Continuación del Santo
Evangelio Según San Juan capítulo 10 versículos 11 al 16.
Domingo Segundo
después de Pascuas “Del buen Pastor”
Cristo, el buen pastor
"Yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas,es decir, las amo, y ellas
me conocen a mi. Es corno si dijese con toda claridad: «Los que me aman me
obedecen.» Pues el que no ama la verdad es que todavía no la conoce.
Ya que habéis oído, hermanos, cuál sea nuestro peligro, pensad también,
por estas palabras del Señor, cuál es el vuestro. Ved si sois verdaderamente
ovejas suyas, ved si de verdad lo conocéis, ved si percibís la luz de la
verdad. Me refiero a la percepción no por la fe, sino por el amor y por las
obras. Pues el mismo evangelista Juan, de quien son estas palabras, afirma
también: Quien dice: «Yo conozco a Dios», y no guarda sus mandamientos,
miente.
Por esto el Señor añade, en este mismo texto: Como el Padre me conoce
a mí, yo conozco al Padre y doy mi vida por mis ovejas, lo que equivale a
decir: «En esto consiste mi conocimiento del Padre y el conocimiento que el
Padre tiene de mí, en que doy mi vida por mis ovejas; esto es, el amor que me
hace morir por mis ovejas demuestra hasta qué punto amo al Padre».Referente a
sus ovejas, dice también: Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me
siguen, y yo les doy vida eterna. Y un poco antes había dicho también
acerca de ellas: El que entre por mí se salvará, disfrutará de
libertad para entrar y salir, y encontrará pastos abundantes. Entrará, en
efecto, al abrirse a la fe, saldrá al pasar de la fe a la visión y la
contemplación, encontrará pastos en el banquete eterno.
Sus ovejas encontrarán pastos, porque todo aquel que lo sigue con un
corazón sencillo es alimentado con un pasto siempre verde. ¿Y cuál es el pasto
de estas ovejas, sino el gozo íntimo de un paraíso siempre lozano? El pasto de
los elegidos es la presencia del rostro de Dios, que, al ser contemplado ya sin
obstáculo alguno, sacia para siempre el espíritu con el alimento de vida. Busquemos,
pues, queridos hermanos, estos pastos, para alegrarnos en ellos junto con la
multitud de los ciudadanos del cielo. La misma alegría de los que ya disfrutan
de este gozo nos invita a ello. Por tanto, hermanos, despertemos nuestro
espíritu, enardezcamos nuestra fe, inflamemos nuestro desco de las cosas
celestiales; amar así es ponernos ya en camino. Que ninguna adversidad nos
prive del gozo de esta fiesta interior, porque al que tiene la firme decisión
de llegar a término ningún obstáculo del camino puede frenarlo en su propósito.
No nos dejemos seducir por la prosperidad, ya que sería un caminante insensato
el que, contemplando la amenidad del paisaje, se olvidara del término de su
camino."
De las Homilías de San Gregorio Magno, papa, sobre los evangelios
(Homilía 14, 3-6: PL 76, 1129-1130)
Oración
Oh dios, Que, con la humillación de tu Hijo, levantaste al mundo caído:
concede a tus fieles una perpetua alegría, de suerte que, aquellos a quienes
libraste del abismo de la muerte eterna, gocen por tu bondad de la perpetua
bienaventuranza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen
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