensatos, el hambre a que nos condenan las cosas externas.   

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