28 DE DICIEMBRE
El "Día de los Inocentes" cada 28 de diciembre tiene más de mil años de historia y comenzó como la fiesta católica de los "Niños Inocentes", en conmemoración a la matanza de todos los niños menores de dos años ordenada por Herodes al enterarse que había nacido el Mesías.
Con el paso del tiempo, la tradición pagana fue quitándole el aspecto trágico a la fecha hasta convertirse en el "Día de los Santos Inocentes": una oportunidad para jugarle bromas a los ingenuos y luego repetir la frase "que la inocencia te valga".
La historia
De acuerdo a lo relatado en el Evangelio de San Mateo, la historia comienza cuando unos magos llegan a Jerusalén en busca del futuro Rey de Israel que según ellos acababa de nacer. Explicaron que habían visto aparecer su estrella en el oriente y recordaron la profecía del Antiguo Testamento que decía: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones.
Según San Mateo, Herodes el Grande, obsesionado con el poder y por el temor a perderlo, al enterarse que había nacido un nuevo rey ordenó que le dieran muerte inmediatamente.
El mismo relato detalla que Herodes se reunió con los magos fingiendo un interés por el niño y los despidió con un "vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo".
Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
Pero a través de sus sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, mientras Herodes se quedó furioso y sin poder saber dónde estaba el recién nacido.
Entonces rodeó con su ejército la ciudad de Belén y ordenó a sus soldados a que mataran a todos los niños menores de dos años en la ciudad y sus alrededores. Un ángel avisó a San José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así, cuando llegaron los soldados de Herodes, el niño Jesús ya había abandonado Belén. Sin embargo, el ejército asesinó a todos los pequeños "Santos Inocentes" niños que habitaban la ciudad.
Hoy, lejos de su trágica esencia, esta celebración se convirtió en una excusa para hacerse bromas entre las personas y se llamó el "Día de los Santos Inocentes".
8 DE DICIEMBRE
Oración a La Inmaculada Concepción de MariaMadre Inmaculada, Tú realizas nuestro ideal
de Madre Purísima, y lo eres para nosotros.
Por tu Inmaculada Pureza,
que al mirarte nos hagamos puros,
al escucharte nos apartemos del pecado,
y al hablarte vayamos hacia Dios, Hijo tuyo.
Que al contacto con tu pureza
seamos para la tierra sal purificadora.
Que en todas las gracias que recibamos
veamos tu cariño maternal.
Que busquemos imitarte en la amabilidad
para parecernos a Ti.
Que sepamos hacernos amables a todos.
Que quien nos mire te vea.
¡Oh Dios!, que por medio de la Inmaculada Concepción de la Virgen
preparaste digna morada a tu Hijo,
te rogamos que así como por la muerte
prevista de ese Tu Hijo la preservaste de toda mancha, así nos concedas por su intercesión
llegar a Ti enteramente limpios de pecado.
Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor,
que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
24 DE NOVIEMBRE
Por qué el 28 de diciembre se celebra el Día de los Inocentes?
Los 28 de diciembre Latinoamérica conmemora esta fecha como una oportunidad para jugar bromas a los ingenuos. Sin embargo, se trata de tradición de más de 2 mil años y con un origen trágicoEl "Día de los Inocentes" cada 28 de diciembre tiene más de mil años de historia y comenzó como la fiesta católica de los "Niños Inocentes", en conmemoración a la matanza de todos los niños menores de dos años ordenada por Herodes al enterarse que había nacido el Mesías.
Con el paso del tiempo, la tradición pagana fue quitándole el aspecto trágico a la fecha hasta convertirse en el "Día de los Santos Inocentes": una oportunidad para jugarle bromas a los ingenuos y luego repetir la frase "que la inocencia te valga".
La historia
De acuerdo a lo relatado en el Evangelio de San Mateo, la historia comienza cuando unos magos llegan a Jerusalén en busca del futuro Rey de Israel que según ellos acababa de nacer. Explicaron que habían visto aparecer su estrella en el oriente y recordaron la profecía del Antiguo Testamento que decía: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones.
Según San Mateo, Herodes el Grande, obsesionado con el poder y por el temor a perderlo, al enterarse que había nacido un nuevo rey ordenó que le dieran muerte inmediatamente.
El mismo relato detalla que Herodes se reunió con los magos fingiendo un interés por el niño y los despidió con un "vayan y se informan bien acerca de ese niño, y cuando lo encuentren vienen y me informan, para ir yo también a adorarlo".
Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
Pero a través de sus sueños recibieron un aviso de Dios de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, mientras Herodes se quedó furioso y sin poder saber dónde estaba el recién nacido.
Entonces rodeó con su ejército la ciudad de Belén y ordenó a sus soldados a que mataran a todos los niños menores de dos años en la ciudad y sus alrededores. Un ángel avisó a San José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así, cuando llegaron los soldados de Herodes, el niño Jesús ya había abandonado Belén. Sin embargo, el ejército asesinó a todos los pequeños "Santos Inocentes" niños que habitaban la ciudad.
Hoy, lejos de su trágica esencia, esta celebración se convirtió en una excusa para hacerse bromas entre las personas y se llamó el "Día de los Santos Inocentes".
8 DE DICIEMBRE
Fiesta: 8 de diciembre
Inmaculada Concepción significa: "Concebida sin mancha de pecado original".El 8 de diciembre de 1854 el Sumo Pontífice, Pío Nono, después de recibir peticiones de todos los obispos y Universidades Católicas de todo el mundo para que lo hiciera, se reunió en la iglesia más grande y más bella del mundo, la Basílica de San Pedro en Roma, con más de 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, embajadores y miles y miles de fieles católicos, y en medio de la emoción general declaró solemnemente: "Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe".
Inmaculada Concepción significa: "Concebida sin mancha de pecado original".El 8 de diciembre de 1854 el Sumo Pontífice, Pío Nono, después de recibir peticiones de todos los obispos y Universidades Católicas de todo el mundo para que lo hiciera, se reunió en la iglesia más grande y más bella del mundo, la Basílica de San Pedro en Roma, con más de 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, embajadores y miles y miles de fieles católicos, y en medio de la emoción general declaró solemnemente: "Declaramos que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe".
En ese momento las campanas de las 300 torres de Roma se echaron a vuelo. Palomas mensajeras salieron en todas las direcciones llevando la gran noticia, y en los 400,000 templos católicos del mundo se celebraron grandes fiestas en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Unas monjitas le preguntaron al gran Pontífice Pío Nono: "Santo Padre: ¿qué sintió Su Santidad en el momento en que proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre de 1854? Porque le veíamos como transformado y con el rostro iluminado".
Y el Santo Pontífice respondió: "En el momento en que declaré que la doctrina que enseña que la Virgen María fue concebida sin pecado original, es un dogma de fe, sentí un conocimiento tan claro y tan grande de la incomparable pureza de la Virgen María que nadie podría describir; mi alma quedó llena de alegrías nunca sentidas. Reunid todas las grandes alegrías de vuestra vida: las del día de la Primera Comunión, las del día de Toma de Hábito y del día de la Profesión, las de Bodas de Plata, etc., y tendréis una pequeña idea de lo que mi alma sintió en aquella fecha memorable".
Hace muchos siglos en una gran reunión de sabios, el doctor más famoso de ese tiempo, Dun Scotto, probó que María sí es Inmaculada, o sea sin mancha del pecado original.
Lo probó con este famoso argumento:
1º. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? Todos respondieron: Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.
1º. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? Todos respondieron: Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.
2º. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? Todos respondieron: Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.
3º. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.
Entonces Scotto exclamó: Luego
1º. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2º. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha:
3º. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace. Todos aplaudieron y aceptaron esta verdad. Dicen que este argumento o prueba se le ocurrió al sabio Scotto, al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Oh Virgen Sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti" (dignare me laudare te: Virgo Sacrata)
La Concepción Inmaculada de María
La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.
El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus. "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..." (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
-María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado.
Fundamento BíblicoLa Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica.
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
1º. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2º. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha:
3º. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace. Todos aplaudieron y aceptaron esta verdad. Dicen que este argumento o prueba se le ocurrió al sabio Scotto, al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Oh Virgen Sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti" (dignare me laudare te: Virgo Sacrata)
La Concepción Inmaculada de María
La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.
El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus. "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..." (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
-María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado.
Fundamento BíblicoLa Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica.
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María si lo sugiere.
Méritos: María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos:
1-María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
Méritos: María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos:
1-María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
2-María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:
1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espiritu Santo.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:
1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espiritu Santo.
Oración a La Inmaculada Concepción de MariaMadre Inmaculada, Tú realizas nuestro ideal
de Madre Purísima, y lo eres para nosotros.
Por tu Inmaculada Pureza,
que al mirarte nos hagamos puros,
al escucharte nos apartemos del pecado,
y al hablarte vayamos hacia Dios, Hijo tuyo.
Que al contacto con tu pureza
seamos para la tierra sal purificadora.
Que en todas las gracias que recibamos
veamos tu cariño maternal.
Que busquemos imitarte en la amabilidad
para parecernos a Ti.
Que sepamos hacernos amables a todos.
Que quien nos mire te vea.
¡Oh Dios!, que por medio de la Inmaculada Concepción de la Virgen
preparaste digna morada a tu Hijo,
te rogamos que así como por la muerte
prevista de ese Tu Hijo la preservaste de toda mancha, así nos concedas por su intercesión
llegar a Ti enteramente limpios de pecado.
Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor,
que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
24 DE NOVIEMBRE: SAN JUAN DE LA CRUZ
SAN JUAN DE LA CRUZ, Confesor y Doctor de la Iglesia
La caridad no tiene envidia,
no obra precipitada.
(1 Corintios 13, 4)
San Juan de la Cruz, de la Orden Carmelitana y émulo de Santa Teresa, tenía tal amor por Dios, que bastaba la vista de un crucifijo para fundirlo en lágrimas y hacerlo caer en éxtasis. Tres cosas pedía frecuentemente al Señor: la primera, no pasar día sin sufrir; la segunda, no morir siendo superior, y la tercera, acabar su vida en la humillación, el desprecio y la soledad. Fue escuchado. Las odiosas persecuciones de que fue objeto durante mucho tiempo, hasta la misma prisión, no hicieron sino aumentar su dicha. A punto de morir exclamó ¡Gloria a Dios! y, después, apretando el crucifijo sobre su corazón, extinguiose dulcemente el 14 de diciembre de 1591, a la edad de 49 años.
MEDITACIÓN
SOBRE LA ENVIDIA
I. Nada hay que el cristiano deba evitar más que la envidia, porque allí donde ella reina no hay caridad, ni humildad, ni tranquilidad de espíritu. La envidia nos hace enemigos de Dios, de nuestro prójimo y de nosotros mismos. Lo más raro es que el envidioso se hace más mal a sí mismo que a los demás. La dicha del prójimo tórnalo miserable y lo condena; se aflige a sí mismo sin poder hacer mal a los otros. El envidioso es el enemigo de su salvación más todavía que del prójimo (San Cipriano).
II. Tiénese envidia de los bienes del espíritu y de los bienes del cuerpo, de los bienes de la naturaleza y de los bienes de gracia. ¡Qué locura envidiar en tu prójimo aquello que Dios, en su liberalidad, le concedió, o aquello que él adquirió mediante su trabajo! Los bienes de la tierra muy poca cosa son para que sean objeto de tu envidia; en cuanto a los dones y favores de Dios, si los deseas, eres un insensato envidiando a los demás, porque éste es el medio, precisamente, con que no los obtendrás.
III. Para corregirte de este vicio, hay que buscar las fuentes, que son la vanidad y la falta de caridad. Considera, además, las penas que te causa la envidia y los pecados que te hace cometer; arruina tu salud y tu reputación. ¡Desdichado! ¡Imita el bien que ves en los demás, y no tendrás motivo para envidiarlos! Si no puedes imitarlos, alégrate de que practiquen la virtud y sigan el camino del cielo; es la manera de participar de sus méritos. Imita a los buenos, si puedes; si no puedes, alégrate con ellos (San Cipriano).
La modestia en la Iglesia.
Orad por los sacerdotes.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis hecho de San Juan de la Cruz, vuestro confesor y Doctor, un amante apasionado de la Cruz y de la perfecta abnegación de sí mismo, concedednos la gracia de llegar, caminando por sus huellas, a la gloria eterna.
Por J. C. N. S.
Fuentes:
– Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV; Patron Saints Index.
SAN CLEMENTE I, PAPA Y MÁRTIR
Después de la muerte de Nerón, la Iglesia gozó durante algún tiempo de paz y tranquilidad. Vespasiano y Tito, los más amables de los césares en expresión de San Agustín, trataron con mayor toleráncia a la religión cristiana y prescindieron en la práctica del principio de persecución establecido por Nerón.
Impulsado por el soplo divino y la fuerza misma de la verdad, el cristianismo penetró profundamente en los centros más vitales del Imperio romano; es más, en el mismo corazón del Imperio la nueva doctrina iba consiguiendo nuevas conquistas, no ya como hasta entonces, entre la gente sencilla y las clases humildes, sino también en la más alta sociedad aristocrática; en la misma corte se había abierto paso el Evangelio de Cristo.
La unidad de la Iglesia en el obispo de Roma, suprema autoridad como sucesor de San Pedro, era una realidad. La jerarquía se desarrollaba por medio de los obispos, presbíteros, diáconos, doctores, profetas... El culto, basado en la celebración de la llamada liturgia o fracción del pan y compuesto por lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento, por homilías y oraciones, constituía el punto céntrico de las reuniones cristianas y servía de fuerza propulsora para el apostolado y constancia en la fe.
Sobre este horizonte lleno de luz y de sol asomaban nubes de tormenta; la escisión y el desorden empezaban a desgarrar a algunas comunidades cristianas. En la Iglesia de Corinto, por ejemplo, acababa de surgir un conflicto ruidoso.
Con su población mezcla de elementos muy heterogéneos, comerciantes, marinos, burgueses y esclavos, situada entre los mares Egeo y Jónico, Corinto era en la antigüedad uno de los centros principales del comercio mediterráneo. Erigida en colonia romana, adquirió bien pronto un carácter cosmopolita; la ligereza de costumbres que encontramos en todo el paganismo helénico degeneraba en Corinto en un libertinaje que llegó a ser proverbial y que chocaba incluso a los mismos paganos. La comunidad cristiana, fundada por San Pablo y visitada por San Pedro, se encontraba a fines del siglo I en una situación religiosa moral bastante delicada. Los judíos, aunque convertidos, permanecían en todo momento muy vinculados a la ley mosaica. Los griegos, ligeros, charlatanes empedernidos y partidistas por temperamento, pronto dieron libre cursc en la nueva comunidad a sus defectos naturales. Más peligrosos eran todavía los miembros que se creían en posesión de carismas o gracias extraordinarias, porque pretendían administrar y ordenar todo en su Iglesia,
Al abandonar San Pablo la ciudad de Corinto no confió a los carismáticos el gobierno de su comunidad; allí, como en otras partes, se había constituido un colegio de presbíteros que con prudencia ejercía sus funciones; pero el sentido práctico de estos pastores, su constante preocupación por evitar todo escollo, no agradaba a los audaces carismáticos, quienes no dudaron en desacreditarlos por todos los medios a su alcance; hubo alborotos, disputas; varios miembros del colegio presbiteral fueron depuestos, y, dada la situación geográfica de Corinto, el desorden podía propagarse a otras ciudades de Grecia. El espíritu helénico, particularista y muy pagado de sí mismo, se sometía con dificultad a la ley fundamental que establece la jerarquía como principio de doctrina y gobierno. Cuarenta años antes, San Pablo tuvo que amonestar vivamente a los corintias por su exclusivismo al manifestarse como seguidores de Pedro, Pablo o Apolo.
Para conjurar este peligro y aplastar el cisma en sus comienzos se necesitaba algo más que las exhortaciones de un doctor o un profeta; era necesaria la decisión de un jefe supremo y juez soberano. La Iglesia de Roma, con plena conciencia de su misión, se creyó en la obligación de intervenir, y así envió a la Iglesia de Corinto, por medio de Claudio Efebo, Valerio Brito y Fortunato, una carta escrita en griego, lengua de la Iglesia en aquel tiempo, llena de sabiduría y suave autoridad, en la que recomendaba la caridad fraterna y el respeto y obediencia a los superiores.
Esta carta, este grande y admirable escrito, en frase de Eusebio de Cesarea; este documento precioso, que Orígenes cita con veneración y que los primeros cristianos equiparaban a las Sagradas Escrituras, no lleva, sin embargo, nombre de ningún autor; el documento se presenta en su solemne encabezamiento como escrito por la Iglesia de Dios que peregrina en Roma a la Iglesia de Dios que peregrina en Corinto. Sin embargo, una tradición muy firme y muy antigua, casi contemporánea a la misma carta, la atribuya al obispo de Roma más famoso del siglo I, Clemente, tercer sucesor de San Pedro, después de Lino y Anacleto: esto mismo se deduce de la lectura misma de la carta de los corintios. Sólo el obispo podía hablar de esa manera en nombre de su Iglesia.
El nombre de San Clemente es uno de los más ilustres y venerados de la antigüedad cristiana. Poco tiempo después de su muerte su figura aparece rodeada de una aureola maravillosa; mientras los fieles invocan su autoridad, los herejes buscan abrigo a la sombra de tan venerado nombre. Se le cita en el canon de la misa; aparece en los más antiguos calendarios; pero, como sucede con frecuencia, la celebridad le ha perjudicado al envolverle en las nubes de la leyenda, que nos impiden observar la fisonomía verdadera de su alma. Sus actas son una de ,aquellas novelas edificantes que tanto apasionaban en la Edad Media; pueden, sin embargo, recogerse en ellas rasgos auténticos que parecen eco de las tradiciones históricas. La antigua leyenda le emparentó con la familia imperial; modernamente se ha intentado identificarle con el célebre primo de Domiciano, el cónsul Tito Flavio Clemente, a quien el emperador mandó eiecutar por crimen de "ateísmo", es decir, cristianismo. Es muy posible que fuera un liberto o hijo de liberto de la casa Flavia. Muy probablemente no procedía del paganismo, sino del judaísmo, y tal vez se trate, en opinión de Orígenes, del Clemente a quien San Pablo cita en la carta a los filipenses como colaborador suyo. Pero como, en expresión de fray Luis de León, "las escrituras que por los siglos duran nunca las dicta la boca, del alma salen", tenemos en nuestras manos su carta, esa admirable carta en la que podemos con absoluta confianza y seguridad contemplar al trasluz el alma grande de este tercer obispo de Roma, Clemente. Se descubre en esta carta un alma que vive de una fe cristiana muy profunda, que se apoya en la revelación divina del Antiguo y Nuevo Testamento, que recurre a la oración, en la que caldea su alma sedienta de Dios y la fortalece para las luchas que ha de sostener. Testigo del pensar y del sentir de su tiempo, acoge en su seno las aspiraciones literarias, artísticas y filosóficas más nobles de sus contemporáneos, y como no se arredra ante la naturaleza, obra de Dios, tampoco teme la especulación y el arte humano, que son, en su última raíz, tanteos del alma para encontrar y llegar a Dios. Frente al paganismo que le rodea, demuestra una comprensión simpáticamente acogedora por todo lo noble y bueno que en él existe. No sólo conoce la mitología, sino que llega a proponer a la imitación y admiración de los cristianos corintios los ejemplos de abnegación heroica de ilustres paganos.
En el Pontífice que está a la cabeza de la Iglesia de Roma alienta la simpatía más verdadera, más noblemente humana, transformada y elevada por la fe cristiana. La lengua, acostumbrada a la oración, ha tomado un acento litúrgico. La admirable oración que cierra la epístola es uno de los documentos que nos dan a conocer mejor la antigua liturgia; en ella se oye la voz de un obispo que, al final de su exhortación, se vuelve hacia Dios, como acostumbraba hacer al término de sus homilías. En efecto, este documento es una homilía. Clemente sabe que allá en Corinto la leerán en la asamblea de hermanos y se dirige a esos cristianos ausentes, como se dirigiría a sus cristianos de Roma exhortándoles, reprendiéndoles, pero al mismo tiempo llevándoles a orar a Dios con él.
Haciendo alusión a los desórdenes que reinan en Corinto y recordando la necesidad de someterse al orden establecido por Dios en todas las cosas, pero principalmente en su Iglesia, "es preciso, dice, someterse con humildad al orden establecido; hermanos seamos humildes de espíritu, depongamos la soberbia y toda arrogancia, haciendo lo que es justo y recto". Lo que constituye la belleza de la creación, del "cosmos", y realza su hermosura es precisamente la armonía y el orden que existe en todas las cosas. "El océano tiene sus leyes, las estaciones se suceden unas a otras apaciblemente; el gran artífice, el obrero del mundo ha querido que todo sea ordenado en una conformidad perfecta". El mismo designio se observa en el funcionamiento del organismo humano: "la cabeza no es nada sin los pies, pero a su vez los pies serían inútiles sin la cabeza; los más pequeños miembros son necesarios o útiles al conjunto y todos conspiran y se ordenan de consuno a la conservación de todo el cuerpo". Recuerda que en el Antiguo Testamento, Dios, autor directo de la ley, había instituido una jerarquía compuesta de cuatro grados: laicos, levitas, sacerdotes y el sumo sacerdote, y que los apóstoles, habiendo recibido las instrucciones de Nuestro Señor Jesucristo, que hablaba de parte de Dios, su Padre, fueron a anunciar el Evangelio, y escogían los que habían sido primicias de su apostolado, y habiéndoles probado por el Espíritu Santo, los establecía obispos y diáconos de los que debían de creer".
El obispo de Roma no duda, en fin, comparar la disciplina eclesiástica con la disciplina militar. Es verdad, dice Clemente, que la sociedad cristiana no es solamente un ejército, sino más bien un rebaño guiado par Cristo; más aún: es el mismo Cuerpo de Cristo. "El rebaño debe vivir en paz bajo la obediencia y tutela de los presbíteros y los miembros del Cuerpo de Cristo no deben estar separados de su cabeza. Abandonemos, pues, las investigaciones hueras y vanas y sigamos el canon venerable y glorioso de nuestra tradición."
Después de una bella oración termina Clemente su carta con estas palabras, reveladoras de su autoridad firme y serena: "alegría y regocijo nos proporcionaréis si, obedeciendo a lo que os acabamos de escribir impulsados por el Espíritu Santo, cortáis de raíz la impía cólera de vuestra envidia conforme a la súplica con que en esta carta hemos hecho por la paz y la concordia; y lo hemos hecho así para que sepáis que toda nuestra preocupación ha sido y sigue siendo que cuanto antes volváis a recobrar la paz".
En el mismo amanecer del cristianismo, el Romano Pontífice ha tenido conciencia de su autoridad, como sucesor de San Pedro, y al sentirse en posesión de ese derecho ha actuado, en virtud de su suprema jurisdicción, en la solución de uno de los primeros conflictos que surgieron en la naciente Iglesia. Esta actuación en la época y circunstancias concretas ha proporcionado a Clemente un lugar destacado en la historia de la Iglesia.
La carta del Pontífice tuvo tan grata acogida que setenta años más tarde, según testimonio de Dionisio de Corinto, se leía los domingos en la asamblea de los fieles. Roma ordenó y fue obedecida.
La carta, sin fecha, fue escrita al término de una persecución, la de Domiciano, según se desprende de sus primeras frases: "Hemos estado afligidos por una serie de calamidades que han caído sobre nosotros de una manera imprevista". Nadie podía prever, en efecto, que la ambición del poder transformara tan violentamente a "uno de los más" honrados gobernantes", como dice Suetonio, en un monstruo que hizo temblar a los cristianos. Asesinatos, deportaciones de toda clase de gentes fueron efectos de la persecución.
Clemente pudo salvar su vida en aquella tormenta, pero pronto la entregó en holocausto por su fe. El año 100 gobernaba el Imperio uno de lbs más grandes y mejores emperadores, Trajano. Soldado hijo de soldado de un patriotismo ardiente, pero estrecho, tenia un sentido tan vivo de las prerrogativas del Estado que consideraba la unidad del Imperio como una especie de divinidad a la que había que sacrificar todo. Como esta unidad descansaba sobre la unidad del culto religioso, fue fácil prever desde el comienzo de su reinado la amenaza de una nueva persecución
Sin violencia, al amparo de una legislación ilógica, como hace notar Tertuliano, se hizo perseguidor de la Iglesia, y, una de sus víctimas fue Clemente.
Según actas griegas del siglo iv de carácter muy legendario y de valor histórico, a causa de una sedición popular fue desterrado al Quersoneso, la Crimea de nuestros ,días, y como se negase a sacrificar fue arrojado al mar con una áncora atada al cuello.
Ni San lreneo, ni Eusebio, ni San jerónimo, que hablan de este ilustre Papa, dicen nada de su martirio. Sin embargo, la tradición del martirio de San Clemente aparece sólidamente establecida desde fines del siglo iv en Roma.
La figura de San Clemente quedará a los ojos de la historia como la de un noble campeón de la unidad cristiana.
En un momento difícil y decisivo supo mantener enérgicamente los derechos de la primacía romana y cumplió su. misión con la suavidad y dulzura del pastor de todo el rebaño de Cristo.
22 DE NOVIEMBRE
La Gran Promesa del Inmaculado Corazón de María
La Santísima Virgen dijo también a Lucía:
"Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de las espinas con las cuales los hombres ingratos lo hieren cada momento con sus blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme, y anuncia de mi parte que Yo prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para la salvación a todos los que en el Primer Sábado de cinco meses consecutivos, confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me hagan compañía durante quince minutos, meditando los misterios del Rosario, con el fin de ofrecerme reparación." La práctica de esta devoción, paralela a la gran Promesa del Sagrado Corazón de Jesús a los que practican los Nueve Primeros Viernes de mes, es muy sencilla, y consiste en
1) Confesión Sacramental, que puede hacerse durante la semana antes o después del Primer Sábado de mes;
2) La Comunión el mismo Primer Sábado de mes
3) Rezar una parte (cinco misterios) del San to Rosario;
4) Hacer compañía a la Virgen Santísima durante un cuarto de hora meditando o pensando en los misterios del Rosario;
5) Hacer esto durante cinco primeros sábados de mes sin interrupción.
2) La Comunión el mismo Primer Sábado de mes
3) Rezar una parte (cinco misterios) del San to Rosario;
4) Hacer compañía a la Virgen Santísima durante un cuarto de hora meditando o pensando en los misterios del Rosario;
5) Hacer esto durante cinco primeros sábados de mes sin interrupción.
Información extraída de la pág. La Fe Católica
Primer viernes del mes 04/11 en honor del Sagrado Corazón de Jesús
12 Promesas del Sagrado Corazón
El Señor hizo a Santa Margarita María de Alacoque las siguientes promesas para todos los devotos de su Sagrado corazón:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.
2. Daré paz a sus familias.
3. Los consolaré en todas sus aflicciones.
4. Seré su amparo y refugio seguro durante su vida, y principalmente en la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus obras que redunden en mi mayor gloria.
6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
7. Las almas tibias se harán fervorosas.
8. Las almas fervorosas se elevarán con rapidez a gran perfección.
9. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los pecadores más endurecidos.
10. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás serán borrados de él.
12. Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso otorgará a cuantos comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán privados de mi gracia ni de recibir los sacramentos, pues mi divino Corazón se convertirá para ellos en seguro asilo en aquella hora postrera.
Información extraída de la pág. La Fe Católica
CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
2 DE NOVIEMBRE
Esta fiesta responde a una
larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado
su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el
Purgatorio. El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren
en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de
su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de
su alma. La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para
hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San
Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que
pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el
fuego". (1Cor. 3, 14). La práctica de orar por los difuntos es sumamente
antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó
Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de
sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde
los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos. Al respecto,
San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán
perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí
son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las
faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso
ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso". Estos actos
de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.
DÍA DE TODOS LOS SANTOS
1 DE NOVIEMBRE
Todos los Santos, pintado por
Fra Angélico.
Origen de la celebración cristiano
Día de celebración Católicos: 1 de noviembre
Ortodoxos: el primer domingo
después de Pentecostés
Lugar de celebración Internacional
El Día de Todos los Santos es
una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre en la Iglesia
católica y el primer domingo de Pentecostés en la Iglesia ortodoxa.
En este día la Iglesia
celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo
superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión
beatífica y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día
de «todos los santos». No se festeja sólo a los beatos o santos que están en la
lista de los canonizados y que la Iglesia celebra en un día especial del año;
se celebra también a todos los que no están canonizados pero viven ya en la
presencia de Dios.
Es frecuente que este día las
grandes catedrales exhiban las reliquias de los santos.
Historia
La Iglesia primitiva
acostumbraba a celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar
del martirio. Frecuentemente, los grupos de mártires morían el mismo día, lo
cual condujo naturalmente a una celebración común. En la persecución de
Diocleciano, el número de mártires llegó a ser tan grande, que no se podía
separar un día para asignársela. Pero la Iglesia, creyendo que cada mártir
debía ser venerado, señaló un día en común para todos. La primera muestra de
ello se remonta a Antioquía en el domingo antes de Pentecostés.
También se menciona este día
en común en un sermón de san Efrén el Sirio en 373. En un principio, solo los
mártires y san Juan Bautista eran honrados por un día especial. Otros santos se
fueron asignando gradualmente, y se incrementó cuando el proceso regular de
canonización fue establecido; aún, a principios de 411 había en el calendario
caldeo de los cristianos orientales una «CommemoratioConfessorum» para el
viernes. En la Iglesia de Occidente, el papa Bonifacio IV, entre el 609 y 610,
consagró el Panteón de Roma a la Santísima Virgen y a todos los mártires,
dándole un aniversario.
Gregorio III (731-741)
consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos y fijó el
aniversario para el 1 de noviembre. Gregorio IV extendió la celebración del 1
de noviembre a toda la Iglesia, a mediados del siglo IX.
Celebración
Cartel de Tosantos en Cádiz,
España, de 2005. En esta ciudad andaluza es tradicional el disfrazar cada 31 de
octubre los productos de los mercados: frutas, verduras, cochinillos, pescados,
gallinas, etc.
España[editar]
En España, dentro de la
tradición católica, se realiza una visita donde yacen los seres queridos que
hayan fallecido, se les deja flores en las tumbas y se reza por ellos. Además,
se suele comer los típicos dulces de las fiestas que son los huesos de santo y
los buñuelos.
En Cádiz se celebra el 31 de
octubre los Tosantos, disfrazando a los conejos, puercos y gallinas de los
mercados de la ciudad; también se hacen muñecos con frutas, verduras y frutos
secos que reflejan de modo crítico y humorístico la realidad social del año.
Así como muchos políticos, personajes de la prensa rosa, gente del Carnaval de
Cádiz, así como gente que ese año ha tenido un papel importante en Cádiz,
España o incluso el mundo.
En Baños de la Encina (Jaén),
son varios días y las más importantes fiestas en el año. Antiguamente, que toda
la noche tocaban las campanas a muerto, los hombres se iban a la sierra, se
celebra el 31 de octubre para quitarse de en medio (las mujeres quedaban
rezando). Hoy hombres y mujeres, por Peñas de hombres solos o mujeres,
matrimonios o amigos, se van al campo, a acasillas, a chambaos o a donde pueden
a pasar dos o tres días, ya que desde hace años, uno de los días previos es
fiesta local.
En Benacazón (Sevilla) se
celebra el día de Tozanto, siendo una tradición inmemorial en el pueblo salir
al campo con los amigos a pasar el día, lo que se denomina popularmente echar
los santos. Manda la tradición, antes de salir al campo, pasarse por el
cementerio de la localidad a visitar a los difuntos, llevándoles ramos de
flores.
En Ceuta es el Día de la
Mochila, la gente sale al campo portando una mochila de frutas y frutos secos
con la que pasa el día.
En Pruna (Sevilla) se ponen
velas en las lápidas de cada difunto en el cementerio municipal, viéndose desde
el pueblo, que está situado por encima del nivel de dicho cementerio, todo
lleno de velas.
El día siguiente, Todos los
Santos, la gente acude a llevar flores a todos los difuntos del pueblo.
En Albacete (Castilla-La
Mancha) suelen prepararse las migas de niño.
En Cataluña, la noche del 31
de octubre se celebra la denominada castañada (no confundir con el Magosto
Gallego del 11 de noviembre) en la que se comen boniatos al horno, castañas y
unos dulces especiales para este día llamados panellets.
En Cocentaina (Alicante) se
celebra la "fira de totssants" o feria de todos los santos. Una
licencia de mercado concedida por el rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso en
1346 la convierte en una de las ferias de productos más antiguas e importantes
de España.
En Begíjar (Jaén), son varios
días, entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre. Existe la costumbre de que
los muchachos y las muchachas salgan con las cazuelas repletas de gachas a la
calle para con un cucharón tapar con ellas las cerraduras de las casas, con
esta creencia se cree que así no entrarán malos espíritus a las viviendas. Otra
muestra de mucho arraigo es comer tortillas con chocolate y poner mariposas de
aceite en las casas para iluminar el camino de los muertos. (Vargas Jordán,
Santiago: Creencias y costumbres populares de Begíjar (Jaén), 2004).
En el norte de Córdoba, como
por ejemplo en Los Pedroches, se encienden velas en las casas y se comen las
tradicionales gachas de leche.
En Extremadura, se sale al
campo a consumir frutos secos, celebrando la chaquetía o los calbotes.
En la dehesa de Guadix y en
Jaén se comen pestiños y boniatos.
En la Región de Murcia, se
organizan mercadillos callejeros en muchos de sus pueblos y ciudades, en los
que se venden principalmente flores y productos gastronómicos típicos de estas
fechas: arrope, carne de membrillo, pan de higo, huesos de santo, buñuelos y
frutos secos.
Tanto en España como en
México es costumbre representar Don Juan Tenorio la noche del Día de Todos los
Santos.
DOMINGO 30/10
CARTA ENCÍCLICA
QUAS PRIMAS
DEL SUMO PONTÍFICE
PÍO XI
SOBRE LA FIESTA DE CRISTO REY
En la primera encíclica, que al comenzar nuestro
Pontificado enviamos a todos los obispos del orbe católico, analizábamos las
causas supremas de las calamidades que veíamos abrumar y afligir al género
humano.
Y en ella proclamamos Nos claramente no sólo que este cúmulo
de males había invadido la tierra, porque la mayoría de los hombres se habían
alejado de Jesucristo y de su ley santísima, así en su vida y costumbres como
en la familia y en la gobernación del Estado, sino también que nunca
resplandecería una esperanza cierta de paz verdadera entre los pueblos mientras
los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de nuestro
Salvador.
La «paz de
Cristo en el reino de Cristo»
1. Por lo cual, no sólo exhortamos entonces a buscar la paz de Cristo
en el reino de Cristo, sino que, además, prometimos que para dicho fin haríamos
todo cuanto posible nos fuese. En el reino de Cristo, dijimos: pues estábamos
persuadidos de que no hay medio más eficaz para restablecer y vigorizar la paz
que procurar la restauración del reinado de Jesucristo.
2. Entre tanto, no dejó de infundirnos sólida, esperanza de tiempos
mejores la favorable actitud de los pueblos hacia Cristo y su Iglesia, única
que puede salvarlos; actitud nueva en unos, reavivada en otros, de donde podía
colegirse que muchos que hasta entonces habían estado como desterrados del
reino del Redentor, por haber despreciado su soberanía, se preparaban
felizmente y hasta se daban prisa en volver a sus deberes de obediencia.
Y todo cuanto ha acontecido en el transcurso del Año
Santo, digno todo de perpetua memoria y recordación, ¿acaso no ha redundado en
indecible honra y gloria del Fundador de la Iglesia, Señor y Rey Supremo?
«Año Santo»
3. Porque maravilla es cuánto ha conmovido a las almas la Exposición
Misional, que ofreció a todos el conocer bien ora el infatigable esfuerzo de la
Iglesia en dilatar cada vez más el reino de su Esposo por todos los continentes
e islas —aun, de éstas, las de mares los más remotos—, ora el crecido número de
regiones conquistadas para la fe católica por la sangre y los sudores de
esforzadísimos e invictos misioneros, ora también las vastas regiones que
todavía quedan por someter a la suave y salvadora soberanía de nuestro Rey.
Además, cuantos —en tan grandes multitudes— durante el
Año Santo han venido de todas partes a Roma guiados por sus obispos y
sacerdotes, ¿qué otro propósito han traído sino postrarse, con sus almas
purificadas, ante el sepulcro de los apóstoles y visitarnos a Nos para
proclamar que viven y vivirán sujetos a la soberanía de Jesucristo?
4. Como una nueva luz ha parecido también resplandecer este reinado de
nuestro Salvador cuando Nos mismo, después de comprobar los extraordinarios
méritos y virtudes de seis vírgenes y confesores, los hemos elevado al honor de
los altares, ¡Oh, cuánto gozo y cuánto consuelo embargó nuestra alma cuando,
después de promulgados por Nos los decretos de canonización, una inmensa
muchedumbre de fieles, henchida de gratitud, cantó el Tu, RexgloriaeChriste en
el majestuoso templo de San Pedro!
Y así, mientras los hombres y las naciones, alejados
de Dios, corren a la ruina y a la muerte por entre incendios de odios y luchas
fratricidas, la Iglesia de Dios, sin dejar nunca de ofrecer a los hombres el
sustento espiritual, engendra y forma nuevas generaciones de santos y de santas
para Cristo, el cual no cesa de levantar hasta la eterna bienaventuranza del
reino celestial a cuantos le obedecieron y sirvieron fidelísimamente en el
reino de la tierra.
5. Asimismo, al cumplirse en el Año Jubilar el XVI Centenario del
concilio de Nicea, con tanto mayor gusto mandamos celebrar esta fiesta, y la
celebramos Nos mismo en la Basílica Vaticana, cuanto que aquel sagrado concilio
definió y proclamó como dogma de fe católica la consustancialidad del Hijo
Unigénito con el Padre, además de que, al incluir las palabras cuyo reino no
tendrá fin en su Símbolo o fórmula de fe, promulgaba la real dignidad de
Jesucristo.
Habiendo, pues, concurrido en este Año Santo tan
oportunas circunstancias para realzar el reinado de Jesucristo, nos parece que
cumpliremos un acto muy conforme a nuestro deber apostólico si, atendiendo a
las súplicas elevadas a Nos, individualmente y en común, por muchos cardenales,
obispos y fieles católicos, ponemos digno fin a este Año Jubilar introduciendo
en la sagrada liturgia una festividad especialmente dedicada a Nuestro Señor
Jesucristo Rey. Y ello de tal modo nos complace, que deseamos, venerables
hermanos, deciros algo acerca del asunto. A vosotros toca acomodar después a la
inteligencia del pueblo cuanto os vamos a decir sobre el culto de Cristo Rey;
de esta suerte, la solemnidad nuevamente instituida producirá en adelante, y ya
desde el primer momento, los más variados frutos.
I. LA REALEZA
DE CRISTO
6. Ha sido costumbre muy general y antigua llamar Rey a Jesucristo, en
sentido metafórico, a causa del supremo grado de excelencia que posee y que le
encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que reina en las
inteligencias de los hombres, no tanto por el sublime y altísimo grado de su
ciencia cuanto porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de
El y recibir obedientemente la verdad. Se dice también que reina en las
voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera
y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con
sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en
nobilísimos propósitos. Finalmente, se dice con verdad que Cristo reina en los
corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad[1] y con su
mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie
—entre todos los nacidos— ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.
Mas, entrando ahora de lleno en el asunto, es evidente que también en sentido
propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad
de Rey; pues sólo en cuanto hombre se dice de El que recibió del Padre la
potestad, el honor y el reino[2]; porque como Verbo de Dios, cuya sustancia es
idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio
de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio
supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.
a) En el
Antiguo Testamento
7. Que Cristo es Rey, lo dicen a cada paso las Sagradas Escrituras.
Así, le llaman el dominador que ha de nacer de la
estirpe de Jacob[3]; el que por el Padre ha sido constituido Rey sobre el monte
santo de Sión y recibirá las gentes en herencia y en posesión los confines de
la tierra[4]. El salmo nupcial, donde bajo la imagen y representación de un Rey
muy opulento y muy poderoso se celebraba al que había de ser verdadero Rey de
Israel, contiene estas frases: El trono tuyo, ¡oh Dios!, permanece por los
siglos de los siglos; el cetro de su reino es cetro de rectitud[5]. Y omitiendo
otros muchos textos semejantes, en otro lugar, como para dibujar mejor los
caracteres de Cristo, se predice que su reino no tendrá límites y estará
enriquecido con los dones de la justicia y de la paz: Florecerá en sus días la
justicia y la abundancia de paz... y dominará de un mar a otro, y desde el uno
hasta el otro extrema del orbe de la tierra[6].
8. A este testimonio se añaden otros, aún más copiosos, de los
profetas, y principalmente el conocidísimo de Isaías: Nos ha nacido un Párvulo
y se nos ha dado un Hijo, el cual lleva sobre sus hombros el principado; y
tendrá por nombre el Admirable, el Consejero, Dios, el Fuerte, el Padre del
siglo venidero, el Príncipe de Paz. Su imperio será amplificado y la paz no
tendrá fin; se sentará sobre el solio de David, y poseerá su reino para
afianzarlo y consolidarlo haciendo reinar la equidad y la justicia desde ahora
y para siempre[7]. Lo mismo que Isaías vaticinan los demás profetas. Así
Jeremías, cuando predice que de la estirpe de David nacerá el vástago justo,
que cual hijo de David reinará como Rey y será sabio y juzgará en la tierra[8].
Así Daniel, al anunciar que el Dios del cielo fundará un reino, el cual no será
jamás destruido..., permanecerá eternamente[9]; y poco después añade: Yo estaba
observando durante la visión nocturna, y he aquí que venía entre las nubes del
cielo un personaje que parecía el Hijo del Hombre; quien se adelantó hacia el
Anciano de muchos días y le presentaron ante El. Y diole éste la potestad, el
honor y el reino: Y todos los pueblos, tribus y lenguas le servirán: la
potestad suya es potestad eterna, que no le será quitada, y su reino es
indestructible[10]. Aquellas palabras de Zacarías donde predice al Rey manso
que, subiendo sobre una asna y su pollino, había de entrar en Jerusalén, como
Justo y como Salvador, entre las aclamaciones de las turbas[11], ¿acaso no las
vieron realizadas y comprobadas los santos evangelistas?
b) En el Nuevo
Testamento
9. Por otra parte, esta misma doctrina sobre Cristo Rey que hemos
entresacado de los libros del Antiguo Testamento, tan lejos está de faltar en
los del Nuevo que, por lo contrario, se halla magnífica y luminosamente
confirmada.
En este punto, y pasando por alto el mensaje del
arcángel, por el cual fue advertida la Virgen que daría a luz un niño a quien
Dios había de dar el trono de David su padre y que reinaría eternamente en la
casa de Jacob, sin que su reino tuviera jamás fin[12], es el mismo Cristo el
que da testimonio de su realeza, pues ora en su último discurso al pueblo, al
hablar del premio y de las penas reservadas perpetuamente a los justos y a los
réprobos; ora al responder al gobernador romano que públicamente le preguntaba
si era Rey; ora, finalmente, después de su resurrección, al encomendar a los
apóstoles el encargo de enseñar y bautizar a todas las gentes, siempre y en
toda ocasión oportuna se atribuyó el título de Rey[13] y públicamente confirmó
que es Rey[14], y solemnemente declaró que le ha sido dado todo poder en el
cielo y en la tierra[15]. Con las cuales palabras, ¿qué otra cosa se significa
sino la grandeza de su poder y la extensión infinita de su reino? Por lo tanto,
no es de maravillar que San Juan le llame Príncipe de los reyes de la
tierra[16], y que El mismo, conforme a la visión apocalíptica, lleve escrito en
su vestido y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de los que dominan[17]. Puesto
que el Padre constituyó a Cristo heredero universal de todas las cosas[18],
menester es que reine Cristo hasta que, al fin de los siglos, ponga bajo los
pies del trono de Dios a todos sus enemigos[19].
c) En la
Liturgia
10. De esta doctrina común a los Sagrados Libros, se siguió
necesariamente que la Iglesia, reino de Cristo sobre la tierra, destinada a
extenderse a todos los hombres y a todas las naciones, celebrase y glorificase
con multiplicadas muestras de veneración, durante el ciclo anual de la
liturgia, a su Autor y Fundador como a Soberano Señor y Rey de los reyes.
Y así como en la antigua salmodia y en los antiguos
Sacramentarios usó de estos títulos honoríficos que con maravillosa variedad de
palabra expresan el mismo concepto, así también los emplea actualmente en los
diarios actos de oración y culto a la Divina Majestad y en el Santo Sacrificio
de la Misa. En esta perpetua alabanza a Cristo Rey descúbrese fácilmente la
armonía tan hermosa entre nuestro rito y el rito oriental, de modo que se ha
manifestado también en este caso que la ley de la oración constituye la ley de
la creencia.
d) Fundada en
la unión hipostática
11. Para mostrar ahora en qué consiste el fundamento de esta dignidad y
de este poder de Jesucristo, he aquí lo que escribe muy bien San Cirilo de
Alejandría: Posee Cristo soberanía sobre todas las criaturas, no arrancada por
fuerza ni quitada a nadie, sino en virtud de su misma esencia y naturaleza[20].
Es decir, que la soberanía o principado de Cristo se funda en la maravillosa
unión llamada hipostática. De donde se sigue que Cristo no sólo debe ser
adorado en cuanto Dios por los ángeles y por los hombres, sino que, además, los
unos y los otros están sujetos a su imperio y le deben obedecer también en
cuanto hombre; de manera que por el solo hecho de la unión hipostática, Cristo
tiene potestad sobre todas las criaturas.
e) Y en la
redención
12. Pero, además, ¿qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que
el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de
naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la
redención? Ojalá que todos los hombres, harto olvidadizos, recordasen cuánto le
hemos costado a nuestro Salvador. Fuisteis rescatados no con oro o plata, que
son cosas perecederas, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
Cordero Inmaculado y sin tacha[21]. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo
nos ha comprado por precio grande[22]; hasta nuestros mismos cuerpos son
miembros de Jesucristo[23].
II. CARÁCTER DE
LA REALEZA DE CRISTO
a) Triple
potestad
13. Viniendo ahora a explicar la fuerza y naturaleza de este principado
y soberanía de Jesucristo, indicaremos brevemente que contiene una triple
potestad, sin la cual apenas se concibe un verdadero y propio principado. Los
testimonios, aducidos de las Sagradas Escrituras, acerca del imperio universal
de nuestro Redentor, prueban más que suficientemente cuanto hemos dicho; y es
dogma, además, de fe católica, que Jesucristo fue dado a los hombres como
Redentor, en quien deben confiar, y como legislador a quien deben obedecer[24].
Los santos Evangelios no sólo narran que Cristo legisló, sino que nos lo
presentan legislando. En diferentes circunstancias y con diversas expresiones
dice el Divino Maestro que quienes guarden sus preceptos demostrarán que le
aman y permanecerán en su caridad[25]. El mismo Jesús, al responder a los
judíos, que le acusaban de haber violado el sábado con la maravillosa curación
del paralítico, afirma que el Padre le había dado la potestad judicial, porque
el Padre no juzga a nadie, sino que todo el poder de juzgar se lo dio al
Hijo[26]. En lo cual se comprende también su derecho de premiar y castigar a
los hombres, aun durante su vida mortal, porque esto no puede separarse de una
forma de juicio. Además, debe atribuirse a Jesucristo la potestad llamada
ejecutiva, puesto que es necesario que todos obedezcan a su mandato, potestad
que a los rebeldes inflige castigos, a los que nadie puede sustraerse.
b) Campo de la
realeza de Cristo
a) En Lo
espiritual
14. Sin embargo, los textos que hemos citado de la Escritura demuestran
evidentísimamente, y el mismo Jesucristo lo confirma con su modo de obrar, que
este reino es principalmente espiritual y se refiere a las cosas espirituales.
En efecto, en varias ocasiones, cuando los judíos, y aun los mismos apóstoles,
imaginaron erróneamente que el Mesías devolvería la libertad al pueblo y
restablecería el reino de Israel, Cristo les quitó y arrancó esta vana
imaginación y esperanza. Asimismo, cuando iba a ser proclamado Rey por la
muchedumbre, que, llena de admiración, le rodeaba, El rehusó tal título de
honor huyendo y escondiéndose en la soledad. Finalmente, en presencia del
gobernador romano manifestó que su reino no era de este mundo. Este reino se
nos muestra en los evangelios con tales caracteres, que los hombres, para
entrar en él, deben prepararse haciendo penitencia y no pueden entrar sino por
la fe y el bautismo, el cual, aunque sea un rito externo, significa y produce
la regeneración interior. Este reino únicamente se opone al reino de Satanás y
a la potestad de las tinieblas; y exige de sus súbditos no sólo que, despegadas
sus almas de las cosas y riquezas terrenas, guarden ordenadas costumbres y
tengan hambre y sed de justicia, sino también que se nieguen a sí mismos y
tomen su cruz. Habiendo Cristo, como Redentor, rescatado a la Iglesia con su
Sangre y ofreciéndose a sí mismo, como Sacerdote y como Víctima, por los
pecados del mundo, ofrecimiento que se renueva cada día perpetuamente, ¿quién
no ve que la dignidad real del Salvador se reviste y participa de la naturaleza
espiritual de ambos oficios?
b) En lo
temporal
15. Por otra parte, erraría gravemente el que negase a Cristo-Hombre el
poder sobre todas las cosas humanas y temporales, puesto que el Padre le
confirió un derecho absolutísimo sobre las cosas creadas, de tal suerte que
todas están sometidas a su arbitrio. Sin embargo de ello, mientras vivió sobre
la tierra se abstuvo enteramente de ejercitar este poder, y así como entonces
despreció la posesión y el cuidado de las cosas humanas, así también permitió,
y sigue permitiendo, que los poseedores de ellas las utilicen.
Acerca de lo cual dice bien aquella frase: No quita
los reinos mortales el que da los celestiales[27]. Por tanto, a todos los
hombres se extiende el dominio de nuestro Redentor, como lo afirman estas
palabras de nuestro predecesor, de feliz memoria, León XIII, las cuales hacemos
con gusto nuestras: El imperio de Cristo se extiende no sólo sobre los pueblos
católicos y sobre aquellos que habiendo recibido el bautismo pertenecen de
derecho a la Iglesia, aunque el error los tenga extraviados o el cisma los
separe de la caridad, sino que comprende también a cuantos no participan de la
fe cristiana, de suerte que bajo la potestad de Jesús se halla todo el género
humano[28].
c) En los
individuos y en la sociedad
16. El es, en efecto, la fuente del bien público y privado. Fuera de El
no hay que buscar la salvación en ningún otro; pues no se ha dado a los hombres
otro nombre debajo del cielo por el cual debamos salvarnos[29].
El es sólo quien da la prosperidad y la felicidad
verdadera, así a los individuos como a las naciones: porque la felicidad de la
nación no procede de distinta fuente que la felicidad de los ciudadanos, pues
la nación no es otra cosa que el conjunto concorde de ciudadanos[30]. No se
nieguen, pues, los gobernantes de las naciones a dar por sí mismos y por el
pueblo públicas muestras de veneración y de obediencia al imperio de Cristo si
quieren conservar incólume su autoridad y hacer la felicidad y la fortuna de su
patria. Lo que al comenzar nuestro pontificado escribíamos sobre el gran
menoscabo que padecen la autoridad y el poder legítimos, no es menos oportuno y
necesario en los presentes tiempos, a saber: «Desterrados Dios y Jesucristo
—lamentábamos— de las leyes y de la gobernación de los pueblos, y derivada la
autoridad, no de Dios, sino de los hombres, ha sucedido que... hasta los mismos
fundamentos de autoridad han quedado arrancados, una vez suprimida la causa
principal de que unos tengan el derecho de mandar y otros la obligación de
obedecer. De lo cual no ha podido menos de seguirse una violenta conmoción de
toda la humana sociedad privada de todo apoyo y fundamento sólido»[31].
17. En cambio, si los hombres, pública y privadamente, reconocen la
regia potestad de Cristo, necesariamente vendrán a toda la sociedad civil
increíbles beneficios, como justa libertad, tranquilidad y disciplina, paz y
concordia. La regia dignidad de Nuestro Señor, así como hace sacra en cierto
modo la autoridad humana de los jefes y gobernantes del Estado, así también
ennoblece los deberes y la obediencia de los súbditos. Por eso el apóstol San
Pablo, aunque ordenó a las casadas y a los siervos que reverenciasen a Cristo
en la persona de sus maridos y señores, mas también les advirtió que no
obedeciesen a éstos como a simples hombres, sino sólo como a representantes de
Cristo, porque es indigno de hombres redimidos por Cristo servir a otros
hombres: Rescatados habéis sido a gran costa; no queráis haceros siervos de los
hombres[32].
18. Y si los príncípes y los gobernantes legítimamente elegidos se
persuaden de que ellos mandan, más que por derecho propio por mandato y en
representación del Rey divino, a nadie se le ocultará cuán santa y sabiamente
habrán de usar de su autoridad y cuán gran cuenta deberán tener, al dar las
leyes y exigir su cumplimiento, con el bien común y con la dignidad humana de
sus inferiores. De aquí se seguirá, sin duda, el florecimiento estable de la
tranquilidad y del orden, suprimida toda causa de sedición; pues aunque el
ciudadano vea en el gobernante o en las demás autoridades públicas a hombres de
naturaleza igual a la suya y aun indignos y vituperables por cualquier cosa, no
por eso rehusará obedecerles cuando en ellos contemple la imagen y la autoridad
de Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
19. En lo que se refiere a la concordia y a la paz, es evidente que,
cuanto más vasto es el reino y con mayor amplitud abraza al género humano,
tanto más se arraiga en la conciencia de los hombres el vínculo de fraternidad
que los une. Esta convicción, así como aleja y disipa los conflictos
frecuentes, así también endulza y disminuye sus amarguras. Y si el reino de
Cristo abrazase de hecho a todos los hombres, como los abraza de derecho, ¿por
qué no habríamos de esperar aquella paz que el Rey pacífico trajo a la tierra,
aquel Rey que vino para reconciliar todas las cosas; que no vino a que le
sirviesen, sino a servir; que siendo el Señor de todos, se hizo a sí mismo
ejemplo de humildad y estableció como ley principal esta virtud, unida con el
mandato de la caridad; que, finalmente dijo: Mi yugo es suave y mi carga es
ligera.
¡Oh, qué felicidad podríamos gozar si los individuos,
las familias y las sociedades se dejaran gobernar por Cristo! Entonces
verdaderamente —diremos con las mismas palabras de nuestro predecesor León XIII
dirigió hace veinticinco años a todos los obispos del orbe católico—, entonces
se podrán curar tantas heridas, todo derecho recobrará su vigor antiguo,
volverán los bienes de la paz, caerán de las manos las espadas y las armas,
cuando todos acepten de buena voluntad el imperio de Cristo, cuando le
obedezcan, cuando toda lengua proclame que Nuestro Señor Jesucristo está en la
gloria de Dios Padre[33].
III. LA FIESTA
DE JESUCRISTO REY
20. Ahora bien: para que estos inapreciables provechos se recojan más
abundantes y vivan estables en la sociedad cristiana, necesario es que se
propague lo más posible el conocimiento de la regia dignidad de nuestro
Salvador, para lo cual nada será más eficaz que instituir la festividad propia
y peculiar de Cristo Rey.
Las fiestas de
la Iglesia
Porque para instruir al pueblo en las cosas de la fe y
atraerle por medio de ellas a los íntimos goces del espíritu, mucho más
eficacia tienen las fiestas anuales de los sagrados misterios que cualesquiera
enseñanzas, por autorizadas que sean, del eclesiástico magisterio.
Estas sólo son conocidas, las más veces, por unos
pocos fieles, más instruidos que los demás; aquéllas impresionan e instruyen a
todos los fieles; éstas —digámoslo así— hablan una sola vez, aquéllas cada año
y perpetuamente; éstas penetran en las inteligencias, a los corazones, al
hombre entero. Además, como el hombre consta de alma y cuerpo, de tal manera le
habrán de conmover necesariamente las solemnidades externas de los días
festivos, que por la variedad y hermosura de los actos litúrgicos aprenderá
mejor las divinas doctrinas, y convirtiéndolas en su propio jugo y sangre,
aprovechará mucho más en la vida espiritual.
En el momento
oportuno
21. Por otra parte, los documentos históricos demuestran que estas
festividades fueron instituidas una tras otra en el transcurso de los siglos,
conforme lo iban pidiendo la necesidad y utilidad del pueblo cristiano, esto
es, cuando hacía falta robustecerlo contra un peligro común, o defenderlo
contra los insidiosos errores de la herejía, o animarlo y encenderlo con mayor
frecuencia para que conociese y venerase con mayor devoción algún misterio de
la fe, o algún beneficio de la divina bondad. Así, desde los primeros siglos
del cristianismo, cuando los fieles eran acerbísimamente perseguidos, empezó la
liturgia a conmemorar a los mártires para que, como dice San Agustín, las
festividades de los mártires fuesen otras tantas exhortaciones al martirio[34].
Más tarde, los honores litúrgicos concedidos a los santos confesores, vírgenes
y viudas sirvieron maravillosamente para reavivar en los fieles el amor a las
virtudes, tan necesario aun en tiempos pacíficos. Sobre todo, las festividades
instituidas en honor a la Santísima Virgen contribuyeron, sin duda, a que el
pueblo cristiano no sólo enfervorizase su culto a la Madre de Dios, su
poderosísima protectora, sino también a que se encendiese en más fuerte amor
hacia la Madre celestial que el Redentor le había legado como herencia. Además,
entre los beneficios que produce el público y legítimo culto de la Virgen y de
los Santos, no debe ser pasado en silencio el que la Iglesia haya podido en
todo tiempo rechazar victoriosamente la peste de los errores y herejías.
22. En este punto debemos admirar los designios de la divina
Providencia, la cual, así como suele sacar bien del mal, así también permitió
que se enfriase a veces la fe y piedad de los fieles, o que amenazasen a la
verdad católica falsas doctrinas, aunque al cabo volvió ella a resplandecer con
nuevo fulgor, y volvieron los fieles, despertados de su letargo, a
enfervorizarse en la virtud y en la santidad. Asimismo, las festividades
incluidas en el año litúrgico durante los tiempos modernos han tenido también
el mismo origen y han producido idénticos frutos. Así, cuando se entibió la
reverencia y culto al Santísimo Sacramento, entonces se instituyó la fiesta del
Corpus Christi, y se mandó celebrarla de tal modo que la solemnidad y
magnificencia litúrgicas durasen por toda la octava, para atraer a los fieles a
que veneraran públicamente al Señor. Así también, la festividad del Sacratísimo
Corazón de Jesús fue instituida cuando las almas, debilitadas y abatidas por la
triste y helada severidad de los jansenistas, habíanse enfriado y alejado del
amor de Dios y de la confianza de su eterna salvación.
Contra el
moderno laicismo
23. Y si ahora mandamos que Cristo Rey sea honrado por todos los
católicos del mundo, con ello proveeremos también a las necesidades de los
tiempos presentes, y pondremos un remedio eficacísimo a la peste que hoy
inficiona a la humana sociedad. Juzgamos peste de nuestros tiempos al llamado
laicismo con sus errores y abominables intentos; y vosotros sabéis, venerables
hermanos, que tal impiedad no maduró en un solo día, sino que se incubaba desde
mucho antes en las entrañas de la sociedad. Se comenzó por negar el imperio de
Cristo sobre todas las gentes; se negó a la Iglesia el derecho, fundado en el
derecho del mismo Cristo, de enseñar al género humano, esto es, de dar leyes y
de dirigir los pueblos para conducirlos a la eterna felicidad. Después, poco a
poco, la religión cristiana fue igualada con las demás religiones falsas y
rebajada indecorosamente al nivel de éstas. Se la sometió luego al poder civil
y a la arbitraria permisión de los gobernantes y magistrados. Y se avanzó más:
hubo algunos de éstos que imaginaron sustituir la religión de Cristo con cierta
religión natural, con ciertos sentimientos puramente humanos. No faltaron
Estados que creyeron poder pasarse sin Dios, y pusieron su religión en la
impiedad y en el desprecio de Dios.
24. Los amarguísimos frutos que este alejarse de Cristo por parte de
los individuos y de las naciones ha producido con tanta frecuencia y durante
tanto tiempo, los hemos lamentado ya en nuestra encíclica Ubi arcano, y los
volvemos hoy a lamentar, al ver el germen de la discordia sembrado por todas
partes; encendidos entre los pueblos los odios y rivalidades que tanto
retardan, todavía, el restablecimiento de la paz; las codicias desenfrenadas,
que con frecuencia se esconden bajo las apariencias del bien público y del amor
patrio; y, brotando de todo esto, las discordias civiles, junto con un ciego y
desatado egoísmo, sólo atento a sus particulares provechos y comodidades y
midiéndolo todo por ellas; destruida de raíz la paz doméstica por el olvido y
la relajación de los deberes familiares; rota la unión y la estabilidad de las
familias; y, en fin, sacudida y empujada a la muerte la humana sociedad.
La fiesta de
Cristo Rey
25. Nos anima, sin embargo, la dulce esperanza de que la fiesta anual
de Cristo Rey, que se celebrará en seguida, impulse felizmente a la sociedad a
volverse a nuestro amadísimo Salvador. Preparar y acelerar esta vuelta con la
acción y con la obra sería ciertamente deber de los católicos; pero muchos de
ellos parece que no tienen en la llamada convivencia social ni el puesto ni la
autoridad que es indigno les falten a los que llevan delante de sí la antorcha
de la verdad. Estas desventajas quizá procedan de la apatía y timidez de los
buenos, que se abstienen de luchar o resisten débilmente; con lo cual es fuerza
que los adversarios de la Iglesia cobren mayor temeridad y audacia. Pero si los
fieles todos comprenden que deben militar con infatigable esfuerzo bajo la
bandera de Cristo Rey, entonces, inflamándose en el fuego del apostolado, se
dedicarán a llevar a Dios de nuevo los rebeldes e ignorantes, y trabajarán
animosos por mantener incólumes los derechos del Señor.
Además, para condenar y reparar de alguna manera esta
pública apostasía, producida, con tanto daño de la sociedad, por el laicismo,
¿no parece que debe ayudar grandemente la celebración anual de la fiesta de
Cristo Rey entre todas las gentes? En verdad: cuanto más se oprime con indigno silencio
el nombre suavísimo de nuestro Redentor, en las reuniones internacionales y en
los Parlamentos, tanto más alto hay que gritarlo y con mayor publicidad hay que
afirmar los derechos de su real dignidad y potestad.
Continúa una tradición
26. ¿Y quién no echa de ver que ya desde fines del siglo pasado se
preparaba maravillosamente el camino a la institución de esta festividad? Nadie
ignora cuán sabia y elocuentemente fue defendido este culto en numerosos libros
publicados en gran variedad de lenguas y por todas partes del mundo; y asimismo
que el imperio y soberanía de Cristo fue reconocido con la piadosa práctica de
dedicar y consagrar casi innumerables familias al Sacratísimo Corazón de Jesús.
Y no solamente se consagraron las familias, sino también ciudades y naciones.
Más aún: por iniciativa y deseo de León XIII fue consagrado al Divino Corazón
todo el género humano durante el Año Santo de 1900.
27. No se debe pasar en silencio que, para confirmar solemnemente esta
soberanía de Cristo sobre la sociedad humana, sirvieron de maravillosa manera
los frecuentísimos Congresos eucarísticos que suelen celebrarse en nuestros
tiempos, y cuyo fin es convocar a los fieles de cada una de las diócesis,
regiones, naciones y aun del mundo todo, para venerar y adorar a Cristo Rey,
escondido bajo los velos eucarísticos; y por medio de discursos en las
asambleas y en los templos, de la adoración, en común, del augusto Sacramento
públicamente expuesto y de solemnísimas procesiones, proclamar a Cristo como
Rey que nos ha sido dado por el cielo. Bien y con razón podría decirse que el
pueblo cristiano, movido como por una inspiración divina, sacando del silencio
y como escondrijo de los templos a aquel mismo Jesús a quien los impíos, cuando
vino al mundo, no quisieron recibir, y llevándole como a un triunfador por las
vías públicas, quiere restablecerlo en todos sus reales derechos.
Coronada en el Año Santo
28. Ahora bien: para realizar nuestra idea que acabamos de exponer, el
Año Santo, que toca a su fin, nos ofrece tal oportunidad que no habrá otra
mejor; puesto que Dios, habiendo benignísimamente levantado la mente y el
corazón de los fieles a la consideración de los bienes celestiales que
sobrepasan el sentido, les ha devuelto el don de su gracia, o los ha confirmado
en el camino recto, dándoles nuevos estímulos para emular mejores carismas.
Ora, pues, atendamos a tantas súplicas como los han sido hechas, ora
consideremos los acontecimientos del Año Santo, en verdad que sobran motivos
para convencernos de que por fin ha llegado el día, tan vehementemente deseado,
en que anunciemos que se debe honrar con fiesta propia y especial a Cristo como
Rey de todo el género humano.
29. Porque en este año, como dijimos al principio, el Rey divino,
verdaderamente admirable en sus santos, ha sido gloriosamente magnificado con
la elevación de un nuevo grupo de sus fieles soldados al honor de los altares.
Asimismo, en este año, por medio de una inusitada Exposición Misional, han
podido todos admirar los triunfos que han ganado para Cristo sus obreros
evangélicos al extender su reino. Finalmente, en este año, con la celebración
del centenario del concilio de Nicea, hemos conmemorado la vindicación del
dogma de la consustancialidad del Verbo encarnado con el Padre, sobre la cual se
apoya como en su propio fundamento la soberanía del mismo Cristo sobre todos
los pueblos.
Condición
litúrgica de la fiesta
30. Por tanto, con nuestra autoridad apostólica, instituimos la fiesta
de nuestro Señor Jesucristo Rey, y decretamos que se celebre en todas las
partes de la tierra el último domingo de octubre, esto es, el domingo que
inmediatamente antecede a la festividad de Todos los Santos. Asimismo ordenamos
que en ese día se renueve todos los años la consagración de todo el género
humano al Sacratísimo Corazón de Jesús, con la misma fórmula que nuestro
predecesor, de santa memoria, Pío X, mandó recitar anualmente.
Este año, sin embargo, queremos que se renueve el día
31 de diciembre, en el que Nos mismo oficiaremos un solemne pontifical en honor
de Cristo Rey, u ordenaremos que dicha consagración se haga en nuestra
presencia. Creemos que no podemos cerrar mejor ni más convenientemente el Año
Santo, ni dar a Cristo, Rey inmortal de los siglos, más amplio testimonio de
nuestra gratitud —con lo cual interpretamos la de todos los católicos— por los
beneficios que durante este Año Santo hemos recibido Nos, la Iglesia y todo el
orbe católico.
31. No es menester, venerables hermanos, que os expliquemos
detenidamente los motivos por los cuales hemos decretado que la festividad de
Cristo Rey se celebre separadamente de aquellas otras en las cuales parece ya
indicada e implícitamente solemnizada esta misma dignidad real. Basta advertir
que, aunque en todas las fiestas de nuestro Señor el objeto material de ellas
es Cristo, pero su objeto formal es enteramente distinto del título y de la
potestad real de Jesucristo. La razón por la cual hemos querido establecer esta
festividad en día de domingo es para que no tan sólo el clero honre a Cristo
Rey con la celebración de la misa y el rezo del oficio divino, sino para que
también el pueblo, libre de las preocupaciones y con espíritu de santa alegría,
rinda a Cristo preclaro testimonio de su obediencia y devoción. Nos pareció
también el último domingo de octubre mucho más acomodado para esta festividad
que todos los demás, porque en él casi finaliza el año litúrgico; pues así
sucederá que los misterios de la vida de Cristo, conmemorados en el transcurso
del año, terminen y reciban coronamiento en esta solemnidad de Cristo Rey, y
antes de celebrar la gloria de Todos los Santos, se celebrará y se exaltará la
gloria de aquel que triunfa en todos los santos y elegidos. Sea, pues, vuestro
deber y vuestro oficio, venerables hermanos, hacer de modo que a la celebración
de esta fiesta anual preceda, en días determinados, un curso de predicación al
pueblo en todas las parroquias, de manera que, instruidos cuidadosamente los
fieles sobre la naturaleza, la significación e importancia de esta festividad,
emprendan y ordenen un género de vida que sea verdaderamente digno de los que
anhelan servir amorosa y fielmente a su Rey, Jesucristo.
Con los mejores
frutos
32. Antes de terminar esta carta, nos place, venerables hermanos,
indicar brevemente las utilidades que en bien, ya de la Iglesia y de la
sociedad civil, ya de cada uno de los fieles esperamos y Nos prometemos de este
público homenaje de culto a Cristo Rey.
a) Para la Iglesia
En efecto: tributando estos honores a la soberanía
real de Jesucristo, recordarán necesariamente los hombres que la Iglesia, como
sociedad perfecta instituida por Cristo, exige —por derecho propio e imposible
de renunciar— plena libertad e independencia del poder civil; y que en el
cumplimiento del oficio encomendado a ella por Dios, de enseñar, regir y
conducir a la eterna felicidad a cuantos pertenecen al Reino de Cristo, no
pueden depender del arbitrio de nadie.
Más aún: el Estado debe también conceder la misma
libertad a las órdenes y congregaciones religiosas de ambos sexos, las cuales,
siendo como son valiosísimos auxiliares de los pastores de la Iglesia, cooperan
grandemente al establecimiento y propagación del reino de Cristo, ya
combatiendo con la observación de los tres votos la triple concupiscencia del
mundo, ya profesando una vida más perfecta, merced a la cual aquella santidad
que el divino Fundador de la Iglesia quiso dar a ésta como nota característica
de ella, resplandece y alumbra, cada día con perpetuo y más vivo esplendor,
delante de los ojos de todos.
b) Para la
sociedad civil
33. La celebración de esta fiesta, que se renovará cada año, enseñará
también a las naciones que el deber de adorar públicamente y obedecer a
Jesucristo no sólo obliga a los particulares, sino también a los magistrados y
gobernantes.
A éstos les traerá a la memoria el pensamiento del
juicio final, cuando Cristo, no tanto por haber sido arrojado de la gobernación
del Estado cuanto también aun por sólo haber sido ignorado o menospreciado,
vengará terriblemente todas estas injurias; pues su regia dignidad exige que la
sociedad entera se ajuste a los mandamientos divinos y a los principios
cristianos, ora al establecer las leyes, ora al administrar justicia, ora
finalmente al formar las almas de los jóvenes en la sana doctrina y en la
rectitud de costumbres. Es, además, maravillosa la fuerza y la virtud que de la
meditación de estas cosas podrán sacar los fieles para modelar su espíritu
según las verdaderas normas de la vida cristiana.
c) Para los
fieles
34. Porque si a Cristo nuestro Señor le ha sido dado todo poder en el
cielo y en la tierra; si los hombres, por haber sido redimidos con su sangre,
están sujetos por un nuevo título a su autoridad; si, en fin, esta potestad
abraza a toda la naturaleza humana, claramente se ve que no hay en nosotros
ninguna facultad que se sustraiga a tan alta soberanía. Es, pues, necesario que
Cristo reine en la inteligencia del hombre, la cual, con perfecto acatamiento,
ha de asentir firme y constantemente a las verdades reveladas y a la doctrina
de Cristo; es necesario que reine en la voluntad, la cual ha de obedecer a las
leyes y preceptos divinos; es necesario que reine en el corazón, el cual,
posponiendo los efectos naturales, ha de amar a Dios sobre todas las cosas, y
sólo a El estar unido; es necesario que reine en el cuerpo y en sus miembros,
que como instrumentos, o en frase del apóstol San Pablo, como armas de justicia
para Dios[35], deben servir para la interna santificación del alma. Todo lo
cual, si se propone a la meditación y profunda consideración de los fieles, no
hay duda que éstos se inclinarán más fácilmente a la perfección.
35. Haga el Señor, venerables hermanos, que todos cuantos se hallan
fuera de su reino deseen y reciban el suave yugo de Cristo; que todos cuantos
por su misericordia somos ya sus súbditos e hijos llevemos este yugo no de mala
gana, sino con gusto, con amor y santidad, y que nuestra vida, conformada
siempre a las leyes del reino divino, sea rica en hermosos y abundantes frutos;
para que, siendo considerados por Cristo como siervos buenos y fieles,
lleguemos a ser con El participantes del reino celestial, de su eterna
felicidad y gloria.
Estos deseos que Nos formulamos para la fiesta de la
Navidad de nuestro Señor Jesucristo, sean para vosotros, venerables hermanos,
prueba de nuestro paternal afecto; y recibid la bendición apostólica, que en
prenda de los divinos favores os damos de todo corazón, a vosotros, venerables
hermanos, y a todo vuestro clero y pueblo.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de diciembre de
1925, año cuarto de nuestro pontificado.
PÍO PP XI
RAFAEL, ARCÁNGEL
Arcángel, 24 de octubre
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net
Arcángel
Es el nombre propio de uno de los siete ángeles que
están ante la presencia de Dios (Tob 12,15; Apc 21,9; 22,8). En hebreo Réja-el
significa "Dios ha curado" o "medicina de Dios".
Rafael en la
tradición bíblica.
En la historia de Tobías el oficio de Rafael aparece
con toda su magnitud y sencillez. Da su nombre: "Yo soy el Ángel Rafael,
uno de los siete que asistimos delante del Señor" (Tob 12,15; cfr. Apc
1,4; 5,6; Le 1,11; 9,8; Apc 4,5; Act 10,3). Manifiesta que su presencia en casa
de Tobías ha sido por voluntad del Señor (Tob 12,18). Declara su naturaleza
espiritual: "parecía a la verdad que yo comía y bebía con vosotros, pero
yo me sustento con un manjar invisible y una bebida que no puede ser vista de
los hombres" (Tob 12,19; cfr. Mt 4,11; lo 4,13; 6,31; Sap 16,20). Indica
su oficio propio: "El Señor me envió a curarte a ti, y a liberar del
demonio a Sara, esposa de tu hijo" (Tob 6,14). Se aparece a Tobías cuando
éste debe viajar hasta Regues de Media y no tenía quien le acompañase ni
conocía el camino: "Fuese en busca de uno, y se encontró con Rafael, que
era un ángel", que le manifiesta ser "Azarías, hijo de Ananías,
grande entre tus hermanos" (Tob 5,12). Azarías significa "Dios
socorre", y así es en efecto, Rafael acude en ayuda de Tobías; Ananías
significa "Dios da gracia". Tobías baja a bañarse al río Tigris y sale
un enorme pez a devorarlo (Tob 6,2), interviene Rafael y lo salva; entonces le
ordena atrapar al pez, que luego comen, indicándole que le extraiga el corazón,
el hígado y la hiel para utilizarlos como medicina. Le elige a Sara, mujer
bella y discreta, por esposa, siendo única heredera (Tob 6,9 ss.). Un demonio
llamado Asmodeo impedía que Sara consumase su matrimonio matando a los maridos
la noche de bodas. Rafael aconseja a Ragüel que no niegue la mano de su hija a
Tobías (Ragüel temía que el demonio lo matase como había matado a los siete
maridos), pues "Saya ha sido elegida por Dios para esposa de Tobías"
(Tob 7,12 ss.). Sobre la palabra del ángel, Tobías tomó el hígado y el corazón
del pez y lo puso sobre las brasas de los perfumes la noche de bodas, venciendo
así al demonio (Tob 8,2). La hiel sirvió para untar los ojos de quien tuviera
cataratas, cosa que de regreso al hogar hace Tobías, curando así la ceguera de
su padre (Tob 11,13; cfr. Mt 20,34; lo 9,5 ss.).
En la tradición
y en la liturgia.
La tradición identifica a Rafael con el ángel que el
Señor enviaba periódicamente a remover las aguas de la piscina de Betseda (casa
de la misericordia; cfr. lo 5,2 ss.; en el himno litúrgico del arcángel Rafael
se canta una fórmula que fue extraída de la tradición y que se refiere a este
mismo hecho).
La invocación a Rafael se encuentra en algunos Padres
de la Iglesia: S. Ambrosio (De fide 111,20: PL 16,618), S. Beda (cfr. DACL
1,2087), etc. En la iglesia copta, donde la angeología alcanzó un gran
desarrollo, Rafael fue honrado desde la antigüedad.
En Occidente se encuentran diversos testimonios del
culto tributado a los tres ángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, sobre todo en
inscripciones funerarias, ya que se consideraba que Dios encomendaba a los
ángeles la custodia de las tumbas de los fieles. En Venecia existe una iglesia
dedicada a S. Rafael que data del siglo VII. El nombre de Rafael se encuentra
también en las letanías de los santos y en las preces del
Itinerariumclericorum. Las primeras celebraciones litúrgicas en honor de S.
Rafael comienzan a aparecer en los Sacramentarios y Martirologios de finales
del siglo X o inicios del Xl; a partir de esa época, se celebra la fiesta de
San Rafael con fechas muy variadas (Venecia, 22 abril; España, 7 mayo; Francia 7
ó 15 julio; etc.).
A partir del siglo XV, su fiesta entra en muchos
Propios diocesanos y en el apéndice pro aliquibúslocis del Misal Romano.
Benedicto XV la extendió a toda la Iglesia el 26 oct. 1921 (AAS 13, 1929,
543-44), fijando la fiesta el 24 de octubre. Después de la reforma litúrgica de
1969, se celebra el 29 de septiembre, junto con S. Miguel y S. Gabriel.
Rafael ("medicina de Dios") es invocado en
las enfermedades del alma y del cuerpo. Es el patrono de los farmacéuticos. Por
haber sido guía de Tobías, es patrono en los viajes por tierra y mar. Ha sido
también considerado protector de los jóvenes que dejan por primera vez su casa.
Es patrono de la ciudad de Córdoba, donde se venera, entre otras imágenes del
arcángel, una estatua dorada sobre una columna, obra del escultor francés IVI.
Verdiguier (a. 1765).
ORACIÓN A SAN
RAFAEL
Arcángel San Rafael,
que dijiste: "Bendecid a Dios todos los días
y proclamad sus beneficios.
Practicad el bien
y no tropezaréis en el mal.
Buena es la oración con ayuno,
y hacer limosna mejor que atesorar oro",
te suplico me acompañes en todos mis caminos
y me alcances gracias
para seguir tus consejos.
Amén
LAS QUINCE PROMESAS
DE LA VIRGEN MARÍA
A QUIENES RECEN EL ROSARIO
1.- El que me
sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.- Prometo mi
especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi
Rosario.
3.- El Rosario
será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios,
librará de los pecados y exterminará las herejías.
4.- El Rosario
hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la
misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo
al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas.
¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.
5.- El alma que
se encomiende por el Rosario no perecerá.
6.- El que con
devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la
desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador;
perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida
eterna.
7.- Los
verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8.- Quiero que
todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud
de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9.- Libraré
pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10.- Los hijos
verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11.- Todo lo
que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.- Socorreré
en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.- Todos los
que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los
bienaventurados del cielo.
14.- Los que
rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito
Jesús.
15.- La
devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la
gloria.
1.
La tradición atribuye al beato
Alan de la Roche (1428 aprox. - 1475) de la orden de los dominicos el origen de
estas promesas hechas por la virgen María. Es mérito suyo el haber restablecido
la devoción al santo rosario enseñada por Santo Domingo apenas un siglo antes y
olvidada tras su muerte. Para más información sobre este beato pueden verse los
artículos en inglés publicados en Catholic Online con el título "Bl. Alan
de la Roche" y en TheCatholic Enciclopedia con el título "Alanus de
Rupe".
NUESTRA SEÑORA
DEL ROSARIO DE POMPEYA
NOVENA DE ACCIÓN DE GRACIAS
NOVENA DE ACCIÓN DE GRACIAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE
POMPEYA POR LOS BENEFICIOS RECIBIDOS
V. Oh Dios,
venid en mi ayuda.
R. Señor,
apresuraos a socorredme.
V. Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en
el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Así sea.
I. Heme aquí a tus plantas, ¡oh Madre Inmaculada de Jesús!, que gozas
al ser llamada Reina del Rosario del Valle de Pompeya. Con regocijo de mi
corazón, y con el ánimo henchido de la más viva gratitud, vuelvo a Ti, mi
generosa Bienhechora, mi dulce Señora, Soberana de mi corazón, pues te has
mostrado como verdadera Madre mía, Madre que inmensamente me ama. Yo te
supliqué, con gemidos y lágrimas, y Tú me consolaste; yo me hallaba en duros
aprietos, y Tú me devolviste la paz. Dolores y congojas mortales oprimían mi
corazón, y Tú, oh Madre, desde tu trono de Pompeya con una piadosa mirada me
tranquilizaste. ¡Ah! quién se dirigió a Ti con confianza y no fue escuchado
¡Oh, si todo el mundo conociera cuán buena y compasiva eres con quien sufre,
todas las criaturas acudirían a Ti! Seas pues para siempre bendita, oh Virgen
soberana de Pompeya; bendita para siempre de mí y de todos, de los hombres y de
los ángeles, en la tierra y en el cielo. Así sea. Dios Te salve, Reina, Madre
de misericordia…
II. Doy gracias a Dios y a Ti, Madre mía, por los nuevos beneficios
que por tu piedad y misericordia me han sido concedidos. ¿Qué hubiera sido de
mi si Tú hubieras rechazado mis suspiros y lagrimas?. Por mí te tributen
gracias los ángeles del Paraíso, y los coros de los apóstoles, de los mártires,
de las vírgenes y de los confesores; por mí te den gracias también tantos
pecadores por Ti salvados, que ahora gozan en el cielo de la visión de tu
inmortal belleza. ¡Ojalá conmigo te amaran las criaturas todas, y el mundo
entero se hiciera eco de mis agradecimientos! Por tantos favores recibidos,
¿qué podría yo devolverte, oh Reina, llena de piedad y magnificencia? La vida
que me queda yo la consagro a Ti, para propagar por doquiera tu culto, oh
Virgen del Rosario de Pompeya, por cuya merced el Señor me visitó con, su
gracia. Promoveré la devoción de tu Rosario, narraré a todos la misericordia
que me alcanzaste, predicaré siempre lo buena que fuiste conmigo para que los
indignos y pecadores, como yo, acudan Ti con confianza. Dios Te salve, Reina,
Madre de misericordia…
III. ¿Con qué nombres te saludaré, candorosa paloma de paz? ¿Con qué
título te invocaré, cuando los doctores te llamaron: "Señora de lo criado,
Puerta de la vida, Templo de Dios, Alcázar de luz, Gloria de los cielos, Santa
entre los santos, Paraíso del Altísimo?". Tú eres la tesorera de las
gracias, la omnipotencia suplicante; diré más, la misericordia de Dios, que se
derrama abundantemente sobre los desdichados. Pero sé también que es dulce a tu
corazón el ser llamada Reina del Rosario del Valle de Pompeya; y llamándote
así, siento la dulzura de tu místico nombre ¡oh Rosa del Paraíso, trasplantada
al Valle de lágrimas para suavizar las penas de los tristes desterrados hijos
de Eva!. Tú eres la rubicunda Rosa de caridad, más fragante que todos los
aromas del Líbano, que en tu valle con perfume de celestial suavidad elevas los
corazones de los pecadores a Dios. Tú la Rosa de eterna frescura que, regada
por las aguas celestiales, echaste raíces en un terreno asolado por una lluvia
de fuego. Tú la Rosa de inmaculada belleza que del sitio de desolación hiciste
jardín ameno de las delicias del Señor. ¡Ensalzado sea Dios, que ha hecho tan
admirable tu nombre! ¡Bendecid pueblos, el nombre de la Virgen da Pompeya, pues
rebosa la tierra de su misericordia! Dios Te salve, Reina, Madre de
misericordia…
IV. Sumergido por la tempestad, desde el fondo del abismo levanté mis
ojos a Ti ¡oh nueva estrella de esperanza, aparecida en nuestros días sobre el
Valle de las ruinas! Desde la más intensa amargura, levanté mi voz a Ti, Reina
del Rosario de Pompeya, y experimenté el poder de este título, de Ti tan
querido. ¡Dios te salve, clamaré siempre, salve oh Madre de Piedad, mar inmenso
de gracias, océano de bondad y compasión! Las nuevas glorias de tu Rosario, las
recientes victorias de tu corona, ¿quién dignamente podrá cantarlas? Al mundo
insensato que se arranca de los brazos de Jesús para entregarse en los de
Luzbel, Tú le proporcionaste la salvación en aquel mismo Valle, donde Satanás
devoraba a las almas. Tú hollaste triunfadora las ruinas de los templos paganos,
y sobre sus escombros asentaste la grada de tu excelso trono. Tú, trocaste las
playas de muerte en Valle de resurrección y de vida, y sobre la tierra que
dominaba tu enemigo, edificaste la ciudadela de refugio, a donde se acogen los
pueblos para hallar su amparo y salud. Allí tus hijos, dispersos por el mundo
te levantaron un trono, como monumento de tus portentos y trofeo de tus
misericordias. Desde aquel Trono me llamaste a mí también para admitirme entre
los hijos de tu predilección; sobre mí, pobrecillo, se detuvo la mirada de tu
clemencia. ¡Benditas sean por eternidad de eternidades tus obras oh Señora; y
benditos para siempre todos los prodigios que obraste en el Valle del
exterminio y de la desolación! Dios Te salve, Reina, Madre de misericordia…
V. Todas las lenguas ensalcen tus glorias, ¡oh Señora!, y el tenue
crepúsculo vespertino transmita a la clara aurora los dulces acordes de
nuestras bendiciones. Todas las gentes Te llamen venturosa, y venturosa repitan
las riberas del mar y la inmensidad de los cielos. Tres veces bienaventurada te
llamaré con los Ángeles, Arcángeles y Principados; tres veces bienaventurada
con las Potestades angelicales, con las Virtudes de los ciclos, con las
Dominaciones soberanas. Dichosísima te pregonaré con los tronos, los Querubines
y los Serafines. ¡Oh Soberana y Salvadora mía! No dejes de fijar tu mirada
compasiva sobre mi familia, mi Patria y toda la Iglesia. Particularmente te
suplico no me niegues la mayor de las gracias, esto es, la de que mi fragilidad
no me aparte nunca jamás de Ti. Haz en fin, que todos los que cooperamos a la
grandeza de tu Santuario de Pompeya, seamos del número de los escogidos.
¡Oh Santo Rosario de mi Madre, te estrecho contra mi
pecho y con reverencia te beso! (aquí besa cada uno su rosario), Tú eres vía
para llegar a todas las virtudes; tesoro de méritos para el paraíso; prenda de
predestinación; inquebrantable cadena que sujeta al enemigo; manantial de paz
para los que te honran en vida augurio de la victoria para los que te besan en
la hora de la muerte! En aquella hora postrera yo te espero, oh Madre mía; tu
presencia será la señal de mi salvación, y tu Rosario me franqueará las puertas
del cielo. Así sea. Dios Te salve, Reina, Madre de misericordia…
V. Ruega por
nosotros, Reina del Santísimo Rosario.
R. Para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN. ¡Oh Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo! que nos habéis
enseñado a acudir a Vos con confianza y llamaros Padre Nuestro que estás en los
cielos; ¡ah! bondadoso Señor, de quien es propio el usar siempre de
misericordia y perdonar, por la intercesión de la Virgen Inmaculada, oíd
propicio a los que nos gloriamos del título de hijos del Rosario; mirad con
agrado nuestro humilde tributo de acción de gracias por los dones recibidos; y
el trono que levantasteis en el Santuario de Pompeya, volvedlo cada día más
glorioso e imperecedero; por los merecimientos de de Nuestro Señor Jesucristo
Así sea.
NUESTRA SEÑORA
DEL ROSARIO DE POMPEYA
NOVENA PARA CASOS DIFÍCILES
NOVENA EN HONOR DE NTRA. SEÑORA DEL ROSARIO DE POMPEYA
PARA ALCANZAR LAS GRACIAS EN LOS CASOS MÁS DIFÍCILES Y DESESPERADOS
(Novena de 54 días, porque son 3 Novenas de Petición y
3 Novenas de Gracia)
¡Oh Santa Catalina de Siena, mi protectora y maestra!
Tú que proteges a tus devotos cuando rezan el Rosario de María, asísteme en
este instante, y dígnate rezar conmigo la Novena en honor de la Reina del
Rosario, que ha colocado el trono de sus favores en el Valle de Pompeya, para
que por tu intercesión obtenga yo la gracia que deseo. Así sea.
Luego se dice:
V. Dios, venid
en mi ayuda.
R. Señor
apresuraos a socorrerme.
V. Gloria al
Padre y al hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en
el principio, ahora y siempre y por todos los siglos de los siglos. Así sea.
I. ¡Oh Virgen Inmaculada y Reina del Santo Rosario! en estos tiempos
en que, apagada la fe en las almas, domina la impiedad, has querido levantar tu
trono de Reina y Madre sobre la antigua Pompeya, morada de muertos paganos y
desde aquel lugar, donde eran adorados los ídolos y demonios, Tú hoy, cual
Madre de la divina gracia, derramas por doquiera los tesoros de las celestiales
misericordias; ¡ah! desde aquel trono donde reinas vuelve, también a mí, oh
María, esos tus ojos benignos, y ten piedad de mi, que tanto necesito de tu
socorro. Muéstrate también conmigo cual te mostraste con tantos otros,
verdadera Madre de misericordia, "Monstra te esseMatrem", mientras de
todo corazón Te saludo e invoco por mi Soberana y por Reina del Santísimo
Rosario. Dios Te salve, Reina, Madre de misericordia…
II. Mi alma rendida al pie de tu trono, oh grande y gloriosa Señora,
te venera entre los gemidos y angustias que sobremanera la oprimen. En medio de
las penas y agitaciones en que me hallo, levanto confiado los ojos hacia Ti,
que te dignaste elegir para tu morada las campiñas de pobres y desamparados
labriegos; y que frente a la ciudad y anfiteatro de deleites paganos, en donde
reinan el silencio y las ruinas, cual Señora de las Victorias elevaste tu
poderosa voz llamando de todas partes de Italia y del mundo católico a tus
devotos hijos para que te levantasen un templo. ¡Oh! apiádate finalmente de
está alma que yace aletargada bajo el polvo y las sombras de la muerte! Ten
piedad de mi, ¡oh! Señora; ten piedad de mí que me hallo abrumado de miserias y
humillaciones. Tú que eres exterminio de los demonios defiéndeme de los
enemigos que me asedian. Tú que eres el Auxilio de los cristianos, sácame de
las tribulaciones en que me hallo sumido. Tú que eres nuestra vida, triunfa de
la muerte que amenaza mi alma en los peligros a que se halla expuesta.
Devuélveme la paz, la tranquilidad, el amor, la salud. Así sea. Dios Te salve,
Reina, Madre de misericordia…
III. ¡Ay!... el oír que tantos han sido colmados de favores sólo porque
a Ti acudieron con fe, me infunde nuevo aliento y valor para llamarte en mi
socorro. Tú prometiste a Santo Domingo que el que deseara gracias las obtendría
con tu Rosario; y yo con el Rosario en la mano, te llamo, oh Madre, al
cumplimiento de tus maternales promesas. Aún más: Tú misma, oh Madre, has
obrado continuos prodigios para excitar a tus hijos a que te levantaran un
templo en Pompeya. Tú, pues, quieres enjugar nuestras lágrimas y aliviar
nuestros afanes; y yo con el corazón en los labios, con fe viva te llamo e
invoco: ¡Madre mía! ¡Madre querida! ¡Madre bella!... ¡Madre dulcísima, ayúdame!
Madre y Reina del Santo Rosario, no tardes más en tender hacía mí tu poderosa
mano y salvarme; porque la tardanza, como ves, me llevaría a la ruina. Dios te
salve, Reina y Madre de misericordia...
IV. ¿Y a quién he de acudir yo sino a Ti, que eres el alivio de los
miserables, el refugio de los desamparados, el consuelo de los afligidos? ¡Ah,
si; lo confieso: abrumada miserablemente mi alma bajo el enorme peso de las
culpas, no merece más que el infierno y es indigna de recibir tus favores! Mas,
¿no eres Tú la esperanza de quién desespera, la poderosa Medianera entre Dios y
el hombre, la Abogada ante el trono del Altísimo, el Refugio de los pecadores?
¡Ah, basta que digas una sola palabra en mi favor a tu divino Hijo, para que El
te escuche! Pídele, pues, oh Madre, la gracia que tanto necesito… (se pide la
gracia que se desea). Sólo Tú puedes obtenérmela. Tú que eres mi única
esperanza, mi consuelo, mi alegría, mi vida. Así lo espero, así sea. Dios Te
salve, Reina, Madre de misericordia…
V. ¡Oh Virgen y Reina del Santo Rosario! Tú que eres la Hija del
Padre celestial, la Madre del Hijo divino, la Esposa del Espíritu Santo; Tú que
todo lo puedes ante la Trinidad Santísima, debes obtenerme esta gracia para mi
tan necesaria, a no ser que sea de obstáculo para mi eterna salvación... (aquí
se especifica la gracia que se desea). Te la pido por la Concepción Inmaculada,
por tu divina Maternidad, por tus gozos, por tus dolores, por tus triunfos. Te
la pido por el Corazón de tu amoroso Jesús, por aquellos nueve meses que lo
llevaste en tu seno, por los trabajos y sinsabores de su vida, por su acerba
Pasión y Muerte de Cruz, por su santísimo Nombre y por su sangre preciosísima. Te
la pido, finalmente, por tu dulcísimo Corazón, por tu glorioso Nombre, ¡oh
María! que eres Estrella del mar, Señora poderosísima, Puerta del paraíso y
Madre de todas las gracias. En Ti confío.., todo lo espero de Ti: Tú me has de
salvar. Así sea. Dios Te salve, Reina, Madre de misericordia…
V. Hazme digno
de alabarte, oh Virgen Sagrada.
R. Dame
fortaleza contra tus enemigos.
V. Ruega por
nosotros, Reina del Santísimo Rosario.
R. Para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN. Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito con su vida, muerte y resurrección
nos adquirió el premio de la salvación eterna, concedenos, os suplicamos, que
meditando estos misterios en el Santísimo Rosario de la bienaventurada Virgen
María, imitemos las virtudes que contienen y alcancemos los bienes que
prometen. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.
SANTO ROSARIO
1. MODO DE REZARLO
Oraciones del
rosario
Misterios
MODO DE REZARLO
1. Hacer el signo de la cruz y rezar el símbolo de los
apóstoles o el acto de contrición
2. Rezar el Padrenuestro
3. Rezar 3 Avemarías y Gloria.
4. Anunciar el primer misterio. Rezar el Padrenuestro.
5. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
6. Anunciar el segundo misterio. Rezar el
Padrenuestro.
7. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
8. Anunciar el tercer misterio. Rezar el Padrenuestro.
9. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
10. Anunciar el cuarto misterio. Rezar el
Padrenuestro.
11. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
12. Anunciar el quinto misterio. Rezar el
Padrenuestro.
13. Rezar 10 Avemarías, Gloria y Jaculatoria.
14. Rezar la Salve.
[Santo Rosario]
ORACIONES DEL
ROSARIO [Ir al principio de esta página]
SEÑAL DE LA
CRUZ
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos
líbranos Señor, Dios nuestro. +En el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo. Amén.
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SÍMBOLO DE LOS
APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y
de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
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ACTO DE
CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de
vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y
cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
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PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en
el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal. Amén.
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AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor
es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
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GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
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JACULATORIAS
Puede usarse una de estas dos:
María, Madre de gracia, Madre de misericordia,
defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, sálvanos del
fuego del infierno y guía todas las almas al Cielo, especialmente aquellas que
necesitan más de tu misericordia. (Oración de Fátima).
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SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos
de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea,
pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que
seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que con la
cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa
Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo;
concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa
intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por
el mismo Cristo nuestro Señor. Amén.
MISTERIOS DEL ROSARIO
MISTERIOS
GOZOSOS (lunes y sábado)
1. La Encarnación del Hijo de Dios.
2. La Visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El Nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Purificación de la Virgen Santísima.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el
templo.
MISTERIOS
DOLOROSOS (martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
MISTERIOS
GLORIOSOS (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE NUEVA POMPEYA, ARGENTINA
( 8 DE OCTUBRE)
Por 1902 vivía en Buenos Aires una joven que padecía
una rara enfermedad y viendo que los más eminentes médicos de su propia familia
y otros no la podían curar, hizo voto de organizar una peregrinación al templo
de Nueva Pompeya, si por mediación de la Santísima Virgen del Rosario de
Pompeya, Dios le concedía la salud.
Apenas formulada la promesa se sintió mejor y luego se
encontró completamente sana. Conocida la milagrosa cura y el voto hecho por
ella, más de 5.000 personas acompañaron a la señorita Calviño en peregrinación
al Santuario de Pompeya el 4 de julio de 1902…
El culto de la Virgen nace en Pompeya, Italia, en
1876, cuando el beato Bartolo Longo recibió el mensaje de una amigo muerto años
atrás pidiéndole “Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz que lo
recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan”. El beato, ferviente
devoto de María, comienza a difundir el culto de la Virgen del Rosario de
Pompeya a partir de un cuadro que consiguió en un convento de Nápoles que hizo
restaurar.
Por ese entonces (fines del siglo XIX) existía en la
zona sur de Buenos Aires un barrio llamado “de los Corrales” o “Bañado de
Flores”.
El mismo se había constituido en un verdadero basural
sólo habitado por gente de muy escasos recursos y no pocos mal vivientes.
Las damas vicentinas de la parroquia de San Cristóbal
(a cuya jurisdicción pertenecía este barrio) comenzaron a llegar deseando
extender su acción benéfica a los habitantes. Las mismas damas junto con Darío
Broggi, un sacerdote italiano, establecieron en el barrio una capilla bajo la
advocación de Nuestra Señora de Pompeya, la que se inauguró el día 15 de
setiembre de 1895 con la aprobación del Vicario Capitular del Arzobispado de
Buenos Aires y que resultó pequeña para dar cabida a los numerosos fieles que
asistían a los oficios religiosos.
1902: EL PRIMER
GRAN MILAGRO
Por ese entonces, vivía en Buenos Aires una joven de
nombre María Luisa Calviño, la que padecía una rara enfermedad y viendo que los
más eminentes médicos de su propia familia y otros no la podían curar, hizo
voto de organizar una peregrinación al templo de Nueva Pompeya, si por
mediación de la Santísima Virgen del Rosario de Pompeya, Dios le concedía la
salud.
Apenas formulada la promesa se sintió mejor y luego se
encontró completamente sana. Conocida la milagrosa cura y el voto hecho por
ella, más de 5.000 personas acompañaron a la señorita Calviño en peregrinación
al Santuario de Pompeya el 4 de julio de 1902.
Desde aquel día la afluencia al templo de fieles
llegados de todos los ámbitos de la ciudad y sus aledaños, fue en constante
aumento y ello se reflejó muy pronto en la condición del barrio.
DE CAPILLA A
TEMPLO
El día 14 de mayo de 1896 el Arzobispo de Buenos Aires
bendecía la piedra fundamental del futuro templo en un terreno donado por las
mismas damas vicentinas y que también tendría por titular principal a Nuestra
Señora del Santísimo Rosario que se venera en el Valle de Pompeya (Italia) y
por segundo patrono a San Antonio de Padua. Por ese motivo, el barrio se llamará
en adelante NUEVA POMPEYA. El nuevo templo, de 47 metros de largo y quince de
ancho fue solemnemente inaugurado el 29 de julio de 1900, oficiando misa el
Nuncio Apostólico Monseñor Sabatucci.
Comenzaba también la construcción del convento y de un
colegio gratuito para niños pobres, que fue inaugurado en marzo del año
siguiente. A Broggi lo ayudaron los padres capuchinos italianos establecidos en
Montevideo. Una vez que la obra estaba en manos del Padre General de la Orden
Capuchina, los religiosos españoles de las provincias de Navarra, Cantabria y
Aragón también fueron a ayudar. El sacrificio de todos ellos hizo posible
terminar todas las obras, así como también atender las necesidades tanto
espirituales como materiales del barrio y sus alrededores.
El 16 de marzo de 1906 Mons. Mariano Antonio Espinosa
Arzobispo de Buenos Aires, erigió la parroquia de Nueva Pompeya, alegando como
causales la creciente población del “barrio de Nueva Pompeya”, a partir de
entonces el templo fue objeto de varias ampliaciones hasta alcanzar la
imponente estructura actual.
La imagen de la Santísima Virgen del Rosario de
Pompeya, que se veneró en la primera capilla y luego en los primeros años del
nuevo templo, fue un óleo donado por una familia italiana, copia del cuadro de
Pompeya de Italia. Al instalarse el retablo del nuevo altar mayor en 1910.
Después fue reemplazado por uno más grande, que aún se conserva en la sacristía
del santuario. Finalmente en 1914, fue sustituido por el grandioso grupo
escultórico de madera tallada, que fue bendecido por Mons. Espinosa en la
inauguración del Camarín y se ha venerado desde entonces.
El 3 de mayo de 1914, se inauguró el hermoso camarín
de la Virgen, sustituyéndose el cuadro por la imagen tallada, obra del escultor
catalán Miguel Castellanas y el 20 de agosto de 1922, por disposición de S.S.
Benedicto XV, fue coronada en solemne ceremonia por el Nuncio Apostólico V. De
Torregrossa, ante la impresionante concurrencia de alrededor de cien mil
personas. Aquella ceremonia se recuerda cada 20 de agosto con cultos
especiales, siendo el más destacado la Consagración de los Niños a la Virgen.
LA IGLESIA DE
LOS PADRES CAPUCHINOS
La iglesia es de estilo neo-gótico, tiene vitrales de
la casa Zeller de Munich, un claustro para el descanso de los peregrinos que es
una réplica de los claustros monacales del medioevo, y un púlpito de estilo
lombardo con elementos moriscos y bizantinos. En el centro del patio hay una
fuente que representa a la Virgen de Pompeya y a las ruinas homónimas.
El 14 de Mayo de 1896 se coloca la primer piedra
bendecida para la construccion de una capilla, dirijida por el arquitecto y
pintor Augusto Cesar Ferrari, fue hasta el 29 de junio de 1900 cuando fue
inaugurada la iglesia en el año 1905 se convirete la iglesia en parroquia. Se
destaca por sus sobrias líneas de arquitectura neogótica, y se presenta como
una pieza armónica.
Posee una única torre de altura. Ventanales en ojiva
con maravillosos vitrales de origen aleman en forma de arco ojival representan
los quince misterios del Santo Rosario. Pequeñas torrecillas a los laterales
con verja de artístico hierro forjado.
En la ambientacion de las naves se observan estatuas
religiosas y pinturas al óleo. En las paredes se encuentran cuadros de hechos
históricos y en el techo su realizacion es de madera en listones.
Al proyecto original de una nave se le agregó en la
década del 20 otra lateral, debido a la gran cantidad de fieles. Ademas posee
un reloj que se ubica en la parte superior el cual fue traido por el padre
Agustín de Pamplona desde España en el año 1923. Fue en el año 1935 cuando las
campanas comenzaron a sonar gracias a Enrique Borneman relojero experto que
estudio pacientemente el mecanismo y las puso a funcionar.
Es la iglesia considerada más popular de Buenos Aires.
VIRGEN DEL ROSARIO DE POMPEYA
7 de Octubre
En el año 79 ocurrió la famosa erupción del Volcán
Vesubio que sepultó a la pagana ciudad de Pompeya (Sur de Italia). Allí la
aristocracia Romana gustaba pasar tiempo de recreo y fue sorprendida por la
súbita destrucción.
A comienzos del siglo XIX se instalaron en la cercanía
familias de campesinos que erigieron una humilde capilla. En 1872 llegó el
abogado Bartolo Longo (beatificado el 26 de octubre de 1980), quien trabajaba
para la Condesa Fusco, dueña de ésas tierras. Longo descubrió que, después de
la muerte del sacerdote, ya no habían misas en la capilla y pocos seguían
firmes en la fe.
Salva a esta gente Bartolo. Propaga el Rosario
Una noche Longo vio en sueños a un amigo muerto años
atrás que le dijo "Salva a esta gente, Bartolo. Propaga el Rosario. Haz
que lo recen. María prometió la salvación para quienes lo hagan". Longo
trajo de Nápoles muchos Rosarios para repartir.
Bartolo también animó a varios vecinos para que le
ayuden a reparar la capilla. La gente comenzó a venir a rezar allí el rosario,
cada vez en mayor número.
En 1878, Longo obtuvo de un convento de Nápoles un
cuadro de Nuestra Señora entregando el Santo Rosario a Santo Domingo y Santa
Rosa de Lima. Estaba deteriorado así que un pintor lo restauró. Este cambió la
figura de la Santa Rosa por la de Santa Catalina de Siena. Puesta sobre el
altar del Templo, aún inconclusa, la Sagrada imagen comenzó a obrar milagros.
El 8 de mayo de 1887, el Cardenal Mónaco de la Valleta
colocó a la venerada imagen una diadema de brillantes bendecida por el Papa
León XIII y el 8 de mayo de 1891, se llevó a cabo la Solemne Consagración del
nuevo Santuario de Pompeya, que existe actualmente.
SÁBADO 24/09 DÍA DE LA VIRGEN DE LA MERCED
La Santísima Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco, en 1218, recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a auxiliar a los cautivos que eran llevados a sitios lejanos. Esta advocación mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo.
San Pedro Nolasco, inspirado por la Santísima Virgen, funda una orden dedicada a la merced (que significa obras de misericordia). Su misión era la misericordia para con los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Muchos de los miembros de la orden canjeaban sus vidas por la de presos y esclavos. Fue apoyado por el rey Jaime el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort.
San Pedro Nolasco y sus frailes muy devotos de la Virgen María, la tomaron como patrona y guía. Su espiritualidad es fundamentada en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora.
En 1272, tras la muerte del fundador, los frailes toman oficialmente el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, pero son mas conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal en 1406, siendo general de la Merced, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".
Esta comunidad religiosa se ha dedicado por siglos a ayudar a los prisioneros y ha tenido mártires y santos. Sus religiosos rescataron muchísimos cautivos que estaban presos en manos de los feroces sarracenos.
El Padre Gaver, en 1400, relata como La Virgen llama a San Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación.
Nolasco la pide ayuda a Dios y, en signo de la misericordia divina, le responde La Virgen María diciéndole que funde una orden liberadora.
Desde el año 1259 los padres Mercedarios empiezan a difundir la devoción a Nuestra Señora de la Merced (o de las Mercedes) la cual se extiende por el mundo.
América
Los mercedarios llegan al continente americano y pronto la devoción a la Virgen de la Merced se propaga ampliamente. En República Dominicana, Perú, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced es muy conocida y amada.
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
ESPAÑA
En los ultimos siglos de la Edad Media, los arabes tenían en su poder al sur y el levante español y su vidas en vilo. Los turcos y sarracenos habían infestado el Mediterráneo, y atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas llevándose cautivos; a muchos.
Un alma caritativa, suscitada por Dios, a favor de los cautivos, fue San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Consul de la Libertad. Se preguntaba como poner remedio a tan triste situación y le rogaba insistentemente a la Virgen Maria.
Pronto empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo cuanto tenía. La noche del 1 de agosto de 1218, Nolasco estando en oracion, se le apareció la Virgen Maria, le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de cautivos. Pocos días después, Nolasco cumplía el mandato. Los mercedarios se comprometían con un cuarto voto: liberar a otros más cebiles en la fe quedando como rehenes, si fuera necesario.
De este modo, a través de los miembros de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y a todos los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. A todos darìa la merced de su favor.
La Virgen María tendrá desde ahora la advocación de la Merced, o más bello todaváa en plural: Nuestra Señora de las Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias. ¡Hermosa advocacion y hermoso nombre el de Mercedes!
Nuestra Señora de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de la liberación. Alfonso X el Sabio decia que "sacar a los hombres de cautivo es cosa que place mucho a Dios, porque es obra de la Merced".
Bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Como ingentes fueron los sufrimientos de San Pedro Nolasco, San Ramon Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron martires como San Serapio, San Pedro Pascual y otros muchos.
El culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia, a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primera monjas mercedarias. Los mercedarios estuvieron entre los primeros misioneros de América. En la Española o República Dominicana, por ejemplo, misionó Fray Gabriel Téllez (Tirso de Molina).
Barcelona se gloría de haber sido escogida por Nuestra Señora de la Merced como lugar de su aparicion y la tiene por celestial patrona. ''¡Princesa de Barcelona, protegiu nostra ciutat!"
En el museo de Valencia hay un cuadro de Vicente López en el que varias figuras vuelven su rostro hacia la Virgen de la Merced, como implorándole, mientras la Virgen abre sus brazos y extiende su manto, cubriendolos a todos con amor, reflejando asi su título de Santa María de la Merced.
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES DE TUCUMÁN
ARGENTINA
Tucumán, fue fundada por don Diego de Villarroel en 1565, pero el día de Nuestra Señora de las Mercedes de 1685 fue trasladada al sitio actual.
El Cabildo en 1687 nombró a Nuestra Señora de las Mercedes como Patrona y Abogada de la ciudad, por los muchos favores que la Virgen dispensó a los tucumanos.
La victoria argentina en la batalla de Tucumán del 24 de septiembre de 1812, es acreditada a Nuestra Señora de las Mercedes. En ella se decidió la suerte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los españoles eran unos tres mil y los argentinos apenas mil ochocientos. Belgrano, el general argentino, puso su confianza en Dios y en Nuestra Señora de las Mercedes, a quien eligió por Patrona de su Ejército.
En la mañana del 24 de septiembre de 1812, día del combate, el general Belgrano estuvo orando largo rato ante el altar de la Virgen. El ejército argentino obtuvo la victoria. En el parte que transmitió al Gobierno, Belgrano hizo resaltar que la victoria se obtuvo el día de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuya protección se habían puesto las tropas.
El parte dice textualmente: 'La patria puede gloriarse de la completa victoria que han tenido sus armas el día 24 del corriente, día de Nuestra Señora de las Mercedes bajo cuya protección nos pusimos ".
El general Belgrano puso en manos de la imagen de la Virgen su bastón de mando. La entrega se efectuó durante una solemne procesión con todo el ejército, que terminó en el Campo de las Carreras, donde se había librado la batalla.
Belgrano se dirigió hacia las andas en que era conducida la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, y le entregó el bastón que llevaba, poniéndolo en las manos de la Virgen y proclamandola como Generala del Ejército.
Al tener conocimiento de estos actos de devoción las religiosas de Buenos Aires, remitieron a Belgrano cuatro mil escapularios de Nuestra Señora de la Merced para que los distribuyera a las tropas. El batallón de Tucuman se congregó antes de partir rumbo a Salta, frente al atrio del templo de Merced, donde se les entregaron los escapularios, tanto los jefes como oficiales y tropas los colocaron sobre sus uniformes.
El 20 de febrero de 1813 los argentinos que buscaban su independencia se enfrentaron nuevamente con los españoles en Salta. Antes de entrar en combate, Belgrano recordó a sus tropas el poder y valimiento de María Santísima y les exhortó a poner en Ella su confianza. Formuló también el voto de ofrendarle los trofeos de la victoria si por su intercesión la obtenía.
Con la ayuda de la Madre de Dios vencieron nuevamente a los españoles, y de las cinco banderas que cayeron en poder de Belgrano, una la destinó a Nuestra Señora de las Mercedes de Tucumán, dos a la Virgen de Luján y dos a la Catedral de Buenos Aires.
A partir del año 1812, el culto a Nuestra Señora de las Mercedes adquiere una gran solemnidad y popularidad. En 1813, el Cabildo de Tucumán pide al gobierno eclesiástico la declaración del vicepatronato de Ntra. Sra. de las Mercedes "que se venera en la Iglesia de su religión" y ordena de su parte que los poderes públicos celebren anualmente su fiesta el 24 de septiembre . La Autoridad Eclesiástica, por Decreto especial, declara el 4 de septiembre de 1813 festivo en homenaje a Nuestra Señora de las Mercedes el 24 de septiembre.
Después del 31 de agosto de 1843, es declarada oficialmente Vice Patrona, jurando su día por festivo y disponiendo se celebre cada año una Misa solemne con asistencia del Magistrado y que por la tarde se saque la imagen de la Santísima Virgen en procesión, como prueba de gratitud por los beneficios dispensados.
Al cumplirse el centenario de la batalla y victoria de Tucumán, la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes fue coronada solemnemente, en nombre del Papa San Pio X, en 1912.
El 22 de junio de 1943, el Presidente de la República, General Pedro P. Ramirez, por decreto aprobado el día anterior con sus ministros, dispuso por el artículo 1ro.:
"Quedan reconocidas con el grado de Generala del Ejército Argentino: la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes, y la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen".
Los artículos 2,3 y 5 se refieren a la imposición de la banda y faja que corresponde a los generales de la nación. El gobierno Argentino proclama así, solemnemente, ante el mundo, su religiosidad.
En 1945, el Gobierno Nacional designó a Nuestra Señora de las Mercedes Patrona Principal de la Aeronáutica Militar.
En Santa Fe la imagen se venera en el templo del Milagro, Paraná se venera en la catedral, en Córdoba en la Iglesia de los Padres Mercedarios, y así en muchos otros lugares.
Oración a Nuestra Señora de la Merced
Generala del Ejército Argentino
A ti recurrimos, oh Virgen Generala de nuestros Ejércitos, para implorar tu maternal protección sobre esta Patria Argentina.
Te recordamos que aquí se alzó el altar donde se glorificó a Jesús Eucarístico ante el mundo entero; que nuestra bandera se hizó en la presencia augusta de tu divino Hijo; que los colores nacionales cruzan sobre tu pecho cual blasón de Generala del Ejército Argentino.
Por todo esto te pedimos que protejas a nuestra Patria erigida según los designios divinos y que del uno al otro confín sepan los pueblos honrarla y que al postrarnos ante tu imagen de Virgen Generala resuene esta unánime aclamación:
¡Tu eres la gloria de nuestra Patria. Tú eres la honra de nuestro pueblo! ¡Tu la Generala de nuestro Ejército!.
Nuestra Señora de la Merced en "De todo un Poco" Tomo I, Lección 12
Nuestra Señora de la Merced
Padre Jesús Marti Ballester
MARÍA Y PEDRO NOLASCO
Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos a África. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación del mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenéis vuestra fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenad en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" (Mt 6,20).
Año 1203. El laico, Pedro Nolasco inicia en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman cofradías-para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota y Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.
LE RESPONDE LA VIRGEN
Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde la Virgen que funde una congregación liberadora. La noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen se les apareció a Pedro Nolasco, a Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a cada uno su deseo de fundar una congregación para redimir cautivos. La Virgen María movió el corazón de Pedro Nolasco para formalizar el trabajo que el y sus compañeros estaban ya haciendo. La Virgen llama a Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación de los cautivos de los musulmanes, expuestos a perder la fe. Nolasco le dice a María:
-¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?:
-“Yo soy María, la que le dio la carne al Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy la que recibió la profecía de Simeón, cuando ofrecí a mi Hijo en el templo:”Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma”:
-¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?:
-“No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde esta congregaciónn en honor mío; será una familia cuyos hermanos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel y serán signo de contradicción para muchos."
LA INSTITUCION NUEVA
Pedro Nolasco, funda la congregación, apoyado por el Rey Jaime I de Aragón, el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús, el liberador de la humanidad y en la Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. En el capítulo general de 1272, los frailes toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".
EN LA CATEDRAL DE BARCELONA
El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la congregación mercedaria.
LA VIRGEN DE LA MERCED, LA FUNDADORA
El título mariano de la Merced tiene su origen en Barcelona, España, cuando muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder la fe . La Virgen de La Merced, manifesta su misericordia por para atenderlos y liberarlos. La talla de la imagen de la Merced venerada en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. He subido piadosamente a su camarín y he comprobado su aspecto imponente por su talla extraordinaria e impresionante. El año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia el 24 de septiembre.
ACTUALIDAD DEL CARISMA
El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre. María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magníficat (Lc 1, 46), María expresa la liberación de Dios. El Papa Juan Pablo II dijo que "María es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa velando por sus hijos cautivos de Satanás (LG 62) y nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella nos enseñará como hacerlo.
DIOS PADRE DE MISERICORDIA, MARÍA MADRE DE MISERICORDIA.
Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor. "Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, las entrañas de la Madre de Dios" - Las obras de misericordia que la Virgen pidió incluyen la visita, el acompañamiento y la ayuda a los que salen de la cárcel.
UNA CONGREEGACION LAICAL
Así fue en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. en Barcelona. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Salían cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, África, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.
CUARTO VOTO
Además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto: dedicar su vida a liberar esclavos. Se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero no alcanzara a pagar su redención. Así lo hizo San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios. El Papa Gregorio IX aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General. El rey Jaime decía que la conquista de Valencia, se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada triunfo que obtenía lo atribuía a sus oraciones.
DESCANSA YA, SIERVO BUENO Y FIEL
Pedro Nolasco, a los 77 años, pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". y se durmió en el regazo de la Virgen. (Insertar aquí la imagen adjunta) Su intercesión logró muchos milagros y fue canonizado en 1628.
Fuente: autorescatolicos.org
DOMINGO 18/09 Crucificado con Cristo: los estigmas - Vida de san Francisco de Asís
Subida al monte de la Verna
(Julio-agosto, 1224). Si Francisco visitó el eremitorio de la Verna antes de 1224, de ello no hay memoria alguna. Es más, a juzgar por lo que cuentan los biógrafos, se diría que sólo estuvo allí ese año. Se dice, en efecto, que Francisco salió de Asís con algunos compañeros y tomó el camino que sube por el valle superior del Tíber. Después de pasar una mala noche en el eremitorio de Montecasale, sus compañeros contrataron a un campesino de la villa de Tiso, para que los acompañara con su jumento hasta La Verna. "Eres tú Francisco, de quien todos hablan", le preguntó el buen hombre, nada más verlo. "Sí, soy yo", le respondió él. "Pues procura ser tan bueno como la gente cree que eres, y no la defraudes", sentenció el labriego, lo que hizo que el santo se apeara enseguida del burro y le besara los pies.
Era casi a mediados de agosto. En la subida, el calor se hacía insoportable y el campesino, muerto de sed, pedía a gritos un poco de agua. "Vete allí y la encontrarás -le dijo Francisco- El Señor la ha hecho brotar para ti". Así fue; y añaden los cronistas que en aquella ladera nunca hubo manantial alguno.
Cerca ya del eremitorio, el grupo se detuvo a descansar bajo una encina y, mientras el santo contemplaba el lugar, se vió rodeado de una multitud de pájaros de toda especie, que manifestaban su alegría con sus trinos y el batir de alas. Alguno incluso se posó sobre él, lo que hizo exclamar: "Me parece que el Señor le agrada que vengamos a este monte". Reemprendida la marcha, enseguida llegaron a un repecho cercano a la cima, donde vivían no más de dos o tres compañeros, en un pequeño eremitorio rodeado de bosques, al borde de una enorme grieta en las peñas, desde donde se divisaba un espectacular panorama.
El conde Orlando, apenas supo de la llegada del santo subió a saludarlo y, a petición suya, ordenó a sus hombres que le hicieran una choza o celda al pie de un haya grande, al borde del precipicio y como a un tiro de piedra del oratorio. Al despedirse, esa misma tarde, el conde se ofreció a los hermanos para lo que necesitaran, de modo que pudieran dedicarse enteramente a la oración, libres de preocupaciones, pero Francisco después, a solas, aconsejó a los suyos que no tuviesen muy en cuenta su generoso ofrecimiento, alegando que "hay un contrato entre el mundo y los frailes menores: vosotros le debéis buen ejemplo y él, a cambio, os debe el sustento; mas si un día faltaseis al compromiso, el mundo, con razón, os volverá la espalda". Y añadió: "Tengo intención de quedarme aquí, sólo con Dios y llorando mis pecados. No permitáis que se me acerque ningún seglar. Responded vosotros por mí. Fray León me traerá algo de comer, cuando lo crea conveniente".
Cuaresma en honor de San Miguel
<(15 agosto - 29 septiembre, 1224). Al cabo de unos días Francisco, queriendo conocer lo que el Señor quería de él, tomó, como de costumbre, los evangelios, oró y lo abrió por tres veces. En las tres ocasiones el texto hablaba del anuncio de la pasión de Jesús, como dándole a entender que tenía que seguir soportando angustias, combates y tribulaciones, mas no por eso se acobardó, pues jamás regateó sufrimiento o sacrificio alguno, con tal que la voluntad de Dios se cumpliera en él. Su sabiduría y mayor aspiración fueron siempre esas.
Atraído por los signos que el Señor le iba manifestando, Francisco decidió prolongar su estancia allí durante toda una cuaresma de ayuno, entre las fiestas de la Asunción de la Virgen (15 de agosto) y del Arcángel San Miguel (29 de septiembre), de quienes era especialmente devoto. Según su costumbre, buscó el lugar más apartado que pudo, donde no pudiera ser visto ni oído por sus propios compañeros. Lo encontró al otro lado del precipicio, a donde se podía acceder sólo mediante un tronco atravesado a modo de puente. Entonces pidió a los hermanos que le prepararan una celda, y les dio estas instrucciones: "Ninguno de vosotros debe de acercarse aquí, ni ningún seglar. Sólo tú, fray León, vendrás una vez, durante el día, a traerme agua y un poco de pan, y otra vez por la noche, para rezar maitines. Te acercarás a la pasarela y dirás: Señor, ábreme los labios. Y si no te respondo, márchate enseguida". Tales precauciones eran debidas a que no le gustaba que lo sorprendieran en uno de sus frecuentes éxtasis.
Apenas se quedó solo, temiendo que aquel retiro fuese sólo un pretexto para descansar y huir de las fatigas de la predicación, pidió al Señor otra señal de que aquello era voluntad suya. A la mañana siguiente, mientras rezaba, creyó ver la respuesta en los pájaros de toda especie que, uno por uno, sobrevolaban la celda, alegrándolo con sus trinos. Entre ellos había un halcón, que tenía su nido junto a su choza, y cada noche lo despertaba a la hora de maitines, excepto cuando no se encontraba bien; entonces lo dejaba dormir hasta el amanecer.
Mas no todo fueron consuelos en aquel monte. El santo confesó al compañero que el demonio lo molestaba mucho por la noche, por eso ayunaba con mayor rigor, a pan y agua, y pasaba las noches en vela, orando y mortificándose.
Fray León, cada mañana preparaba el fuego en una choza donde el Santo solía comer, y luego iba a su celda, a leerle el Evangelio del día, pues aún no estaba permitido a los hermanos Menores celebrar la Misa de campaña. Después de las lecturas, tomadas de un breviario que ahora se conserva en Asís, en el monasterio de Santa Clara, Francisco besaba la página con respeto, y luego se iba a comer. Pero un día, el fuego prendió en la choza y él, por el gran respeto que sentía por las criaturas, en especial por el "hermano fuego", no quiso ayudar a los hermanos a apagarlo, limitándose a poner a salvo una piel con la que se tapaba por las noches; mas luego confesó al compañero: "He pecado de avaricia. No la usaré más".
Otro día estuvo a punto de despeñarse por el precipicio, mientras buscaba un lugar más recogido para orar en una cavidad formada por enormes bloques de piedra desprendidos y atravesados sobre la hendidura del monte. Una de las piedras cedió y se salvó de puro milagro. según él, era una más de las insidias del diablo.
En cierta ocasión, mientras observaba aquella espantosa grieta, se le reveló que la produjo el mismo terremoto que resquebrajó el Calvario en el momento de la muerte de Jesucristo, y que Dios lo había dispuesto así porque en ese monte debía renovarse su Pasión. Francisco quedó tan impresionado, que se refugió enseguida a su celda, a tratar de descifrar aquel misterio. Desde entonces se hizo más frecuente la intensidad y dulzura de la contemplación.
Visión del Serafín e impresión de las llagas
(13-14 septiembre, 1224). El verano tocaba a su fin. Una noche de luna llena, fray León fue, como siempre, a rezar maitines con Francisco, mas éste no respondió a la contraseña. Entre preocupado y curioso, el hermano cruzó la pasarela y fue a buscarlo. Lo encontró en un claro del bosque, de rodillas, en medio de un gran resplandor, con el rostro levantado, mientras decía: "¿Quién eres tú, mi Señor, y quién soy yo, gusano despreciable e inútil siervo tuyo", y levantaba las manos por tres veces. El ruido de sus pasos sobre la hojarasca delató a fray León, que tuvo que confesar su culpa y explicar al Santo lo que había visto. Entonces éste decidió explicarle lo sucedido: "Yo estaba viendo por un lado el abismo infinito de la sabiduría, bondad y poder de Dios, pero también mi lamentable estado de miseria. Y el Señor, desde aquella luz, me pidió que le ofreciera tres dones. Le dije que sólo tenía el hábito, la cuerda y los calzones, y que aún eso era suyo. Entonces me hizo buscar en el pecho, y encontré tres bolas de oro, y se las ofrecí, comprendiendo enseguida que representaban los votos de obediencia, pobreza y castidad, que el Señor me ha concedido cumplir de modo irreprochable. Y me ha dejado tal sensación, que no dejo de alabarlo y glorificarlo por todos sus dones. Mas tú guárdate de seguir espiándome y cuida de mí, porque el Señor va a obrar en este monte cosas admirables y maravillosas como jamás ha hecho con criatura alguna". Fray León no pudo dormir aquella noche, pensando en lo que había visto y oído.
Uno de aquellos días se apareció un ángel a Francisco y le dijo: "Vengo a confortarte y avisarte para que te prepares con humildad y paciencia a recibir lo que Dios quiere hacer de ti". "Estoy preparado para lo que él quiera", fue su respuesta. La madrugada del 14 de septiembre, fiesta de la Santa Cruz, antes del amanecer, estaba orando delante de la celda, de cara a Oriente, y pedía al Señor "experimentar el dolor que sentiste a la hora de tu Pasión y, en la medida de los posible, aquel amor sin medida que ardía en tu pecho, cuando te ofreciste para sufrir tanto por nosotros, pecadores"; y también, "que la fuerza dulce y ardiente de tu amor arranque de mi mente todas las cosas, para yo muera por amor a ti, puesto que tú te has dignado morir por amor a mi". De repente, vio bajar del cielo un serafín con seis alas. Tenía figura de hombre crucificado. Francisco quedó absorto, sin entender nada, envuelto en la mirada bondadosa de aquel ser, que le hacía sentirse alegre y triste a la vez. Y mientras se preguntaba la razón de aquel misterio, se le fueron formando en las manos y pies los signos de los clavos, tal como los había visto en el crucificado. En realidad no eran llagas o estigmas, sino clavos, formados por la carne hinchada por ambos lados y ennegrecida. En el costado, en cambio, se abrió una llaga sangrante, que le manchaba la túnica y los calzones.
Explicaba fray León que el fenómeno fue más palpable y real de lo muchos creen, y que estuvo acompañado de otros signos extraordinarios corroborados por testigos, que creyeron ver el monte en llamas, iluminando el contorno como si ya hubiese salido el sol. Algunos pastores de la comarca se asustaron, y unos arrieros que dormían se levantaron y aparejaron sus mulas para proseguir su viaje, creyendo que era de día. La aparición de Francisco con los brazos en cruz y bendiciendo a los frailes reunidos en Arlés, mientras San Antonio de Lisboa o de Padua predicaba acerca de la inscripción de la cruz (Jesús Nazareno Rey de los Judíos) debió de ser una confirmación del prodigio, pues los capítulos provinciales, según la Regla, se celebraban en septiembre, en torno a la fiesta de San Miguel (San Antonio estuvo en Provenza del 1224 al 1226). Así parece darlo a entender San Buenaventura, cuando escribe que "más tarde se comprobó la veracidad del hecho, no sólo por los signos evidentes, sino también por el testimonio explícito del Santo".
Cuando fray León acudió aquella mañana a prepararle la comida, Francisco no pudo ocultarle lo sucedido. Desde aquel instante, él será su enfermero, encargado de lavarle cada día las heridas y cambiarle las vendas, para amortiguarle el dolor y las hemorragias; excepto el viernes, ya que el Santo no quería que nadie mitigara sus sufrimientos ese día.
Las cuatro prerrogativas de la Orden
(septiembre, 1224). Francisco aún permaneció dos semanas en aquella celda, hasta concluir la cuaresma, el 29 de septiembre. Uno de aquellos días, sintiéndose triste por el mal ejemplo de algunos hermanos de la Orden, y de otros que abandonaban su vocación, el Señor lo consoló con estas palabras: "¿Por qué te entristeces? ¿No soy yo quien hace que el hombre se convierta y haga penitencia en tu Orden? ¿quién le da fuerzas para perseverar, sino yo? Yo no te he escogido por que seas sabio, ni elocuente, sino por tu sencillez, para que todos sepan que soy yo quien cuida de mi rebaño. Yo te he puesto entre ellos como un signo, para que vean lo que hago en ti, y te imiten. Los que me siguen me tendrán a mí; los que no, perderán lo que creían tener. Por eso, no te aflijas; haz bien lo que haces, trabaja bien lo que trabajas, pues yo he plantado tu Orden en el amor perpetuo. La amo tanto, que si alguno la abandona y muere fuera de ella, yo llamaré a otro, para que ocupe su lugar. Y si aún no ha nacido, yo haré que nazca. Tanto la amo que, aunque sólo quedasen dos o tres hermanos, no la abandonaré jamás".
Después de esta revelación, cuando el compañero fue a prepararle la mesa a Francisco, lo encontró sentado delante de la piedra grande y cuadrada que le servía de mesa, y éste le ordenó lavarla, primero con agua, luego con vino y, finalmente, con aceite, porque, según le dijo, "sobre esta piedra ha estado sentado un ángel. Estaba yo pensando en la suerte que correría mi Orden cuando yo no exista, y el ángel me aseguró estas cuatro cosas: que la Orden de los Menores durará hasta el fin del mundo; que ningún hermano de mala voluntad perseverará muco tiempo en ella; que no vivirá mucho quien la persiga de propósito; y que ningún hermano que la ame acabará mal".
Alabanzas al Dios Altísimo y Bendición a fray León
(septiembre 1224). Durante su estancia en La Verna, fray León atravesó un momento de crisis espiritual y pensó que una palabra del Señor acompañada por una breve nota manuscrita del santo le aliviaría, como ya ocurrió unos meses antes, cuando recibió de él una cariñosa carta autógrafa. Él no le dijo nada a San Francisco, pero éste lo llamó un día y le dijo: "Tráeme papel y tinta, que quiero escribir unas alabanzas que he compuesto para dar gracias a Dios por los beneficios recibidos". Y escribió las Alabanzas del Dios Altísimo (ver el texto en la columna izquierda). Luego, por la otra casa escribió la bendición sacerdotal que se encuentra en la Biblia (Num 6, 24-26) y debajo trazó el signo de la Tau, con que solía firmar sus escritos, y se lo entregó diciéndole: "Consérvalo cuidadosamente, hasta el día de tu muerte". Fray León recuperó la paz y desde entonces conservó la nota en una bolsita que llevaba colgada al cuello, debajo del hábito. Ahora forma parte parte de las reliquias del Sacro Convento de Asís, donde fray León murió y está sepultado, a dos pasos de la tumba de San Francisco.
(Fratefrancesco.org - Fr. Tomás Gálvez)
16 de julio DÍA DE NUESTRA
SEÑORA DEL CARMEN DE CUYO
PATRONA Y
GENERALA DEL EJÉRCITO DE LOS ANDES
LA VIRGEN
DEL CARMEN, UNA DEVOCIÓN CON MÁS DE VEINTE SIGLOS
EL NOMBRE DEL CARMEN VIENE DEL MONTE
CARMELO O “VIÑA DE DIOS”QUE ESTÁ EN TIERRA SANTA. SEGÚN EL LIBRO DE LOS REYES,
ALLÍ VIVIÓ EL PROFETA ELÍAS CON UN GRUPO DE JÓVENES, DEDICADOS A LA ORACIÓN.
CORRÍA EL AÑO 300 A J C, Y UNA GRAN SEQUÍA ASOLABA LA REGIÓN; EL PROFETA SUBIÓ
A LA MONTAÑA PARA PEDIR LLUVIA Y DIVISÓ UNA NUBE DE LUMINOSA BLANCURA DE LA
CUAL BROTABA EL AGUA EN ABUNDANCIA; COMPRENDIÓ QUE LA VISIÓN ERA UN SÍMBOLO DE
LA LLEGADA DEL SALVADOR ESPERADO, QUE NACERÍA DE UNA DONCELLA INMACULADA PARA
TRAER UNA LLUVIA DE BENDICIONES. DESDE ENTONCES, AQUELLA PEQUEÑA COMUNIDAD SE
DEDICÓ A REZAR POR LA QUE SERÍA MADRE DEL REDENTOR, COMENZANDO ASÍ LA DEVOCIÓN
A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN (O CARMELO).
UNA HISTORIA
MILENARIA
MUCHOS ACONTECIMIENTOS HAN
SUCEDIDO A TRAVÉS DEL TIEMPO, PERO LAS ORACIO¬NES CONTINUARON ELEVÁNDOSE DESDE
EL CARMELO: ES QUE LOS HOMBRES Y LAS INSTITU¬CIONES PASAN, PERO LAS OBRAS DE
DIOS PERMANECEN PORQUE PARTICIPAN UN POCO DE SU ETERNIDAD. NACE LA VIRGEN MARÍA
Y LLEGA A SER LA MADRE DEL SALVADOR: SEGÚN LA TRADICIÓN VISITÓ A LOS MONJES Y
LOS ESTIMULÓ A CONTINUAR SUS ORACIONES. LUEGO VINO LA PASIÓN Y MUERTE, SEGUIDAS
DE LA RESURRECCIÓN Y MARCHA AL CIELO DE JESÚS, Y MÁS TARDE DE SU MADRE. LUEGO
VENDRÁN LAS INVASIONES MUSULMANAS, PERO LAS ORACIONES DEL CARMELO NO SE
INTERRUMPEN SINO QUE LOS MONJES DECIDEN TRASLADARSE A EUROPA. ALLÍ LOS
ENCONTRAMOS EN EL SIGLO XLII :SU SUPERIOR, SAN SIMÓN STOCK ESTABA EN ORACIÓN,
PREOCUPADO POR NUEVAS PERSECUCIONES, CUANDO SE LE APA¬RECE LA MISMA MADRE DE
DIOS PARA DECIRLE: ”AMADÍSIMO HIJO, RECIBE EL ESCAPULARIO DE MI ORDEN PARA QUE
QUIEN MURIESE LLEVÁNDOLO PIADOSAMENTE, NO PADEZCA EL FUEGO ETERNO”. EL PAPA
GREGORIO XIII DECLARÓ VERDADERA ESTA APARICIÓN DESPUÉS DE SERIOS ESTUDIOS, Y
BASÁNDOSE EN LOS FAVORES QUE RECIBÍAN LOS QUE USABAN EL ESCAPULARIO. TAMBIÉN
FUE RECONOCIDA ESTA APARICIÓN POR EL PAPA JUAN XXII, QUE RECIBIÓ UNA NUEVA
APARICIÓN DE LA VIRGEN, EN LA QUE PROMETÍA SACAR DEL PURGATORIO EL PRIMER
SÁBADO DESPUÉS DE SU MUERTE A SUS DEVOTOS.
LA VIRGEN
DEL CARMEN EN MENDOZA
ESTA DEVOCIÓN SE DIFUNDIÓ POR TODA
EUROPA Y CONTÓ CON SANTOS DE LA TALLA DE SAN JUAN DE LA CRUZ Y SANTA TERESA; NO
ES EXTRAÑO QUE LLEGARA A AMÉRICA Y ACOMPAÑARA EL DESPERTAR A LA FE DE NUESTROS
INDÍGENAS QUE LA VENERARON DESDE MEDIADOS DEL SIGLO XVI. YA EN EL SIGLO XVIII
SE ENCUENTRA EN MENDOZA LA IMAGEN QUE HOY VENERAMOS, PUES DON PEDRO DE NÚÑEZ
“CABALLERO DE GRAN FORTUNA Y DEVOCIÓN, DONÓ LA IMAGEN Y TODO LO NECESARIO PARA
EL CULTO DE LA VIRGEN DEL CARMEN”.PRIMERO ESTUVO EN EL TEMPLO DE LOS PADRES
JESUITAS ESTANDO FUNDADA LA COFRADÍA. EN 1.776, A RAÍZ DE LA EXPULSIÖN DE LA
ORDEN, LA IMAGEN FUE TRASLADADA A SAN FRANCISCO, DES¬DE DONDE PRESIDIRÍA UNA DE
LAS MÁS BELLAS JORNADAS DE LA HISTORIA DE NUESTRA PATRIA. LLEGA EL AÑO 1814,
MOMENTO EN EL QUE SAN MARTÍN HARÁ DE LOS PACÍFICOS HABITANTES DE CUYO, HEROICOS
SOLDADOS FORJADORES DE LIBERTAD, PERO ELLOS NECESITARÁN UNA MADRE QUE LOS
AMPARE Y DE SENTIDO A TANTO SACRIFICIO. ES DE TODOS CONOCIDA LA PROFUNDA
DEVOCIÓN QUE EL LIBERTADOR PROFESÓ A LA VIRGEN Y QUE LO HIZO NOM¬BRARLA
GENERALA DE SU EJÉRCITO, SUPERANDO LOS RESPETOS HUMANOS DE UNA ÉPOCA EN LA QUE
EL LIBERALISMO HABÍA IMPUESTO LA IDEA DE QUE “LA RELIGIÓN ES ASUNTO PRIVADO”.
TANTA IMPORTANCIA DIO AL TEMA, QUE LO DECIDIÓ CON SU ESTADO MAYOR, SEGÚN DICE
ESPEJO EN SU OBRA EL PASO DE LOS ANDES:”LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
ES-TABA MUY ARRAIGADA EN CUYO Y CASI TODOS LOS SOLDADOS LLEVABAN SU
ESCAPULARIO, POR ESO FUE ELLA LA QUE TUVO PREFERENCIA” DICE, Y MÁS ADELANTE DESCRIBE
LA BRILLANTE CEREMONIA (5 DE ENERO DE 1.817) DURANTE LA CUAL SAN MARTÍN LE
ENTREGA SU BASTÓN DE MANDO, LA NOMBRA GENERALA, Y HACE BENDECIR TAMBIÉN LA
BANDERA DE LOS ANDES, ”SALUDADA POR DIANAS Y LA BANDA CON CAJAS Y CLARINES,
MIENTRAS ROMPÍA UNA SALVA DE VEINTIÚN CAÑONAZOS, ANTE EL EJÉRCITO DE GRAN GALA
Y TODO EL PUEBLO DE MENDOZA”. MÁS TARDE, DESPUÉS DE SUS TRIUNFOS, ENTREGARÁ
DEFINITIVAMENTE SU BASTÓN, ESTA VEZ EN
EL SILENCIO QUE ACOMPAÑA A TODO LO GRANDE Y DEJANDO AQUELLA CONOCIDA CARTA:” LA
PROTECCIÓN QUE HA PRESTADO AL EJÉRCITO DE LOS ANDES SU PATRONA Y GENERALA LA
VIRGEN DEL CARMEN SON DEMASIADO VISIBLES...” AMBAS RELIQUIAS, EL BASTÓN Y LA
CARTA, SE CONSERVAN HOY EN EL CAMARÍN DE LA VIRGEN, COMO MUDOS TESTIGOS DE LA
PARTE QUE ELLA TUVO EN LA GRANDEZA DE ALMA DE NUESTRO LIBERTADOR. SIENDO
GENERALA DEL EJÉRCITO ARGENTINO, JUNTO A LA BANDA, ACOMPAÑA A LA IMAGEN NUESTRA
BANDERA. COMO ASÍ TAMBIÉN LAS BANDERAS DE PERÚ Y CHILE, AL SER ESTA ADVOCACIÓN
PATRONA DE LOS 2 PAÍSES VECINOS.
LA
CORONACIÓN PONTIFICIA
POR INQUIETUD DE FRAY LEONARDO
MALDONADO, EL PAPA PÍO X, DECRETÓ: “QUE LA SAGRADA IMAGEN DE LA VIRGEN MARÍA
BAJO EL TÍTULO DEL CARMEN QUE SE VENERA EN LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO EN
MEN¬DOZA, SEA CON VOTO SOLEMNE CORONADA CON CORONA DE ORO”. APOYÓ SU RESOLUCIÓN
EN LA “SUFICIENTE CONSTANCIA QUE EXISTE DE LA POPULAR VENERACIÓN DE LA IMAGEN,
DE SU FAMA Y CELEBRIDAD COMO TAMBIÉN DE LAS GRACIAS ADMIRABLES Y CELESTIALES,
DONES CONCEDIDOS COPIOSAMENTE POR ELLA”. LA CORONA, OFRENDA DE SUS DEVOTOS, LE FUE
IMPUESTA EN MEMORABLE CEREMONIA EL 8 DE SEPTIEMBRE DE 1.911 Y ES UN RECUERDO DE
TAL SOLEMNIDAD QUE SE DECRETÓ TAL DÍA COMO FIESTA PATRONAL DE LA PROVINCIA Y EN
ESE DÍA, DESDE 1.950 ES TAMBIÉN HONRADA MUY ESPECIALMENTE LA SANTÍSIMA VIRGEN
DEL CARMEN DE CUYO, EN LAS ESCUELAS DE MENDOZA, COMO PATRONA DE LA ESCUELA
PRIMARIA, INS¬TITUIDA EN TAL CARÁCTER POR DECISIÓN SUPERIOR; Y DE LA EDUCACIÓN
EN SUS TRES NIVELES POR DECRETO DEL 30-08-80. EN 1.982 FUE DECLARADA PATRONA DE
LA 8º BRIGADA DE MONTAÑA.
¿QUÉ ES EL ESCAPULARIO?
YA ANTES DEL SIGLO X, SE LOS USABA COMO
SÍMBOLO DE UNIÓN CON UNA ORDEN RELIGIOSA Y SU ESPIRITUALIDAD, AUN VIVIENDO LA
VIDA CORRIENTE EN MEDIO DEL MUNDO. CONSISTÍAN EN UNA FRANJA DE TELA IGUAL AL
HÁBITO DE LOS RELIGIOSOS, QUE SE INTRODUCÍA POR LA CABEZA CAYENDO HACIA
ADELANTE Y ATRÁS, DE AHÍ SU NOMBRE QUE VIENE
DE ESCÁPULA”, ESPALDA EN LATÍN; CON EL TIEMPO REDUJERON SU TAMAÑO HASTA
EL ACTUAL.. LO IMPORTANTE ES QUE NO SE TRATA DE UN AMULETO O DE ALGO CON
PODERES MÁGICOS. ES UN SIGNO SACRAMENTAL QUE HACE PRESENTE EL AMOR DE LA VIRGEN
HACIA QUIENES SON BUENOS HIJOS DE DIOS, VIVEN EN SU AMISTAD, O SEA GRACIA Y
CUMPLEN SU LEY. HOY SE SUSTITUYE PARA EL USO DIARIO POR LA MEDALLA
CORRESPONDIENTE, AMBOS RECIBEN LAS MISMAS INDULGENCIAS Y PUEDEN SER USADOS POR
QUIENES NO PERTENECEN A LA COFRADÍA.
EL
ESCAPULARIO - REQUISITOS Y GRACIAS
ES UN SIGNO EXTERNO, SACRAMENTAL,
QUE PRESUPONE UNA VIDA DE GRACIA. LA PREPARACIÓN CONVENIENTE, CONSISTE EN:1-
SER MUY DEVOTOS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, EN ESPECIAL BAJO LA ADVOCACIÓN
DEL CARMEN DE CUYO. 2 - PARTICIPAR EN
TODAS LAS CEREMONIAS QUE SE REALIZAN EN SU HONOR. 3 - SABER QUE ES UN
COMPROMISO DE POR VIDA, UNA ALIAN¬ZA ENTRE NUESTRA SEÑORA Y EL QUE LO RECIBE. 4
- TENER UNA CONDUCTA DE ACUERDO A LAS NORMAS Y LEYES DE LA IGLESIA. 5 - UNAS DE
LAS CONDICIONES PRIMORDIALES IMPUESTAS POR LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN, ES
EL USO PERMANENTE DE ESTE ESCAPULARIO, O LA MEDALLA QUE LO REEMPLAZÓ. ÉSTA DEBE
SER CON LA IMAGEN DE LA VIRGEN Y EL SAGRADO CORAZÓN EN EL REVERSO. 6 - TODAS
LAS PERSONAS QUE CONFORMAN LA HERMANDAD DEL CARMELO, PROMETEN REZAR EL SANTO
ROSARIO DIARIAMENTE O AL MENOS 3 AVEMARÍAS EN HONOR A SU PATRONA.
EL ESCAPULARIO DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN SE IMPONE TODO LOS 1º MIÉRCOLES DE MES, EL 16 DE JULIO Y DURANTE LA
NOVENA, A LAS PERSONAS QUE LO DESEEN RECIBIR. LA PROMESA DE LA VIRGEN DEL
CARMEN A SAN SIMÓN STOCK FUE QUE QUIEN MURIESE CON EL ESCAPULARIO NO PADECERÁ
DEL FUEGO ETERNO. EN OTRA APARICIÓN AL PAPA JUAN XXII, PROMETIÓ SACAR DEL
PURGATORIO A LAS ALMAS QUE MURIESEN PIADOSAMENTE, CON EL ESCAPULARIO, EN EL
SÁBADO SIGUIENTE A SU MUERTE.
Fiesta, 29
de junio
Pedro y
Pablo, Santos
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net
Apóstoles y Mártires
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net
Apóstoles y Mártires
Martirologio
Romano: Solemnidad de san Pedro y san
Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero
entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello
fue llámado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado
a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo,
anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador
Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado
cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo,
degollado y enterrado en la vía Ostiense. En este día, su triunfo es celebrado
por todo el mundo con honor y veneración. († c.67)
Breve Biografía
Origen de la fiesta San Pedro y San Pablo son apóstoles, testigos de Jesús que
dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la
fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se
extendió por todo el mundo.
Los cadáveres de San Pedro y San Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas y, pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por San Pedro y San Pablo desde los inicios de la vida cristiana. Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de San Pedro y San Pablo ha sido conmemorada el 29 de Junio desde entonces.
El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.
San Pedro
San Pedro fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Su nombre era Simón, pero Jesús lo llamó Cefas que significa “piedra” y le dijo que sería la piedra sobre la que edificaría Su Iglesia. Por esta razón, le conocemos como Pedro. Era pescador de oficio y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje de salvación. Él aceptó y dejó su barca, sus redes y su casa para seguir a Jesús.
Pedro era de carácter fuerte e impulsivo y tuvo que luchar contra la comodidad y contra su gusto por lucirse ante los demás. No comprendió a Cristo cuando hablaba acerca de sacrificio, cruz y muerte y hasta le llegó a proponer a Jesús un camino más fácil; se sentía muy seguro de sí mismo y le prometió a Cristo que nunca lo negaría, tan sólo unas horas antes de negarlo tres veces.
Vivió momentos muy importantes junto a Jesús:
Los cadáveres de San Pedro y San Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas y, pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por San Pedro y San Pablo desde los inicios de la vida cristiana. Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de San Pedro y San Pablo ha sido conmemorada el 29 de Junio desde entonces.
El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.
San Pedro
San Pedro fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Su nombre era Simón, pero Jesús lo llamó Cefas que significa “piedra” y le dijo que sería la piedra sobre la que edificaría Su Iglesia. Por esta razón, le conocemos como Pedro. Era pescador de oficio y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje de salvación. Él aceptó y dejó su barca, sus redes y su casa para seguir a Jesús.
Pedro era de carácter fuerte e impulsivo y tuvo que luchar contra la comodidad y contra su gusto por lucirse ante los demás. No comprendió a Cristo cuando hablaba acerca de sacrificio, cruz y muerte y hasta le llegó a proponer a Jesús un camino más fácil; se sentía muy seguro de sí mismo y le prometió a Cristo que nunca lo negaría, tan sólo unas horas antes de negarlo tres veces.
Vivió momentos muy importantes junto a Jesús:
·
Vio a Jesús cuando caminó sobre las aguas. Él mismo lo intentó,
pero por desconfiar estuvo a punto de ahogarse.
·
Prensenció la Transfiguración del Señor.
·
Estuvo presente cuando aprehendieron a Jesús y le cortó la oreja
a uno de los soldados atacantes.
·
Negó a Jesús tres veces, por miedo a los judíos y después se
arrepintió de hacerlo.
·
Fue testigo de la Resurrección de Jesús.
·
Jesús, después de resucitar, le preguntó tres veces si lo amaba
y las tres veces respondió que sí. Entonces, Jesús le confirmó su misión como
jefe Supremo de la Iglesia.
·
Estuvo presente cuando Jesús subió al cielo en la Ascensión y
permaneció fiel en la oración esperando al Espíritu Santo.
·
Recibió al Espíritu Santo el día de Pentecostés y con la fuerza
y el valor que le entregó, comenzó su predicación del mensaje de Jesús. Dejó
atrás las dudas, la cobardía y los miedos y tomó el mando de la Iglesia,
bautizando ese día a varios miles de personas.
·
Realizó muchos milagros en nombre de Jesús.
·
En los Hechos de los Apóstoles, se narran varias hazañas y
aventuras de Pedro como primer jefe de la Iglesia. Nos narran que fue hecho
prisionero con Juan, que defendió a Cristo ante los tribunales judíos, que fue
encarcelado por orden del Sanedrín y librado milagrosamente de sus cadenas para
volver a predicar en el templo; que lo detuvieron por segunda vez y aún así, se
negó a dejar de predicar y fue mandado a azotar.
Pedro convirtió a muchos judíos y pensó que ya había cumplido con su misión, pero Jesús se le apareció y le pidió que llevara esta conversión a los gentiles, a los no judíos.
En esa época, Roma era la ciudad más importante del mundo, por lo que Pedro decidió ir allá a predicar a Jesús. Ahí se encontró con varias dificultades: los romanos tomaban las creencias y los dioses que más les gustaban de los distintos países que conquistaban. Cada familia tenía sus dioses del hogar. La superstición era una verdadera plaga, abundaban los adivinos y los magos. Él comenzó con su predicación y ahí surgieron las primeras comunidades cristianas. Estas comunidades daban un gran ejemplo de amor, alegría y de honestidad, en una sociedad violenta y egoísta. En menos de trescientos años, la mayoría de los corazones del imperio romano quedaron conquistados para Jesús. Desde entonces, Roma se constituyó como el centro del cristianismo.
En el año 64, hubo un incendio muy grande en Roma que no fue posible sofocar. Se corría el rumor de que había sido el emperador Nerón el que lo había provocado. Nerón se dio cuenta que peligraba su trono y alguien le sugirió que acusara a los cristianos de haber provocado el incendio. Fue así como se inició una verdadera “cacería” de los cristianos: los arrojaban al circo romano para ser devorados por los leones, eran quemados en los jardines, asesinados en plena calle o torturados cruelmente. Durante esta persecución, que duró unos tres años, murió crucificado Pedro por mandato del emperador Nerón.
Pidió ser crucificado de cabeza, porque no se sentía digno de morir como su Maestro. Treinta y siete años duró su seguimiento fiel a Jesús. Fue sepultado en la Colina Vaticana, cerca del lugar de su martirio. Ahí se construyó la Basílica de San Pedro, centro de la cristiandad.
San Pedro escribió dos cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.
¿Qué nos enseña la vida de Pedro?
Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar de todos los defectos que tenía, Pedro logró cumplir con su misión. Para ser un buen cristiano hay que esforzarse por ser santos todos los días. Pedro concretamente nos dice: “Sean santos en su proceder como es santo el que los ha llamado” (I Pedro, 1,15)
Cada quien, de acuerdo a su estado de vida, debe trabajar y pedirle a Dios que le ayude a alcanzar su santidad.
Nos enseña que el Espíritu Santo puede obrar maravillas en un hombre común y corriente. Lo puede hacer capaz de superar los más grandes obstáculos.
La Institución del Papado
Toda organización necesita de una cabeza y Pedro fue el primer jefe y la primera cabeza de la Iglesia. Fue el primer Papa de la Iglesia Católica. Jesús le entregó las llaves del Reino y le dijo que todo lo que atara en la Tierra quedaría atado en el Cielo y todo lo que desatara quedaría desatado en el Cielo. Jesús le encargó cuidar de su Iglesia, cuidar de su rebaño. El trabajo del Papa no sólo es un trabajo de organización y dirección. Es, ante todo, el trabajo de un padre que vela por sus hijos.
El Papa es el representante de Cristo en el mundo y es la cabeza visible de la Iglesia. Es el pastor de la Iglesia, la dirige y la mantiene unida. Está asistido por el Espíritu Santo, quien actúa directamente sobre Él, lo santifica y le ayuda con sus dones a guiar y fortalecer a la Iglesia con su ejemplo y palabra. El Papa tiene la misión de enseñar, santificar y gobernar a la Iglesia.
Nosotros, como cristianos debemos amarlo por lo que es y por lo que representa, como un hombre santo que nos da un gran ejemplo y como el representante de Jesucristo en la Tierra. Reconocerlo como nuestro pastor, obedecer sus mandatos, conocer su palabra, ser fieles a sus enseñanzas, defender su persona y su obra y rezar por Él.
Cuando un Papa muere, se reúnen en el Vaticano todos los cardenales del mundo para elegir al nuevo sucesor de San Pedro y a puerta cerrada, se reúnen en Cónclave (que significa: cerrados con llave). Así permanecen en oración y sacrificio, pidiéndole al Espíritu Santo que los ilumine. Mientras no se ha elegido Papa, en la chimenea del Vaticano sale humo negro y cuando ya se ha elegido, sale humo blanco como señal de que ya se escogió al nuevo representante de Cristo en la Tierra.
San Pablo
Su nombre hebreo era Saulo. Era judío de raza, griego de educación y ciudadano romano. Nació en la provincia romana de Cilicia, en la ciudad de Tarso. Era inteligente y bien preparado. Había estudiado en las mejores escuelas de Jerusalén.
Era enemigo de la nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. Se dedicó a combatir a los cristianos, quienes tenían razones para temerle. Los jefes del Sanedrín de Jerusalén le encargaron que apresara a los cristianos de la ciudad de Damasco.
En el camino a Damasco, se le apareció Jesús en medio de un gran resplandor, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” ( Hechos de los Apóstoles 9, 1-9.20-22.).
Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. Después de este acontecimiento, Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron a Damasco y pasó tres días sin comer ni beber. Ahí, Ananías, obedeciendo a Jesús, hizo que Saulo recobrara la vista, se levantara y fuera bautizado. Tomó alimento y se sintió con fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y después empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios. Saulo se cambió el nombre por Pablo. Fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro.
La conversión de Pablo fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el “apóstol de los gentiles” ya que llevó el Evangelio a todos los hombres, no sólo al pueblo judío. Comprendió muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del mensaje de Jesús. Fue fiel al llamado que Jesús le hizo en al camino a Damasco.
Llevó el Evangelio por todo el mundo mediterráneo. Su labor no fue fácil. Por un lado, los cristianos desconfiaban de él, por su fama de gran perseguidor de las comunidades cristianas. Los judíos, por su parte, le tenían coraje por "cambiarse de bando". En varias ocasiones se tuvo que esconder y huir del lugar donde estaba, porque su vida peligraba. Realizó cuatro grandes viajes apostólicos para llevar a todos los hombres el mensaje de salvación, creando nuevas comunidades cristianas en los lugares por los que pasaba y enseñando y apoyando las comunidades ya existentes.
Escribió catorce cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.
Al igual que Pedro, fue martirizado en Roma. Le cortaron la cabeza con una espada pues, como era ciudadano romano, no podían condenarlo a morir en una cruz, ya que era una muerte reservada para los esclavos.
¿Qué nos enseña la vida de San Pablo?
Nos enseña la importancia de la labor apostólica de los cristianos. Todos los cristianos debemos ser apóstoles, anunciar a Cristo comunicando su mensaje con la palabra y el ejemplo, cada uno en el lugar donde viva, y de diferentes maneras.
Nos enseña el valor de la conversión. Nos enseña a hacer caso a Jesús dejando nuestra vida antigua de pecado para comenzar una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.
Esta conversión siguió varios pasos:
1. Cristo dio el primer paso: Cristo buscó la conversión de Pablo, le tenía una misión concreta.
2. Pablo aceptó los dones de Cristo: El mayor de estos dones fue el de ver a Cristo en el camino a Damasco y reconocerlo como Hijo de Dios.
3. Pablo vivió el amor que Cristo le dio: No sólo aceptó este amor, sino que los hizo parte de su vida. De ser el principal perseguidor, se convirtió en el principal propagador de la fe católica.
4. Pablo comunicó el amor que Cristo le dio: Se dedicó a llevar el gran don que había recibido a los demás. Su vida fue un constante ir y venir, fundando comunidades cristianas, llevando el Evangelio y animando con sus cartas a los nuevos cristianos en común acuerdo con San Pedro.
Estos mismos pasos son los que Cristo utiliza en cada uno de los cristianos. Nosotros podemos dar una respuesta personal a este llamado. Así como lo hizo Pablo en su época y con las circunstancias de la vida, así cada uno de nosotros hoy puede dar una respuesta al llamado de Jesús.
Pedro convirtió a muchos judíos y pensó que ya había cumplido con su misión, pero Jesús se le apareció y le pidió que llevara esta conversión a los gentiles, a los no judíos.
En esa época, Roma era la ciudad más importante del mundo, por lo que Pedro decidió ir allá a predicar a Jesús. Ahí se encontró con varias dificultades: los romanos tomaban las creencias y los dioses que más les gustaban de los distintos países que conquistaban. Cada familia tenía sus dioses del hogar. La superstición era una verdadera plaga, abundaban los adivinos y los magos. Él comenzó con su predicación y ahí surgieron las primeras comunidades cristianas. Estas comunidades daban un gran ejemplo de amor, alegría y de honestidad, en una sociedad violenta y egoísta. En menos de trescientos años, la mayoría de los corazones del imperio romano quedaron conquistados para Jesús. Desde entonces, Roma se constituyó como el centro del cristianismo.
En el año 64, hubo un incendio muy grande en Roma que no fue posible sofocar. Se corría el rumor de que había sido el emperador Nerón el que lo había provocado. Nerón se dio cuenta que peligraba su trono y alguien le sugirió que acusara a los cristianos de haber provocado el incendio. Fue así como se inició una verdadera “cacería” de los cristianos: los arrojaban al circo romano para ser devorados por los leones, eran quemados en los jardines, asesinados en plena calle o torturados cruelmente. Durante esta persecución, que duró unos tres años, murió crucificado Pedro por mandato del emperador Nerón.
Pidió ser crucificado de cabeza, porque no se sentía digno de morir como su Maestro. Treinta y siete años duró su seguimiento fiel a Jesús. Fue sepultado en la Colina Vaticana, cerca del lugar de su martirio. Ahí se construyó la Basílica de San Pedro, centro de la cristiandad.
San Pedro escribió dos cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.
¿Qué nos enseña la vida de Pedro?
Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar de todos los defectos que tenía, Pedro logró cumplir con su misión. Para ser un buen cristiano hay que esforzarse por ser santos todos los días. Pedro concretamente nos dice: “Sean santos en su proceder como es santo el que los ha llamado” (I Pedro, 1,15)
Cada quien, de acuerdo a su estado de vida, debe trabajar y pedirle a Dios que le ayude a alcanzar su santidad.
Nos enseña que el Espíritu Santo puede obrar maravillas en un hombre común y corriente. Lo puede hacer capaz de superar los más grandes obstáculos.
La Institución del Papado
Toda organización necesita de una cabeza y Pedro fue el primer jefe y la primera cabeza de la Iglesia. Fue el primer Papa de la Iglesia Católica. Jesús le entregó las llaves del Reino y le dijo que todo lo que atara en la Tierra quedaría atado en el Cielo y todo lo que desatara quedaría desatado en el Cielo. Jesús le encargó cuidar de su Iglesia, cuidar de su rebaño. El trabajo del Papa no sólo es un trabajo de organización y dirección. Es, ante todo, el trabajo de un padre que vela por sus hijos.
El Papa es el representante de Cristo en el mundo y es la cabeza visible de la Iglesia. Es el pastor de la Iglesia, la dirige y la mantiene unida. Está asistido por el Espíritu Santo, quien actúa directamente sobre Él, lo santifica y le ayuda con sus dones a guiar y fortalecer a la Iglesia con su ejemplo y palabra. El Papa tiene la misión de enseñar, santificar y gobernar a la Iglesia.
Nosotros, como cristianos debemos amarlo por lo que es y por lo que representa, como un hombre santo que nos da un gran ejemplo y como el representante de Jesucristo en la Tierra. Reconocerlo como nuestro pastor, obedecer sus mandatos, conocer su palabra, ser fieles a sus enseñanzas, defender su persona y su obra y rezar por Él.
Cuando un Papa muere, se reúnen en el Vaticano todos los cardenales del mundo para elegir al nuevo sucesor de San Pedro y a puerta cerrada, se reúnen en Cónclave (que significa: cerrados con llave). Así permanecen en oración y sacrificio, pidiéndole al Espíritu Santo que los ilumine. Mientras no se ha elegido Papa, en la chimenea del Vaticano sale humo negro y cuando ya se ha elegido, sale humo blanco como señal de que ya se escogió al nuevo representante de Cristo en la Tierra.
San Pablo
Su nombre hebreo era Saulo. Era judío de raza, griego de educación y ciudadano romano. Nació en la provincia romana de Cilicia, en la ciudad de Tarso. Era inteligente y bien preparado. Había estudiado en las mejores escuelas de Jerusalén.
Era enemigo de la nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. Se dedicó a combatir a los cristianos, quienes tenían razones para temerle. Los jefes del Sanedrín de Jerusalén le encargaron que apresara a los cristianos de la ciudad de Damasco.
En el camino a Damasco, se le apareció Jesús en medio de un gran resplandor, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” ( Hechos de los Apóstoles 9, 1-9.20-22.).
Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. Después de este acontecimiento, Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron a Damasco y pasó tres días sin comer ni beber. Ahí, Ananías, obedeciendo a Jesús, hizo que Saulo recobrara la vista, se levantara y fuera bautizado. Tomó alimento y se sintió con fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y después empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios. Saulo se cambió el nombre por Pablo. Fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro.
La conversión de Pablo fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el “apóstol de los gentiles” ya que llevó el Evangelio a todos los hombres, no sólo al pueblo judío. Comprendió muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del mensaje de Jesús. Fue fiel al llamado que Jesús le hizo en al camino a Damasco.
Llevó el Evangelio por todo el mundo mediterráneo. Su labor no fue fácil. Por un lado, los cristianos desconfiaban de él, por su fama de gran perseguidor de las comunidades cristianas. Los judíos, por su parte, le tenían coraje por "cambiarse de bando". En varias ocasiones se tuvo que esconder y huir del lugar donde estaba, porque su vida peligraba. Realizó cuatro grandes viajes apostólicos para llevar a todos los hombres el mensaje de salvación, creando nuevas comunidades cristianas en los lugares por los que pasaba y enseñando y apoyando las comunidades ya existentes.
Escribió catorce cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.
Al igual que Pedro, fue martirizado en Roma. Le cortaron la cabeza con una espada pues, como era ciudadano romano, no podían condenarlo a morir en una cruz, ya que era una muerte reservada para los esclavos.
¿Qué nos enseña la vida de San Pablo?
Nos enseña la importancia de la labor apostólica de los cristianos. Todos los cristianos debemos ser apóstoles, anunciar a Cristo comunicando su mensaje con la palabra y el ejemplo, cada uno en el lugar donde viva, y de diferentes maneras.
Nos enseña el valor de la conversión. Nos enseña a hacer caso a Jesús dejando nuestra vida antigua de pecado para comenzar una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.
Esta conversión siguió varios pasos:
1. Cristo dio el primer paso: Cristo buscó la conversión de Pablo, le tenía una misión concreta.
2. Pablo aceptó los dones de Cristo: El mayor de estos dones fue el de ver a Cristo en el camino a Damasco y reconocerlo como Hijo de Dios.
3. Pablo vivió el amor que Cristo le dio: No sólo aceptó este amor, sino que los hizo parte de su vida. De ser el principal perseguidor, se convirtió en el principal propagador de la fe católica.
4. Pablo comunicó el amor que Cristo le dio: Se dedicó a llevar el gran don que había recibido a los demás. Su vida fue un constante ir y venir, fundando comunidades cristianas, llevando el Evangelio y animando con sus cartas a los nuevos cristianos en común acuerdo con San Pedro.
Estos mismos pasos son los que Cristo utiliza en cada uno de los cristianos. Nosotros podemos dar una respuesta personal a este llamado. Así como lo hizo Pablo en su época y con las circunstancias de la vida, así cada uno de nosotros hoy puede dar una respuesta al llamado de Jesús.
27 de Junio
NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
El
27 de junio es la fiesta de esta hermosa advocación de la Santísima Virgen
María relacionada con un antiguo icono oriental, del siglo XIII o XIV, de autor
desconocido y que, se estima, reproduce la pintura de Nuestra Señora hecha por
San Lucas, el Evangelista, hace casi dos mil años.
En
el cuadro se muestra a la Virgen con el Niño Jesús, quien observa a dos ángeles
que le muestran los instrumentos de su futura pasión. Se agarra fuerte con las
dos manos de su Madre Santísima quien lo sostiene en sus brazos. Esta imagen
nos recuerda la maternidad divina de la Virgen y su amor y cuidado por Jesús
desde su concepción hasta su muerte. Hoy la Virgen, nuestra Madre, ama, cuida y
socorre a todos sus hijos que acudimos a ella con plena confianza.
Durante
siglos, la imagen original se veneró en Constantinopla (hoy Estambul, Turquía)
como reliquia milagrosa, hasta que fue destruida por los musulmanes en 1453,
cuando los turcos conquistaron la ciudad. Tiempo después, durante ese siglo XV,
la bella copia de la pintura perdida de Nuestra Señora se encontraba en manos
de un comerciante, cristiano piadoso y devoto de la Virgen María, que deseaba
evitar a toda costa que el cuadro se destruyera como tantas otras imágenes
religiosas que corrieron con esa suerte durante la expansión musulmana hacia
occidente.
Para
escapar con ella se embarcó rumbo a Roma; pero ya en el mar se desató una
violenta tormenta que puso en grave peligro al barco en que viajaba. Cuando ya
todos a bordo se preparaban para lo peor, el mercader sostuvo en alto el icono
de Nuestra Señora implorando socorro. La Santísima Virgen respondió a su
oración con un milagro: la tormenta cesó de inmediato y las aguas se calmaron.
Todos llegaron a Roma sanos y salvos. Luego, este devoto comerciante
profetizaría que llegaría el tiempo en que en todo el mundo se veneraría a
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, tal como sucede hoy.
Pasado
un tiempo, el mercader se enfermó de gravedad. Al sentir cercana la muerte,
desde su lecho llamó a su amigo de más confianza y le rogó que le prometiera
que se encargaría de colocar la pintura de la Virgen en una iglesia ilustre
para que fuera venerada públicamente. Aunque el amigo no cumplió la promesa por
complacer a su esposa que se había encariñado con la imagen, la Divina
Providencia no había llevado la pintura a Roma para que fuese propiedad de una
familia, sino para que fuera venerada por todo el mundo.
Nuestra
Señora se le apareció al hombre en tres ocasiones, diciéndole que debía poner
la pintura en una iglesia. El hombre discutió varias veces con su esposa para
cumplir con la Virgen, pero ella se salió con la suya burlándose de él,
diciéndole que alucinaba. Un día, después de la muerte del esposo, la hijita de
la familia, de seis años, vino hacia su madre apresurada con la noticia de que
una hermosa y resplandeciente Señora se le había aparecido mientras estaba
mirando la pintura. La Señora le había dicho que le dijera a su madre y a su
abuelo que Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro deseaba ser puesta en
una iglesia.
La
mamá de la niñita prometió obedecer a la Señora; pero una vecina ridiculizó
todo lo ocurrido e intentó convencer a su amiga de que se quedara con el
cuadro, animándola a no hacer caso de sueños y visiones. En cuanto terminó de
decir esto, comenzó a sufrir dolores tan terribles, que creyó que moriría allí
mismo. Entonces invocó a Nuestra Señora pidiendo perdón y ayuda. La vecina tocó
la pintura con corazón contrito, la Virgen escuchó su oración y fue sanada
instantáneamente. Ahora urgía a la viuda para que obedeciera a Nuestra Señora
de una vez por todas.
Con
la intención de cumplir, ahora sí, con el mandato de Nuestra Señora, la viuda
se preguntaba en qué iglesia debería poner la pintura, cuando volvió a
aparecérsele la Virgen a la niña y le dijo que quería que la pintura fuera
colocada en la iglesia que queda entre la basílica de Santa María la Mayor y la
de San Juan de Letrán. Esa iglesia romana era la de San Mateo Apóstol.
Los
monjes Agustinos, encargados de dicho templo, después de investigar todos los
milagros y circunstancias relacionadas con la imagen, dispusieron que fuera
llevada a la iglesia en procesión solemne el 27 de marzo de 1499. Durante la
procesión, un hombre tocó la pintura y le fue devuelto el uso de un brazo que
tenía paralizado. Colocaron la pintura sobre el altar mayor de la iglesia, en
donde permaneció casi trescientos años. Amada y venerada por todos los fieles
de Roma, sirvió como medio de incontables milagros, curaciones y gracias.
En
1798, Napoleón y su ejército tomaron la ciudad de Roma. Con soberbia satánica,
exilió al Papa Pío VII y destruyó treinta iglesias, entre ellas la de San
Mateo, que quedó completamente arrasada. Junto con la iglesia, se perdieron
muchas reliquias y estatuas venerables. Uno de los Padres Agustinos, justo a
tiempo, logró poner a salvo el cuadro.
La
imagen permaneció sesenta y cuatro años, casi olvidada, en una pequeña capilla
de los Padres Agustinos hasta que, a instancias del Papa Pio IX, se trasladó en
entusiasta y multitudinaria procesión solemne a la iglesia de San Alfonso,
construida por los Padres Redentoristas sobre lo que había sido la iglesia de
San Mateo, atendiéndose así el deseo de Nuestra Señora de que esta imagen suya
del Perpetuo Socorro fuera venerada entre la Iglesia de Santa María la Mayor y
la de San Juan de Letrán. Y allí se encuentra hasta el día de hoy.
ORACIÓN
"Santísima
y siempre pura Virgen María, Madre de Jesucristo, Reina del mundo y Señora de
todo lo creado; que a ninguno abandonas, a ninguno desprecias ni dejas
desconsolado a quien recurre a Ti con corazón humilde y puro. No me deseches
por mis gravísimos e innumerables pecados, no me abandones por mis muchas
iniquidades, ni por la dureza e inmundicia de mi corazón me prives de tu gracia
y de tu amor, pues soy tu hijo.
Escucha
a este pecador que confía en tu misericordia y piedad: socórreme, piadosísima
Madre del Perpetuo Socorro, de tu querido Hijo, omnipotente Dios y Señor
nuestro Jesucristo, la indulgencia y la remisión de todos mis pecados y la
gracia de tu amor y temor, la salud y la castidad y el verme libre de todos los
peligros de alma y cuerpo.
En
los últimos momentos de mi vida, sé mi piadosa auxiliadora y libra mi alma de
las eternas penas y de todo mal, así como las almas de mis padres, familiares,
amigos y bienhechores, y las de todos los fieles vivos y difuntos, con el
auxilio de Aquél que por espacio de nueve meses llevaste en tu purísimo seno y
con tus manos reclinaste en el pesebre, tu Hijo y Señor nuestro Jesucristo, que
es bendito por los siglos de los siglos. Amén."
MISA SEXTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTES
Fiesta: 24 de Junio
San Juan Bautista
1
A.C - † 28
a Iglesia celebra normalmente la fiesta de los
Santos en el día de su muerte. En el caso de San Juan Bautista, se hace una
excepción y se celebra el día de su nacimiento, con el de la Virgen y el de
Jesús, el nacimiento de San Juan Bautista es de los tres únicos que celebra la
Iglesia.
San Juan, el Bautista, fue santificado en el vientre de su madre cuando la Virgen María, embarazada de Jesús, visita a su prima Isabel que estaba casada con Zacarías, según el Evangelio. Fue así el último de los profetas del Antiguo Testamento, y la Iglesia lo considera el más grande de los santos después de la Virgen María. Contemporáneo de Jesús, es considerado por la tradición cristiana como el precursor del Mesías.
San Juan Bautista
Un día, un ángel del Señor se le apareció a Zacarías, quien se sobresaltó y se llenó de miedo. El Arcángel Gabriel le anunció que iban a tener un hijo muy especial, pero Zacarías dudó y le preguntó que cómo sería posible esto si él e Isabel ya eran viejos. Entonces el ángel le contestó que, por haber dudado, se quedaría mudo hasta que todo esto sucediera. Y así fue. El ángel había encargado a Zacarías ponerle por nombre Juan. Con el nacimiento de Juan, Zacarías recupera su voz y lo primero que dice es: "Bendito el Señor, Dios de Israel".
La Natividad de San Juan Bautista, seis meses antes que la de Jesús, es como la Navidad del verano. Todos los años la celebramos con un gozo apropiado. El ángel le había anunciado a Zacarías: «Muchos se alegrarán de su nacimiento». Por esto, pide la Iglesia en este día «el don de la alegría espiritual». El prefacio recuerda con detalle la misión de Juan Bautista: desde antes de nacer, con ocasión de la Visitación de María, después en el comienzo de la vida pública de Jesús y, por fin, en el testimonio supremo de su martirio.
A Juan el Bautista y a Jesús se les ha llamado tradicionalmente primos porque sus madres estaban emparentadas. Nacieron con seis meses de diferencia uno del otro en ciudades no demasiado alejadas entre sí. Aunque la Biblia no lo diga, deben haberse encontrado en bodas y funerales de la familia. Juan comenzó su ministerio público unos pocos años antes que Jesús, y acabó aquél diciendo que meramente había preparado el camino para Jesús.
Las hogueras de la noche de San Juan quizás sean un vestigio de las fiestas paganas del solsticio de verano pero resultan plenamente concordes con esta fiesta cristiana, en la que todo nos habla de luz.
Esta fiesta conmemora el nacimiento "terrenal" del Precursor. Es digno de celebrarse el nacimiento del Precursor, ya que es motivo de mucha alegría, para todos los hombres, tener a quien corre delante para anunciar y preparar la próxima llegada del Mesías, o sea, de Jesús. Fue una de las primeras fiestas religiosas y, en ella, la Iglesia nos invita a recordar y a aplicar el mensaje de Juan.
Juan iba vestido de pelo de camello, llevaba un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Venían hacia él los habitantes de Jerusalén y Judea y los de la región del Jordán. Juan bautizaba en el río Jordán y la gente se arrepentía de sus pecados. Predicaba que los hombres tenían que cambiar su modo de vivir para poder entrar en el Reino que ya estaba cercano. El primer mensaje que daba Juan Bautista era el de reconocer los pecados, pues, para lograr un cambio, hay que reconocer las fallas.
Fue testigo de la verdad
hasta su muerte. Murió por amor a ella. Herodías, la mujer ilegítima de
Herodes, pues era en realidad la mujer de su hermano, no quería a Juan el
Bautista y deseaba matarlo, ya que Juan repetía a Herodes: "No te es
lícito tenerla". La hija de Herodías, en el día de cumpleaños de Herodes,
bailó y agradó tanto a su padre que éste juró darle lo que pidiese. Ella,
aconsejada por su madre, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. Herodes se
entristeció, pero, por el juramento hecho, mandó que le cortaran la cabeza de
Juan Bautista que estaba en la cárcel.
Juan fue decapitado en la cárcel el año 28 d.J.C.
20 DE JUNIO DÍA DE
SAN SILVERIO, PAPA Y MARTIR
(C. 537 p.c.) - Silverio, hijo del papa san
Hormisdas (pero que no gobernó inmediatamente después de él), no era más
que un subdiácono el 22 de abril del año 536, día de la muerte del pontífice
san Agapito I, en Constantinopla; pero en aquella fecha, Teodato, el rey
ostrogodo de Italia, que temía la aparición de un candidato bizantino, le
obligó a ocupar el cargo de Obispo de Roma. A pesar de semejante imposición, el
clero romano aceptó de buen grado a Silverio, después de su consagración. La
emperatriz Teodora le escribió inmediatamente para pedirle que reconociese a
los monofisitas Antino y Severo como patriarcas de Constantinopla y Antioquía
respectivamente; el Papa Silverio repuso con una rotunda negativa, aunque
expresada con gentil lenguaje diplomático, y se afirma que, al sellar el sobre
con la carta de respuesta, declaró que acababa de firmar su sentencia de
muerte. Estaba en lo cierto: Teodora era una mujer implacable que no toleraba
la oposición; aunque sí sabía aguardar una oportunidad para castigarla.
El
general ostrogodo Vitiges, en su intento por tomar Roma, llegó hasta los
suburbios y los arrasó; en la ciudad, el Papa y los miembros del senado, para
evitar la catástrofe, abrieron sus puertas a un enemigo de los ostrogodos, el
guerrero bizantino Belisario; y entonces se le presentó a Teodora su
oportunidad. Primero se valió de la astucia: fraguó una carta en la que el Papa
Silverio aparecía como un traidor en tratos con los godos y la hizo circular.
Sin embargo, aquella estratagema fracasó y, entonces, la emperatriz recurrió a
la violencia: el papa Silverio fue secuestrado y conducido hasta Patara de
Licia, en el Asia Menor. Durante el día siguiente al del rapto, el bizantino
Belisario, presionado por su esposa Antonina, proclamó Papa al diácono Vigilio,
el candidato designado por la emperatriz Teodora. Así dio principio un período
funesto para el papado.
En
apariencia, se había mantenido en la ignorancia al emperador Justiniano de lo
que sucedía en Roma; pero en cuanto el obispo de Patara le entrevistó para
informarle con lujo de detalles, no pudo por menos que tomar cartas en el
asunto: mandó que se hiciera una investigación y que Silverio partiese
inmediatamente a Roma para hacerse cargo de la sede. Tan pronto como el Papa
tocó tierras de Italia, los partidarios de Vigilio le cerraron el paso y lo
capturaron. Antonina, la esposa de Belisario, ansiosa por halagar a Teodora,
convenció a su marido para que ordenase a los captores del Papa que hicieran lo
que buenamente les pareciera con el cautivo. En consecuencia, Silverio, vejado
y golpeado por la soldadesca, fue escoltado hasta la solitaria isla de
Palmarola, en el Mar Tirreno, frente a Nápoles y abandonado allí a su suerte.
Pocos días más tarde, en aquella isla, o quizá en la vecina de Ponza, murió el
papa a causa de los malos tratos recibidos y la falta de recursos en aquella
soledad. De acuerdo con Liberato, quien escribió lo que había oído decir, murió
de hambre; pero Procopio, un cronista contemporáneo de Silverio, asegura que el
papa fue asesinado al llegar a la isla por uno de los soldados, que llevaba
instrucciones de Antonina en este sentido. Como quiera que haya sido, a san
Silverio se le conmemora como mártir.
No
se ha puesto en claro cómo fue regularizado el nombramiento de Vigilio a la Sede
Pontificia; pero sí se sabe que, tan pronto como ocupó el trono de San Pedro,
su protectora, la emperatriz, dejó de favorecerlo, en vista de que se mostraba
reacio a apoyar sus intrigas en favor de los monofisitas, se proclamó
partidario de la ortodoxia e hizo todo lo que podía esperarse de un papa.
Véase el Liber Pontificalis (ed. Duchesne), vol. I, pp. 290-295,
donde el editor, en su introducción (pp. 36-38), señala que hay una curiosa
diferencia de tono, entre la parte más antigua y la posterior de ese escrito.
Duchesne saca la conclusión de que fue recopilado por dos escritores distintos
y que el primero era hostil a Silverio y el segundo le tenía simpatía. Las
otras fuentes de información tienen una notable escasez de datos, pero a falta
de algún material mejor, no son despreciables: el Breviarium, de Liberato; el
De Bello Gothico, de Procopio; y los documentos de Vigilio en el libro de
Mansi, Concilio, vol. IX. Véase también en Geschichte Roms und der Papste, vol.
i, pp. 502-504; Lévéque, Etude sur le Pape Vigilius; DCB., vol. iv, pp.
670-675; y E. Amann en DTC, s. v. Silvére. Ver también la comisión de Benedicto
XIV para proponer que fuese eliminada la fiesta de San Silverio del calendario
general.
MISAS
03/06 Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Adoramos
el Corazón de Cristo porque es el corazón del Verbo encarnado, del Hijo de Dios
hecho hombre
Explicación
de la fiesta
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida.
Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.
La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días.
Esto significa que debemos vivir este mes demostrandole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.
Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.
Debemos vivir recordandolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.).
Debemos, por tanto, pensan si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios.
Tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.
Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.
Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.
Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.
El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.
Oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Podemos conseguir una estampa o una figura en donde se vea el Sagrado Corazón de Jesús y, ante ella, llevar a cabo la consagración familiar a su Sagrado Corazón, de la siguiente manera:
Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes, y participa de nuestras alegrías y angustias, de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo y de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos nuestra cruz de cada día y sepamos ofrecer todos nuestros actos, junto con tu sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia estén presentes en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia, la ingratitud y la falta de amor de quienes no te conocen, te desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada.
La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida.
Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.
La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días.
Esto significa que debemos vivir este mes demostrandole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.
Todos los días podemos acercarnos a Jesús o alejarnos de Él. De nosotros depende, ya que Él siempre nos está esperando y amando.
Debemos vivir recordandolo y pensar cada vez que actuamos: ¿Qué haría Jesús en esta situación, qué le dictaría su Corazón? Y eso es lo que debemos hacer (ante un problema en la familia, en el trabajo, en nuestra comunidad, con nuestras amistades, etc.).
Debemos, por tanto, pensan si las obras o acciones que vamos a hacer nos alejan o acercan a Dios.
Tener en casa o en el trabajo una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayuda a recordar su gran amor y a imitarlo en este mes de junio y durante todo el año.
Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.
Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.
Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.
El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.
Oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Podemos conseguir una estampa o una figura en donde se vea el Sagrado Corazón de Jesús y, ante ella, llevar a cabo la consagración familiar a su Sagrado Corazón, de la siguiente manera:
Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes, y participa de nuestras alegrías y angustias, de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo y de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos nuestra cruz de cada día y sepamos ofrecer todos nuestros actos, junto con tu sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia estén presentes en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia, la ingratitud y la falta de amor de quienes no te conocen, te desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada.
Información
extraída de: Por: Teresa Vallés | Fuente: Catholic.net
24/05 DÍA DE MARÍA AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS
El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".
San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".
En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos.
En el año 1572, el Papa San Pió quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.
En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos.
En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 paises.
En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.
En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.
Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
El nombre de Auxiliadora se le daba ya en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre.
Se tiene constancia de que hacia el año 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia.
Esta advocación se hizo fuerte ante la invasión de los turcos en 1571 donde San Pío V la invocó como María Auxiliadota de los Cristianos o con los Príncipes Católicos de Alemania fieles al catolicismo frente a las tesis protestantes o frente a las invasiones turcas sobre Viena en el siglo XVII o, incluso, como mano protectora frente a los caprichos de Napoleón Bonaparte que llevo al Papa Pío VII al destierro, y a su liberación, quiso en 1814 instituir en el 24 de mayo su fiesta litúrgica.
Pero sin duda fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad, "No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado"... "Cada ladrillo de esta iglesia - se refería a la gran Basílica que en su obsequio empezó el 1863 - es una gracia de la Virgen María"...
Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".
Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".
En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia".
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.
Información extraída de la pagina Aciprensa
MISAS
SEMANA PENTECOSTES
01/05 DOMINGO V DESPUÉS DE PASCUA
En la liturgia de san
pio X se celebra a los Santos Apóstoles Felipe y Santiago (en la liturgia
aprobada por el Papa Pio XII, se celebra el 11 de mayo)
En la liturgia del
Papa Pio XII, el primeo de mayo se celebra a San José Artesano (obrero), esposo
castísimo de la Santísima Virgen María.
Como los últimos ecos
de un himno triunfal, cargados de nostalgia, así la liturgia de hoy, que
presiente inmediata la partida del Maestro, temblorosa aun con el jubiloso
recuerdo de la Resurrección, pone en sus oraciones y plegarias todo el calor
del entusiasmo junto con la emoción llena de añoranzas que le causa la
despedida del Divino Maestro. En el Evangelio nos habla Jesús del poder, de la
eficacia y trascendencia de la oración. Poe ella consigue el hombre ponerse en
contacto inmediato con Dios para decirle sus penas y alegrías y pedirle el
remedio de sus necesidades. Jesús, en vísperas de su vuelta al Padre, nos deja
el medio mas apto para mantener nuestras relaciones de amor con Él y hacer que
se desarrolle en nosotros la vida sobrenatural del alma. La oración es el hilo
invisible que une el cielo con la tierra, la antena misteriosa que capta todas
las ondas de los corazones y la lanza a través del tiempo y el espacio hacia
las mansiones de la Gloria.
Introito
Con voz de júbilo anunciadlo, para que oiga, aleluya;
anunciadlo hasta los confines de la tierra; ha libertado el Señor a su pueblo,
aleluya, aleluya. Aclame toda la tierra a Dios; salmodiad a su nombre,
tributadle gloriosas alabanzas. Gloria al Padre.
Epístola
Poned en practica la palabra y no os contentéis solo con
oírla, que os enseñaría; pues quien se contente con solo oír la palabra sin
practicarla, será semejante al varón que contempla en un espejo su rostro, y a
penas se contempla, se va y al instante se olvida de como era; mientras quien
atentamente considera la ley perfecta, la de la libertad, ajustándose a ella,
no como oyente olvidadizo, sino como cumplidor, éste será bienaventurado por
sus obras. Si alguno cree ser religioso y no refrena su lengua, se engaña,
porque su religión es vana. La religión pura e inmaculada ante Dios Padre es visitar a los huérfanos y a las
viudas en sus tribulaciones, y conservarse sin mancha en este mundo.
Evangelio DOMINGO V (Según
San Juan 16,24-30)
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid, y
recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado.
Tened confianza. “Os he dicho estas cosas en parábolas;
viene la hora en que no os hablare mas en parábolas, sino que abiertamente os daré
noticia al Padre. En aquel día pediréis en mi nombre, y no digo que YO rogare
al Padre por vosotros, pues el Padre os ama Él mismo, porque vosotros me habéis
amado, y habéis creído que YO vine de Dios. Salí del Padre, y vine al mundo;
otra vez dejo el mundo, y retorno al Padre”. Dijeron le los discípulos:” He
aquí que ahora nos hablas claramente y sin parábolas. Ahora sabemos que conoces
todo, y no necesitas que nadie te interrogue. Por eso creemos que has venido de
Dios”.
Evangelio SANTIAGO Y
FELIPE (Según San Juan 14,1-14)
El Supremo Discurso de Jesús. “No se turbe vuestro corazón:
creed en Dios, creed también en Mi. En la casa de Padre ha muchas moradas; y si
no, os lo habría dicho, puesto que voy a prepara r lugar para vosotros. Y
cuando me haya ido y os haya preparado el lugar, vendré otra vez y os tomare
junto a Mí, a fin de que donde Yo estoy, estéis vosotros también. Y del lugar a
donde Yo voy, vosotros sabéis el camino”. Dijo le Tomas: “Señor, no sabemos a
donde vas, ¿Cómo, pues, sabremos el camino?”. Jesús le replico: Soy Yo el
camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por Mí. Si vosotros me
conocéis, conocéis también a mi Padre. Mas aun, desde ahora lo conocéis, y lo
habéis visto”. Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre, y esto nos basta”.
Respondiéndole Jesús: “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y tu no me
has conocido, Felipe?. El que me ha visto, ha visto a mi Padre. ¿Cómo puedes
decir, Muéstranos al Padre? ¿no crees que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mi?
Las palabras que Yo os digo, no las digo de Mi mismo; sino que el Padre, que
mora en Mi, hace Él mismo sus obras. Creedme: Yo soy en el Padre, y el Padre en
Mí; al menos, creed a causa de las obras mismas. En verdad, en verdad, os digo,
quien cree en Mi, hará él porque también las obras que Yo hago, y aun mayores,
porque Yo voy al Padre y hare todo lo que pidiereis en mi nombre, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís cualquier cosa en mi nombre Yo la
hare.
Evangelio JOSE ARTESANO
(Según San Mateo 13,54-58)
Y fue a su patria, y les enseñaba en la sinagoga de ellos;
de tal manera que estaban poseídos de admiración y decían: “¿De donde tiene
Éste la sabiduría esa y los milagros? ¿No es Éste el Hijo del carpintero? ¿No
se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y sus
hermanas no están todas entre nosotros?. Entonces, ¿de donde le viene todo
esto?”. Y se escandalizaban de Él. Mas Jesús les dijo: “Un profeta no esta sin
honor sino en su país y en su familia”. Y no hizo allí muchos milagros, a causa
de su falta de fe.
Informacion extraida del Santo Evangelio – Nuevo Testamento
VIERNES 29/04 DÍA DE SAN PEDRO DE VERONA
SAN PEDRO DE VERONA
San Pedro, mártir dominico, nace hacia 1205, en
Verona, la ciudad de la Lombardía italiana presa de la herejía de los Cátaros,
propagadores del maniqueísmo en el centro y norte de Italia. Estos herejes
puritanos, de espíritu belicoso y sectario. Pedro es un niño muy inteligente,
sincero, agradable y firme en sus decisiones; parece predestinado a ser un
apóstol del mundo herético; su familia no tiene inconvenientes que la educación
del niño esté a cargo de un maestro católico.
Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene
fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán,
el Fundador de los dominicos y sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes
como a profesores. Son muchos los que se incorporan a la recientemente fundada
Orden de Predicadores.
Pedro con 16 años, queda fascinado por la palabra
ardiente de fray Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos.
Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, la oración
y vive la austeridad y la penitencia con radicalidad; en todo es fiel imitador
de Domingo de Guzmán. Terminada la formación eclesiástica, es ordenado
sacerdote y nombrado Predicador del Evangelio de Jesús.
Pronto la Región Toscana, el Milanesado y la Romaña
conocen a este fogoso predicador y formidable polemista; se dedicó a la
predicación especialmente entre los cátaros. Una Característica importante es
que siempre fue hombre de diálogo.
Pedro es piadoso, austero y corre la voz de su
santidad por todas partes. Se preocupó de la defensa de la fe, para ello
instituyo las "Asociaciones de la fe" y la "Cofradía para la
alabanza de la Virgen María". Fue solícito de bien espiritual de las
hermanas a quienes brindó su consejo y ayuda espiritual. Como buen religioso es
un convencido de la vida de comunidad.
Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba,
el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su
presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su
capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos mas pequeños grupos
organizados. Pero todo esto no hubiera sido posible sin la intensa oración. Se
comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la
visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su
habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo
Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha
recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio
y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y
oración... Un día se desahoga ante un crucifijo: "¿Qué mal he hecho,
Señor, para verme como estoy?". Cristo Crucificado le dice: "Y, yo,
Pedro, ¿qué mal hice?". Estas atribuciones que la tradición le dan, son
fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la
Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda
transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias
místicas. Por lo general, éstas se convierten en reflexiones profundas y
acciones apostólicas.
El Papa Gregorio IX le conoce y le nombra en 1232
Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo.
Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres.
Sucesivamente es superior de los Conventos de
Piaccenza, Como y Génova. En 1243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor
General; pero una conjura pesa sobre él para asesinarle.
Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo,
pues es fruto de 40 libras (moneda de Milán) . Era el 6 de abril de 1252.
Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de
Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz
alta el credo, las fuerzas le faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en
el suelo "CREO".
El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada
entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien ama. Tenía
46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán.
El 25 de marzo del año siguiente Inocencio IV le
canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana Su fiesta se celebra el 4 de
Junio.
Información extraida de la pagina Aciprensa
JUEVES 28/04 DÍA DE SAN LUIS MARÍA GRIGNON DE MONTFORT
Luis María Luis Grignon de Montfort nació en Montfort-sur-Meu,
el 31 de enero de 1673. Fue el mayor de 18 hermanos. Desde muy joven sintió una
gran devoción por la Eucaristía y la Virgen María. Y, tras una experiencia
personal con Dios, se entregó completamente a la oración y a la penitencia.
A los 27 años fue ordenado sacerdote y escogió como lema de su
vida sacerdotal: “ser esclavo de María”.
La espiritualidad de San Luis María de Montfort se basa en dos
fundamentos:
1-Reproducir la imagen de Cristo Crucificado en nosotros.
2-Hacerlo a través y por medio de nuestra consagración a María como esclavo de amor.
2-Hacerlo a través y por medio de nuestra consagración a María como esclavo de amor.
Esta es la vida de un santo que hizo un largo recorrido,
entregando su vida a Dios con un profundo amor.
Información extraída de la
Red Social “Reina del Cielo”
MIERCOLES 27/04 DIA DE SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO
Santo Toribio de Mogrovejo
Nació en Mayorga, España, en 1538. Los datos acerca
de este Arzobispo, personaje excepcional en la historia de Sudamérica, producen
asombro y maravilla. El santo era graduado en derecho, y había sido nombrado
Presidente del Tribunal de Granada (España) cuando el emperador Felipe II al
conocer sus grandes cualidades le propuso al Sumo Pontífice para que lo
nombrara Arzobispo de Lima.
En 1581 llegó Toribio a Lima como Arzobispo,
dedicándose con todas sus energías a lograr el progreso espiritual de sus
súbditos. La ciudad estaba en una grave decadencia espiritual; los
conquistadores cometían muchos abusos y los sacerdotes no se atrevían a
corregirlos. Muchos para excusarse del mal que estaban haciendo, decían que esa
era la costumbre. El arzobispo les respondió que Cristo es verdad y no
costumbre. Y empezó a atacar fuertemente todos los vicios y escándalos. Las
medidas enérgicas que tomó contra los abusos que se cometían, le atrajeron
muchas persecuciones y atroces calumnias; el callaba y ofrecía todo por amor a
Dios.
Tres veces visitó completamente su inmensa
arquidiócesis de Lima. En la primera vez gastó siete años recorriéndola. En la
segunda vez duró cinco años y en la tercera empleó cuatro años. La mayor parte
del recorrido era a pie. A veces en mula, por caminos casi intransitables,
pasando de climas terriblemente fríos a climas ardientes. Logró la conversión
de un enorme número de indios.
Santo Toribio se propuso reunir a los sacerdotes y
obispos de América en Sínodos o reuniones generales para dar leyes acerca del
comportamiento que deben tener los católicos. Cada dos años reunía a todo el
clero de la diócesis para un Sínodo y cada siete años a los de las diócesis
vecinas. Fundó el primer seminario de América. Insistió y obtuvo que los
religiosos aceptaran parroquias en sitios supremamente pobres. Casi duplicó el
número de parroquias o centros de evangelización en su arquidiócesis. Cuando él
llegó había 150 y cuando murió ya existían 250 parroquias en su territorio. Su
generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía.
El 23 de marzo de 1606, un Jueves Santo, murió en
una capillita de los indios, en una lejana región, donde estaba predicando y
confirmando a los indígenas. Estaba a 440 kilómetros de Lima. Santo Toribio
tuvo el gusto de administrarle el sacramento de la confirmación a tres santos:
Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano y San Martín de Porres. El Papa
Benedicto XIII lo declaró santo en 1726.
En el Perú, se celebra litúrgicamente su fiesta el
27 de abril.
Información extraída del Blog ACI
MARTES 26/04 DÍA DE NUESTRA SEÑORA MADRE DEL BUEN CONSEJO
Nuestra Señora, Madre del Buen Consejo
Madre del Buen Consejo es uno de los títulos marianos más venerados por la Familia Agustiniana. La tradición asocia esta advocación a dos lugares geográficos: Scútari, en la frontera norte de Albania, y Genazzano en Italia. La Señora de Scútari o Señora de los albaneses, es un fresco que, según cuentan los lugareños con emoción, abandonó espontáneamente el templo donde se encontraba cuando Albania fue invadida por los turcos y llegó hasta la villa medieval de Genazzano.
Los agustinos se encontraban en Genazzano ya en el siglo XIII, pero tenían su monasterio fuera del pueblo. Un siglo después, fueron llamados para regir la iglesia parroquial en el centro de la villa. Comenzaron a restaurar el templo y a construir un nuevo convento con la ayuda del pueblo y, sobre todo, por la generosidad de una piadosa mujer –Petruccia de Genazzano– que invirtió sus riquezas en la obra. El día 25 de abril de 1467, fiesta de san Marcos, al caer la tarde, sucedió algo extraordinario en la iglesia que estaban levantando. Lo narraba así el agustino P. Ambrosio de Cori, Provincial de la Provincia Romana: “Una imagen de la Santa Virgen apareció milagrosamente sobre la pared de la iglesia”. A partir de este momento, se suceden las peregrinaciones desde las ciudades de Italia y se contabiliza un número extraordinario de gracias y milagros por intercesión de María.
El Papa León XIII elevó el Santuario a la categoría de Basílica Menor el 7 de marzo de 1903, y el 22 de abril del mismo año introdujo en la letanía del rosario la invocación Madre del Buen Consejo.
San Agustín comenta: “Grande es en todo Santa María, pero más grande por ser discípula de Cristo que por ser madre del mismo Cristo. Bienaventurada es en todo Santa María, pero más feliz por llevar a Cristo en la mente que por engendrarlo en el vientre” (Sermón 25,7).
El buen consejo de María lo encontramos en la escena evangélica de las bodas de Caná: “Haced lo que él os diga” (Jn 2, 5). María, primera seguidora de Jesucristo, nos ofre- ce a Jesús en su regazo como maestro, camino, verdad y vida.
LUNES 25/04 DÍA DE SAN MARCOS EVANGELISTA
Su fiesta se celebra el 25 de abril
San Marcos era
pariente de Bernabé. Con él acompañó a San Pablo en su primer viaje apostólico,
y estuvo a su lado posteriormente en Roma. En Roma pasó también mucho tiempo
junto a San Pedro. En su evangelio expuso con fidelidad, inspirado por el
Espíritu Santo, la doctrina del Príncipe de los Apóstoles. La Iglesia de
Alejandría le reconoce como su evangelizador y primer obispo. Desde Alejandría
fueron trasladadas sus reliquias a Venecia, donde se le venera como Patrono.
En los escritos del
Nuevo Testamento aparece un personaje, importante en la Iglesia apostólica, que
unas veces es llamado Juan, otras Juan Marcos y otras Marcos solamente. Por la
simple lectura del Evangelio se ve que se trata de la misma persona. Nada tiene
de extraño que un judío usase dos nombres: uno hebreo Juan y otro latino
helenizado Juan Marcos, máxime si procedía de provincias del Imperio romano. En
San Marcos, como en San Pablo, el nombre romano terminó por imponerse sobre el
hebreo.
Vida
San Marcos era hijo
de María, viuda al parecer, de alta posición, en cuya casa se reunía la
primitiva iglesia de Jerusalén. Una antigua tradición nos atestigua que es la
misma casa en la que el Señor celebró la Última Cena e instituyó la Eucaristía,
y que el hombre que llevaba el cántaro era el propio Marcos, detalle conservado
por el evangelista y usado también por San Lucas.
También parece que “el muchacho que seguía (al grupo del prendimiento) cubierto con una sábana” era el propio Marcos que guarda este dato como íntimo recuerdo personal. De ser así, Getsemaní debió pertenecer al patrimonio de la familia. Era primo de Bernabé, una de las grandes figuras de la primitiva Iglesia y, al ser Bernabé levita y de Chipre, es natural que Marcos perteneciese a la colonia chipriota de Jerusalén y que fuese levita, como su primo. Así lo cree el Prólogo de Prisciliano.
La actividad evangélica de San Marcos la inicia con Bernabé y Pablo, quienes cumplido su ministerio de llevar subsidios a la iglesia de Jerusalén, se volvieron a Antioquía llevándose consigo a Marcos. Enviados de nuevo Bernabé y Saulo a la misión, para la que les había llamado el Espíritu Santo, embarcaron rumbo a Chipre donde predicaron en las sinagogas, teniendo a Marcos como auxiliar o diácono y una vez evangelizada la isla, al zarpar Pablo y los que con él estaban de Pafos a Perge de Pamfilia, Marcos se separó de ellos y se volvió a Jerusalén.
Cuando más tarde Pablo y Bernabé visitaron las comunidades evangelizadas, Bernabé quiso llevar consigo a Marcos pero Pablo se opuso, pues no olvidaba que no les había acompañado a Pamfilia. Como la divergencia de criterios fue irreductible, ambos se separaron en la tarea misional y “Bernabé tomando consigo a Marcos se embarcó para Chipre”. Los acontecimientos posteriores indican una plena reconciliación de San Pablo con Marcos.
Unos diez años más tarde encontramos a Marcos en Roma como intérprete de San Pedro y, un poco después, como escritor de su evangelio, según lo presenta la tradición. Su relación debía de ser muy antigua. Sabemos que liberado Pedro por el ángel, se dirigió a la casa de María, la madre de Marcos, donde era muy familiar. Tal testimonio, junto con los datos de la tradición, hace suponer que Marcos se hallaba en Roma como intérprete de Pedro antes de que llegara San Pablo, con el que, olvidadas las diferencias de la primera separación, ahora le sirve como auxiliar, de consuelo y de gran utilidad para el ministerio. En Roma, hacia el año 60, debió de escribir el Evangelio conocido en la tradición como Evangelio según San Marcos.
Consta que tuvo que visitar la Iglesia de Colosas y que San Pablo le recomendó a los colosenses: “hacedle buena acogida”. No sabemos si realizó tal visita; pero sí que estaba en Oriente y por aquellas tierras, pues Timoteo al parecer en Éfeso, recibe este encargo de San Pablo: “procura venir pronto… y a Marcos, tráele, que me va a ser útil para el ministerio”.
Probablemente murió en el año 68 d.C., de muerte natural, según una relación, y según otra, como mártir, en Alejandría de Egipto. Los Hechos de San Marcos, un escrito de mitad del siglo IV, refieren que San Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello.
Después lo llevaron a la cárcel y al día siguiente le volvieron a aplicar el mismo martirio hasta que falleció. Luego echaron su cuerpo a las llamas, pero los fieles lograron sacarlo y evitar su destrucción.
De Alejandría fueron trasladadas sus reliquias a Venecia el año 825, cuya República lo adoptó como celestial patrono, erigiendo en su honor la maravillosa Basílica de San Marcos, y tomando el símbolo del evangelista (el león alado con el libro del Evangelio) como su escudo, que esculpió en todos sus monumentos y posesiones.
También parece que “el muchacho que seguía (al grupo del prendimiento) cubierto con una sábana” era el propio Marcos que guarda este dato como íntimo recuerdo personal. De ser así, Getsemaní debió pertenecer al patrimonio de la familia. Era primo de Bernabé, una de las grandes figuras de la primitiva Iglesia y, al ser Bernabé levita y de Chipre, es natural que Marcos perteneciese a la colonia chipriota de Jerusalén y que fuese levita, como su primo. Así lo cree el Prólogo de Prisciliano.
La actividad evangélica de San Marcos la inicia con Bernabé y Pablo, quienes cumplido su ministerio de llevar subsidios a la iglesia de Jerusalén, se volvieron a Antioquía llevándose consigo a Marcos. Enviados de nuevo Bernabé y Saulo a la misión, para la que les había llamado el Espíritu Santo, embarcaron rumbo a Chipre donde predicaron en las sinagogas, teniendo a Marcos como auxiliar o diácono y una vez evangelizada la isla, al zarpar Pablo y los que con él estaban de Pafos a Perge de Pamfilia, Marcos se separó de ellos y se volvió a Jerusalén.
Cuando más tarde Pablo y Bernabé visitaron las comunidades evangelizadas, Bernabé quiso llevar consigo a Marcos pero Pablo se opuso, pues no olvidaba que no les había acompañado a Pamfilia. Como la divergencia de criterios fue irreductible, ambos se separaron en la tarea misional y “Bernabé tomando consigo a Marcos se embarcó para Chipre”. Los acontecimientos posteriores indican una plena reconciliación de San Pablo con Marcos.
Unos diez años más tarde encontramos a Marcos en Roma como intérprete de San Pedro y, un poco después, como escritor de su evangelio, según lo presenta la tradición. Su relación debía de ser muy antigua. Sabemos que liberado Pedro por el ángel, se dirigió a la casa de María, la madre de Marcos, donde era muy familiar. Tal testimonio, junto con los datos de la tradición, hace suponer que Marcos se hallaba en Roma como intérprete de Pedro antes de que llegara San Pablo, con el que, olvidadas las diferencias de la primera separación, ahora le sirve como auxiliar, de consuelo y de gran utilidad para el ministerio. En Roma, hacia el año 60, debió de escribir el Evangelio conocido en la tradición como Evangelio según San Marcos.
Consta que tuvo que visitar la Iglesia de Colosas y que San Pablo le recomendó a los colosenses: “hacedle buena acogida”. No sabemos si realizó tal visita; pero sí que estaba en Oriente y por aquellas tierras, pues Timoteo al parecer en Éfeso, recibe este encargo de San Pablo: “procura venir pronto… y a Marcos, tráele, que me va a ser útil para el ministerio”.
Probablemente murió en el año 68 d.C., de muerte natural, según una relación, y según otra, como mártir, en Alejandría de Egipto. Los Hechos de San Marcos, un escrito de mitad del siglo IV, refieren que San Marcos fue arrastrado por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello.
Después lo llevaron a la cárcel y al día siguiente le volvieron a aplicar el mismo martirio hasta que falleció. Luego echaron su cuerpo a las llamas, pero los fieles lograron sacarlo y evitar su destrucción.
De Alejandría fueron trasladadas sus reliquias a Venecia el año 825, cuya República lo adoptó como celestial patrono, erigiendo en su honor la maravillosa Basílica de San Marcos, y tomando el símbolo del evangelista (el león alado con el libro del Evangelio) como su escudo, que esculpió en todos sus monumentos y posesiones.
Información extraída de la pagina Los Primeros Cristianos
19/04
Historia de San Expedito
San Expedito era un militar romano que vivió a principios del siglo IV, comandante de una legión romana en la época del emperador Dioclesiano.
Cuenta la leyenda que en el momento de su conversión, tocado por la gracia de Dios, resuelve cambiar su vida y convertirse al cristianismo, ya que lo había conmovido profundamente la actitud de los cristianos al enfrentar la muerte.
Cuenta la leyenda que en el momento de su conversión, tocado por la gracia de Dios, resuelve cambiar su vida y convertirse al cristianismo, ya que lo había conmovido profundamente la actitud de los cristianos al enfrentar la muerte.
Fue entonces que se le apareció el espíritu del mal en forma de cuervo y el cuervo le gritaba "cras...! cras...! cras...!" que en latín significa "mañana...mañana...mañana... Esta decisión déjala para mañana! No tengas apuro! Espera para tu conversión!"
Pero San Expedito pisoteando al cuervo gritó "Hoy! Nada de postergaciones!"
Pero San Expedito pisoteando al cuervo gritó "Hoy! Nada de postergaciones!"
Es por eso que San Expedito es un Santo que atiende los casos urgentes, en este mismo momento, los casos que, de producirse una demora, habría un gran perjuicio. Pero este Santo Patrono Expedito, no atiende para ser venerado, sino que en acción de gracias, nos acerquemos a Dios, sin postergaciones, siguiendo su ejemplo.
Es conocido como uno de los abogados de las causas imposibles, junto con Santa Rita y San Judas Tadeo, a quienes también se les suele invocar en estos casos.
También ha pasado a ser patrono de las personas que quieren obtener una gracia por una causa perdida, pero la necesitan inmediatamente.
También ha pasado a ser patrono de las personas que quieren obtener una gracia por una causa perdida, pero la necesitan inmediatamente.
Oración a San Expedito
Mi San Expedito de las causas justas y urgentes, intercede por mi junto a Nuestro Señor Jesuscristo, para que venga en mi socorro en esta hora de aflicción y desesperanza. Mi San Expedito tú que eres el Santo guerrero. Tú que eres el Santo de los afligidos. Tú que eres el Santo de los desesperados. Tú que eres el Santo de las causas urgentes, protégeme, ayúdame, otorgándome: fuerza, coraje y serenidad. ¡Atiende mi pedido! (hacer el pedido).
Mi San Expedito, ayúdame a superar estas horas difíciles, protégeme de todos los que puedan perjudicarme, protege a mi familia, atiende mi pedido con urgencia. Devuélveme la Paz y la tranquilidad. ¡Mi San Expedito! Estaré agradecido por el resto de mi vida y propagaré tu nombre a todos los que tienen Fe. Muchas Gracias.
Padre Nuestro, Ave María y Credo.
Información extraída www.san-expedito.com.ar/oracionessanexpedito.php
Tercer domingo después de Pascua 17/04
Oración
Colecta del día
Oh Dios que, a los que yerran les muestras
la luz de la verdad, para que puedan volver al camino de la Santidad, concede a
todos los que frecuentan al primero de los cristianos, la gracia de repudiar
cuanto desdice de este nombre y de practicar con resolución lo que lo honra.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen
Epístola
– (primera del Apóstol San Pedro 2,11-19)
Amado Dios, os ruego que os abstengáis,
cual forasteros y peregrinos, de las concupiscencias carnales que hacen guerra
contra el alma. Tened en medio de los gentiles una conducta irreprochable, a
fin de que, mientras os calumnian como malhechores, al ver (ahora) vuestras
buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de la visita.
Obediencia a las autoridades. A causa del
Señor sed sumisos a toda humana institución, sea el rey soberano, os los
gobernadores, como enviados suyos para castigar a los malhechores y honrar a
los que obran bien. Pues la voluntad de Dios es que obrando bien hagáis enmudecer
a los hombres incestos que os desconocen, (comportándoos) cual libres, no
ciertamente como quien toma la libertad por velo de la malicia, sino como
siervos de Dios. Respetad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al
rey.
Servir, a imitación de Cristo. Siervos, sed
sumisos a vuestros amos con todo temor, no solamente a los buenos e
indulgentes, sino también a los difíciles. Porque en esto será la gracia: en
que uno, sufriendo injustamente, soporte penas por consideración a Dios.
Explicación
Comentando
este pasaje, exhorta S. León Magno: “¿a quién sirven los deleites carnales sino
al diablo que intenta encadenar con placeres a las almas que aspiran a lo
alto?... Contra tales asechanzas debe vigilar sabiamente al cristiano para que
pueda burlar a su enemigo con aquello mismo que es tentado.
A
pesar de que las autoridades civiles perseguían a los cristianos, predicaban
estos la sumisión a todas ellas, y no solo por razones humanas (para tapar la
boca de los paganos), sino como “siervos de Dios”, de quien viene toda
potestad. Véase ROM
Es de
notar que estas palabras fueron escritas durante el reinado de Nerón.
Evangelio
- (según San Juan 16,16-22)
Me volveréis a ver. “Un poco de tiempo y ya
no me veréis: y de nuevo un poco, y me volveríais a ver, porque me voy al
Padre”. Entonces algunos de sus discípulos se dijeron unos a otros: “¿Qué es
esto que nos dice: un poco, y ya no me veréis; y de nuevo un poco, y me volvierais
a ver y: Me voy al Padre?”. Y decían: “¿Qué es este (poco) de que habla? No
sabemos lo que quiere decir.” Mas Jesús conoció que tenían deseo de
interrogarlo, y les dijo: “Os preguntáis entre vosotros que significa lo que
acabo de decir: Un poco, y ya no me verais, y de nuevo un poco, y me volverais
a ver. En verdad, en verdad, os digo, vosotros vais a llorar y gemir, mientras
que el mundo se va a regocijar. Estaréis contristados, pero vuestra tristeza se
convertirá en gozo. La mujer, en el momento de dar a Luz, tiene tristeza,
porque su hora a llegado; pero, cuando su hijo ha nacido, no se acuerda mas de
su dolor, por el gozo de que a nacido un hombre al mundo. Así también vosotros,
tenéis ahora tristeza, pero Yo volveré a veros, y entonces vuestro corazón se
alegrara y nadie os podrá quitar vuestro gozo.
Explicación
San Agustín
hace notar que ese otro poco de tiempo es el que empieza después de la Ascensión,
que es cuando Jesús se va al Padre, o sea, que lo volveremos a ver cuando venga
de allí a juzgar a los vivos y a los muerto. Esta interpretación se deduce del
v. 20, donde Jesús se refiere a la alegría del mundo y a las persecuciones del
tiempo presente, como también lo indica Santo Tomas. Por eso cuando el vuelva
nadie nos quitara el gozo. (v.22)
SOLEMNIDAD
DE SAN JOSE
Esposo
de la Santa Virgen María
La Misa de hoy puede ser representada por un tríptico,
en que se aparece San José como el protector que Dios providencialmente escogió
para su Iglesia.
La Epístola nos recuerda al José del Antiguo
Testamento, figura de nuestro San José. Jacob, al morir, profetiza que su hijo José
“ha de ser el pastor y la fortaleza de Israel y que el Todopoderoso le colmara
de sus bendiciones”. Y así como José fue puesto por Faraón al frente de todo el
Egipto, de suerte que el bien público de él dependía, así también toda la
Iglesia acude confiada a San José.
El Evangelio, la Oración y la Comunión, al establecer
las relaciones que existen entre la Trinidad del cielo y la de la tierra hacen
resaltar todo el poder de San José. Jesús, al par que el hombre es Hijo de
Dios. María es la esposa del Espíritu Santo, y el Padre quiere que San José sea
mirado como Padre de Cristo y que ejerza respecto de Él todos los derechos
paternos.
Introito
(cita: Salmo 32,23-22)
El Señor
es nuestro amparo y protector; en él se gozara nuestro corazón y en su santo
nombre tenemos puesta la esperanza. Aleluya, Aleluya. ¡Oh! Tu Señor que riges a
Israel, escucha; tu que apacientas el pueblo de José como Gloria a una ovejita.
Oración
Oh Dios,
que dignaste a elegir al bienaventurado José por esposo de tu santísima Madre:
te pedimos nos concedas que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que
veneramos como protector en la tierra. Que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
Epístola
(Libro del Génesis, Gen. 49, 22-26)
José es
el vástago de un árbol fértil, de un árbol fértil junto a una fuente; sus ramas
suben por encima de la muralla. Los arqueros le provocan, le lanzan flechas y
le atacan. Pero su arco queda firme, sus manos y sus brazos los han hecho
agiles la mano del poderoso Dios de Jacob, por el que es el pastor y la roca de
Israel. El Dios de tu padre será tu auxiliador, y el Omnipotente te llenara de
bendiciones de lo alto del cielo, de bendiciones de los manantiales de aguas
abundantes de acá abajo, de bendiciones de leche y de fecundidad. Las
Bendiciones que te da tu Padre sobrepujan a las de sus progenitores; hasta que
venga el deseado de los collados eternos, recaigan estas bendiciones sobre la
cabeza de José, sobre la frente de príncipe entre sus hermanos.
Aleluya,
Aleluya.- en cualquier tribulación, si clamaren a mi, los oiré y seré su
protector.
Aleluya,-
Oh José haznos pasar una vida pura, y que este siempre segura bajo tu patrocinio.
Aleluya.
Santo
Evangelio (según San Lucas 3,21-23)
En aquel
tiempo: acudía todo el pueblo a recibir el bautismo; y habiendo sido también
Jesus bautizado, y estando en oración, sucedió abrirse el cielo, y bajar sobre
él el Espíritu Santo en forma corporal como de una paloma, y se oyó del cielo
esta voz: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo puestas todas mis complacencias. Jesús
contaba entonces como treinta años, y le creían Hijo de José.- Credo.
Ofertorio
(Salmo 147,12-13)
Alaba Jerusalén
al Señor, porque él ha asegurado con fuertes barras tus puertas, ha colmado de
bendiciones a tus hijos, que moran como dentro de ti. Aleluya.
Oración
Secreta
Sostenidos
por el patrocinio del esposo de tu Santísima Madre, imploramos, Señor, tu
clemencia; para que hagas que nuestros corazones desprecien todo lo terreno y
te amen a ti, oh Dios vivo, con caridad perfecta. Que vives y reinas por los
siglos de los siglos.
Comunión
(San Mateo 1,16)
Jacob
engendro a José esposo de María, de la que nacióJesús, que se llama el Cristo.
Aleluya.
Poscomunión
Reparados
en la fuente misma del don divino, suplicamoste Señor Dios nuestro, que así
como haces que gocemos de la protección de San José, así también con sus
méritos e intercesión, nos hagas particioneros de la gloria celestial. Por
Nuestro Señor Jesucristo. Amen
Extraido del Misal Diario por Dom Gaspar Lefebvre O.S.B
Domingo 10/04 día de JESÚS EL BUEN PASTOR
Primer domingo del mes 03/04 DOMINGO “IN ALBIS” I DESPUES DE PASCUA
Estación en San
Pancracio
Los neófitos, o recién bautizados, que habían asistido a la Misa y a los
Oficios en corporación y con las vestiduras blancas del bautismo, durante toda
la Semana de Pascua, aparecieron ese domingo en el templo con los trajes
ordinarios y sin dichas vestiduras. Por eso se le dominaba antiguamente, y aun
hoy se le domina “in albis depositéis”. Estos neófitos habían sido los héroes
de la sociedad cristiana durante aquellos días de Pascua, y al despedirlos hoy
y reincorporarlos a sus trabajos y ocupaciones de siempre, los obispos los
exhortaban a la perseverancia en el bien y a mantenerse en la inocencia
bautismal. En una de sus homilías, San Agustín los llamaba “brotes nacientes de
santidad, plantas tiernas, enjambre novel, su flor y su honra y el fruto de sus
trabajos”.
Introito
Como niños recién nacidos, aleluya, apeteced sinceramente la leche pura
del espíritu, aleluya, aleluya, aleluya.
Ps regocijaos en Dios, nuestro protector; cantad alegre a Dios de Jacob.
Gloria al Padre.
Oración colecta
Haz, oh Dios omnipotente, que los que acabamos de celebrar las fiestas
de Pascua, continuemos, con tu gracia, realizando su ideal en nuestra vida y
costumbres. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen
Epístola – lección de la Epístola 1° del Apóstol San Juan
San Juan enseña, contra los gnósticos de su tiempo que negaban la
divinidad de Jesucristo, que este no era Dios solamente por habérsele unido en
el bautismo del Jordán –como ellos pretendían-, la naturaleza divina, sino
también en las entrañas de la Virgen María; que es lo que él llamaba “agua y
sangre”.
CARISIMOS: Todo lo que nace de Dios, vence al mundo, y la victoria que
triunfa del mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que
cree que Jesús es el hijo de Dios? Este es Jesucristo, el que vino por el agua
y por la sangre: no por el agua solo, ni por el agua y por la sangre. Y el Espíritu
es el que da testimonio de que Cristo es la verdad. Por que tres son los que
dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos
tres son una misma cosa. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu,
el agua y la sangre: y estos tres son una misma cosa. Si admitimos el
testimonio de los hombres, mayor testimonio es el de Dios; y este testimonio de
Dios que es el mayor, lo es porque testifica acerca de su Hijo. El que cree,
pues, en el Hijo de Dios, tiene en su favor el testimonio de Dios.
Salmodia
Aleluya, Aleluya-. En el día de mi Resurrección, dice el Señor iré
delante de vosotros a Galilea.
Aleluya-. Al cabo de ocho días, estando cerradas las puertas, se
presento Jesús en medio de sus discípulos y dijo: La Paz sea con vosotros,
aleluya.
Evangelio – según
San Juan
Se relatan aquí dos
apariciones de Jesús resucitado: una a todos los Discípulos reunidos, menos
Tomas, en la que Jesús instituye el sacramento de la confesión; y otra a los
mismos, y a Tomas con ellos, en la que se deja examinar y tocar para confundir
el escepticismo de Tomas. Esta segunda corresponde a este domingo de hoy,
Octava de la Resurrección.
En aquel tiempo: aquel mismo día, primero de la semana, siendo ya tarde
y estando cerradas las puertas en donde se hallaban juntos los discípulos por
miedo a los Judíos, vino Jesús, y se puso en medio de ellos, y les dijo: ¡La
Paz sea con vosotros! Y cuando esto hubo dicho, les mostro las manos y el
costado. Y se gozaron los Discípulos al ver al Señor. Y la otra vez les dijo:
¡La Paz sea con vosotros! Como el Padre me envió, así también yo os envió.
Dichas estas palabras, soplo sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo;
a quienes perdonareis los pecados, perdonados quedadles: y a quienes se los
retuviereis, retenidos les quedan. Pero Tomas, uno de los doce, que se llamaba Dídimo,
no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros Discípulos le dijeron: Hemos
visto al Señor. Mas el les dijo: si no viere en sus manos las hendiduras de sus
clavos y metiere el dedo en el agujero de los clavos, y metiere mi mano en su
costado, no lo creeré. Y al cabo de ocho días, estaban otra vez sus discípulos
dentro, y Tomas con ellos; vino Jesús cerradas las puertas, y presentándose en
medio de ellos, les dijo: ¡La Paz sea con vosotros! Y después dijo a Tomas:
Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano, métela en mi costado; y no
seas incrédulo, sino fiel. Respondió Tomas, y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío!.
Dijole Jesús: porque me has visto, Tomas, has creído: bienaventurados
los que no vieron, y creyeron. Otros muchos milagros hiso también Jesús en
presencia de sus discípulos, que no están escritos en este libro. Mas estos han
sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios: y para
que, creyendo tengáis vida en u nombre.
Ofertorio
Un Ángel del Señor bajo del cielo, y dijo a las mujeres: Aquel a quien
buscais, ha resucitado, como lo dijo, aleluya.
Oración secreta
Recibe, oh Señor, los dones de tu Iglesia, radiante hoy de alegría, y
pues eres Tu la causa de un gozo tan grande, dale la gracia de la eterna
bienaventuranza. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen
Oración Postcomunión
Después de haber recibido, oh Señor, Dios nuestro, el Sacramento de tu
Cuerpo y Sangre, imploramos tu clemencia: para que así como, por la embajada de
San Gabriel conocimos tu Encarnación, así, auxiliados por él, alcancemos los
beneficios que nos reporto tu Encarnación: Tu que vives y reinas por los siglos
de los siglos.
Extraido del Misalito Abad Don Andres O.S.B - Orden de San Benito
Primer sábado del mes 02/04 en honor del Corazón Inmaculado de María
La Gran Promesa del
Inmaculado Corazón de María
La Santísima Virgen dijo también a Lucía:
"Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de las espinas con las
cuales los hombres ingratos lo hieren cada momento con sus blasfemias e
ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme, y anuncia de mi parte que Yo
prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para la
salvación a todos los que en el Primer Sábado de cinco meses consecutivos,
confiesen, reciban la Santa Comunión, recen la tercera parte del Rosario y me
hagan compañía durante quince minutos, meditando los misterios del Rosario, con
el fin de ofrecerme reparación." La práctica de esta devoción, paralela a
la gran Promesa del Sagrado Corazón de Jesús a los que practican los Nueve
Primeros Viernes de mes, es muy sencilla, y consiste en
1)
Confesión Sacramental, que puede hacerse durante la semana antes o
después del Primer Sábado de mes;
2) La Comunión el mismo Primer Sábado de mes
3) Rezar una parte (cinco misterios) del San to Rosario;
4) Hacer compañía a la Virgen Santísima durante un cuarto de hora meditando o pensando en los misterios del Rosario;
5) Hacer esto durante cinco primeros sábados de mes sin interrupción.
2) La Comunión el mismo Primer Sábado de mes
3) Rezar una parte (cinco misterios) del San to Rosario;
4) Hacer compañía a la Virgen Santísima durante un cuarto de hora meditando o pensando en los misterios del Rosario;
5) Hacer esto durante cinco primeros sábados de mes sin interrupción.
Información
extraída de la pág. La Fe Católica
Primer viernes del mes 01/04 en honor del
Sagrado Corazón de Jesús
12 Promesas del Sagrado Corazón
El Señor hizo a Santa
Margarita María de Alacoque las siguientes promesas para todos los devotos de
su Sagrado corazón:
1. Les daré todas las gracias necesarias a
su estado.
2. Daré paz a sus familias.
3. Los consolaré en todas sus
aflicciones.
4. Seré su amparo y refugio seguro
durante su vida, y principalmente en la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus obras
que redunden en mi mayor gloria.
6. Los pecadores hallarán en mi
Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
7. Las almas tibias se
harán fervorosas.
8. Las almas fervorosas se
elevarán con rapidez a gran perfección.
9. Daré a los sacerdotes la gracia de
mover los pecadores más endurecidos.
10. Bendeciré las casas en que
la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada.
11. Las personas que propaguen esta
devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás serán borrados de él.
12. Yo te prometo, en la
excesiva misericordia de mi Corazón, que
mi amor todopoderoso otorgará a cuantos comulguen nueve primeros
viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán privados
de mi gracia ni de recibir los sacramentos, pues mi divino Corazón se
convertirá para ellos en seguro asilo en aquella hora postrera.
Información extraída de la pág. La Fe
Católica
Estamos cerca de la semana santa
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Tiempo de Cuaresma
La Cuaresma es un tiempo litúrgico en el que por 40 días la Iglesia llama a los fieles a la penitencia y conversión
1.- Oración, mortificación y caridad: Las tres grandes prácticas
cuaresmales
cuaresmales
La oración es la condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, el cristiano ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia entre en su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre a la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
La mortificación se realiza cotidianamente. Con ella se ofrece a Cristo aquellos momentos que nos generan molestias en el transcurrir del día, y se acepta con humildad, gozo y alegría, todas las adversidades que lleguen.
De la misma manera, saber renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desapego y desprendimiento. Dentro de esta práctica cuaresmal están el ayuno y la abstinencia las cuales serán explicadas luego.
La caridad es necesaria como refiere San León Magno: “si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en sí a las demás y cubre multitud de pecados".
2.- El ayuno y la abstinencia
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, mientras que la abstinencia consiste en no comer carne. Con ambos sacrificios reconocemos la necesidad de hacer obras para reparar el daño causado por nuestros pecados y para el bien de la Iglesia.
Además, de forma voluntaria se dejan de lado las necesidades terrenas y se redescubre la necesidad de la vida del cielo. "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4).
El ayuno no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche. Es obligatoria desde los 21 hasta los 60 años.
Por otro lado para la abstinencia, se prohíbe el uso de carnes. Es día de abstinencia todos los viernes del año y es obligatorio a partir de los 7 años.
4.- La duración de
Los 40 días de
En
5.- En la Cuaresma el color litúrgico es el morado
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. La semana anterior ala Semana Santa , se llama primera Semana de Pasión en la cual se cubren las imágenes sagradas y el Crucifijo del altar con paños morados. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al TRIDUO SACRO, ubicado en la llamada Semana Mayor o Semana Santa, en lo que tradicionalmente se conoce, como Segunda Semana de Pasión. El misterio de la Pascua del Señor o su Resurrección Gloriosa, nos deja en evidencia la Divinidad de Jesucristo, que obro la redención con su amarga Pasión y muerte en Cruz, voluntariamente se entrego a este gran Sacrificio; a la vez su resurrección, es signo de la aceptación por parte del Eterno Padre de la salvación obrada por su Hijo Jesucristo el Viernes Santo. Por eso cuando Cristo se aparece Resucitado, las llagas de sus pies, de sus manos y de su costado, permanecen; por eso en la liturgia del Sábado Santo, se denomina a las llagas de Cristo “Gloriosas”
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. La semana anterior a
El porqué del Ayuno y demás prácticas penitenciales
Durante la Cuaresma , mediante el ayuno y demás prácticas penitenciales, nos vamos incorporando a la obra redentora del Mesías de un modo más perfecto. Nuestra alma, si alejada o rebelde a Dios, está sometida al demonio, al mundo y a la carne. Y precisamente, en todo este santo tiempo nos muestra la Iglesia a Jesús ya en el desierto, ya en los azares de su vida pública, combatiendo para librarnos de la triple atadura del orgullo, de la avaricia y de la lujuria, que esclavizan a las criaturas. Jesús, cuando por su doctrina y sus dolores nos haya redimido del cautiverio y restituido la libertad de hijos de Dios, nos dará, en las fiestas Pascuales, la vida divina, que habíamos perdido. De ahí que la liturgia cuaresmal esté embebida de las enseñanzas del Maestro y en el espíritu de penitencia del Redentor.
Bien podemos considerar todo este tiempo como un gran retiro espiritual, en la cual deben entrar todos los cristianos del mundo, para disponerse a la fiesta Pascual. Así como Jesús, retirándose del tráfago del mundo, oró y ayunó durante 40 días, y luego en su vida del apostolado nos enseño como hemos de morir a nosotros mismos, así también la Iglesia , en esta santa Cuaresma, nos predica como ha de morir en nosotros el hombre del pecado.
Esta muerta se manifestará en nuestra alma por la lucha contra el orgullo y el amor propio, por el espíritu de oración y la meditación más asidua de la palabra divina. Se manifestará también en nuestro cuerpo por el ayuno, la abstinencia y la mortificación de los sentidos. Aparecerá por fin, en toda nuestra vida mediante una renuncia mayor a los placeres y bienes del siglo, dando más limosna a los pobres y absteniéndonos en lo posible de alternar en fiestas mundanales. Porque, en efecto, el ayuno cuaresmal no debe ser sino la expresión de los sentimientos de penitencia, de que nuestra alma está embargada, ocupándose tanto más libremente de las cosas de Dios y negándose en ofrecimiento a Él. Así, este tiempo favorable, cual ningún otro, es para los corazones generosos fuente de santa alegría, la cual transpira por todos los poros de la liturgia cuaresmal.
Esa labor de purificación se obra bajo la dirección de la Iglesia , que une nuestros padecimientos con los de Cristo. Los débiles pueden confiar en que la gracia de Jesús no les ha de faltar. Los fuertes no tienen razón para engreírse por su observancia puesto que sólo la Pasión de Jesús es la que les salva, y sólo, participando en ella, por la paciencia se les aplicarán sus frutos de salud.
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