sábado, septiembre 03, 2011

San Pío X, Papa.

Hoy 3 de Spetiembre es el día de San Pío X.
Pío X fue papa entre 1903 y 1914. Fue precedido por León XIII. Su nombre de nacimiento fue Giuseppe (Jose) Sarto. Nació en Riese, poblado cerca de Venecia, Italia en 1835 en el seno de una familia humilde siendo el segundo de diez hijos del matrimonio de Giovanni Battista Sarto (1792–1852), de profesión cartero, y Margarita Sanson, costurera (1813–1894).
Todavía siendo niño perdió a su padre por lo que pensó dejar de estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manutención de la familia, sin embargo ésta se lo impidió y pudo continuar sus estudios en el seminario gracias a una beca que le consiguió un sacerdote amigo de la familia.
Una vez ordenado fue vicepárroco, párroco, canónigo, obispo de Mantua y Cardenal de Venecia, puestos donde duró en cada uno de ellos nueve años. Bromeando platicaba que solamente le faltaban nueve años de Papa.
El cónclave reunido a la muerte de León XIII duró cuatro días y fueron necesarias siete votaciones para que llegar a un acuerdo.El cardenal Sarto fue elegido papa el 4 de agosto de 1903 y ello en segunda opción, pues dos días antes Jan Puzyna de Kosielsko, cardenal del título de Ss. Vitale, Gervasio e Protasio y príncipe-arzobispo de Cracovia, había presentado en el cónclave el veto de Francisco José I, emperador de Austria-Hungría, a la elección de Mariano Rampolla del Tindaro, y cardenal del título de Santa Cecilia y que gozaba de las preferencias de los reunidos. A pesar de las protestas de la mayoría del cónclave por esa anacrónica (y no obstante canónicamente legal) intromisión, el cardenal Rampolla optó por retirar su candidatura y así evitar posteriores conflictos. Pío X fue coronado papa el 9 de agosto siguiente en la Patriarcal Basílica Vaticana por el cardenal Luigi Macchi, Cardenal protodiácono de S. Maria in Via Lata.

Así llegó a la cátedra de Pedro un hombre de humilde cuna, sin relevantes dotes intelectuales, sin experiencia en las diplomacias eclesiásticas, pero con un corazón tan grande que no le cabía en el pecho, y tan bueno que parecía irradiar gracias: "un hombre de Dios que conocía los infortunios del mundo y las penurias de la existencia y, en la grandeza de su corazón, solo quería arreglarlo todo y consolar a todos".
Gobernó la Iglesia Católica con mano firme en una época en que ésta se enfrentaba a un laicismo muy fuerte así como a numerosas tendencias del modernismo en los campos de los estudios bíblicos y la teología. Introdujo grandes reformas en la liturgia y facilitó la participación del pueblo en la celebración Eucarística. Permitió la práctica de la comunión frecuente y fomentó el acceso de los niños a la Eucaristía. Promovió mucho el estudio del catecismo y ordenó la confección del Código de Derecho Canónico (Codex Iuris Canonici) para reunir y unificar la legislación eclesiástica hasta entonces dispersa.
El 20 de enero de 1904 había promulgado la constitución apostólica Commissum Nobis por la que se prohibían los vetos a la elección papal por parte de los estados que disponían de él como privilegio histórico. En este mismo año había relativizado el Non Expedit del beato Pío IX, con lo que se entreabría la puerta a la participación de los católicos italianos en los asuntos públicos de su país.
En 1905 denunció el Concordato que, bajo las condiciones draconianas impuestas por Napoleón, había firmado en 1801 la Santa Sede con Francia. Con esta denuncia el papado alcanzaba la total libertad de nombramiento de obispos en Francia, libertad de la cual, a pesar de los diversos regímenes que se habían sucedido en este país, en realidad jamás había gozado.
Falleció en Roma el 20 de agosto de 1914 y fue enterrado en las grutas vaticanas hasta que en 1951 sus restos incorruptos fueron trasladados a la Basílica de San Pedro, bajo el altar de la capilla de la Presentación, donde están expuestos a la veneración de los fieles. En su epitafio se lee: Su tiara estaba formada por tres coronas: pobreza, humildad y bondad.
En 1954, el Papa Pío XII canonizó solemnemente a su predecesor ante una enorme multitud que llenaba la Plaza de San Pedro, en Roma. Aquel fue el primer Papa al que se canonizaba desde Pío V, en 1672.


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